Opinión

Tamalameque y su cruda realidad

Diógenes Armando Pino Sanjur

03/11/2014 - 07:20

 

Es triste conocer la historia de nuestro pueblo y encontrar que su progreso y desarrollo se ha truncado en un momento de su larga existencia. Por eso hoy he querido ilustrar en seis (06) ejes fundamentales para garantizar el progreso y desarrollo de los pueblos, el ayer y el hoy de nuestro municipio.

La Cultura. Tamalameque siempre se ha caracterizado por ser un municipio con uno inmenso valor Cultural, de costumbres y leyendas, que nos han dado gran reconocimiento a nivel departamental, nacional e internacional.

Pero nuestra cultura en la actualidad da vergüenza, como es posible que en otra hora el epicentro de los grupos culturales, de teatro, investigadores culturales y espacio de recreación y esparcimiento sano de nuestros niños y jóvenes, lo hayamos dejado deteriorar y llegar a un estado deplorable de ruina y miseria.

Ya nuestros grupos folclóricos e investigadores culturales no cuentan con una infraestructura o las instalaciones adecuadas para seguir preservando, rescatando, difundiendo y enalteciendo nuestra cultura vernácula.

Nuestro mayor evento cultural -como lo es el Festival Nacional de la Tambora- se ha dejado acabar, poniendo en riesgo con esto que desaparezca la cultura de nuestros antepasados.

La salud. El hospital Tamalameque contaba en el pasado de gran prestigio y respeto, por los servicios y profesionales médicos que, a pesar de las dificultades, prestaba de cara a la comunidad.

Pero con el transcurrir del tiempo, la desidia de la administraciones municipales, la gerencia del hospital, los trabajadores, sindicatos y usuarios del mismo, nuestro principal y único centro hospitalario ha quedado reducido al servicio básico de urgencias, ya que su parte física y de infraestructura se encuentra deteriorada, sus finanzas en quiebra y su parte asistencial colapsa.

La educación. La educación en el municipio dista mucho de esos tiempos donde, a pesar de las dificultades, grandes ilustres de nuestro pueblo accedieron a la educación superior y forjaron un camino en el que muchos ocuparon grandes cargos públicos. Ahora, la falta de infraestructura, capacitación a docentes y materiales pedagógicos, contribuyen a que nuestros jóvenes no accedan a una educación de calidad.

Por eso se hace necesario implementar los mecanismos y adelantar el apoyo necesario para que nuestros centros educativos se fortalezcan, de tal manera que en el futuro entreguen a la comunidad Tamalamequera jóvenes preparados no sólo en lo académico sino también en lo productivo, aportando al sector económico de la región bachilleres competentes que contribuyan al desarrollo de su entorno social y económico.

Infraestructura e inversión social. Los Tamalamequeros siempre nos hemos creído el cuento chino que somos el mejor vividero del mundo, por consiguiente tenemos la concesión que cada obra que se va a ejecutar en nuestro municipio, será la salvación y el mejoramiento de las condiciones de vida de sus habitantes.

Por eso llevamos 470 años esperando esa gran obra, que sea nuestra hoja de ruta a la prosperidad, progreso y desarrollo, pero a pesar de todo ello, nunca nos hemos apersonados de las obras que se gestionan y se consiguen con tanto sacrificio, se ejecuten de acuerdo a la ley y se realicen con los parámetros establecidos en los contratos.

Por eso en Tamalameque vemos que el municipio está adornado de varios elefantes blancos que no traigo a colación porque mi intención es ilustrar lo más reciente de nuestra historia la cual se repite de administración en administración.

De estas obras encontramos que nos ilusionamos con un muelle que se realizaría en Puerto Bocas y el cual traería el progreso y reactivación de este puerto, pero el tiempo nos ha permitido encontramos con la dura realidad y vemos que el dichoso malecón está muy lejos de serlo, que están incumpliendo con muchas de las promesas realizadas a sus habitantes como la construcción de kioscos y otras promesas que alejan a este Corregimiento de su anhelo de progreso y desarrollo.

Adecuación y pavimentación de la carretera el Burro–Tamalameque. Uno de los más grandes sueños de todos los tamalamequeros y circunvecinos después de varias gestiones, pedidos, súplicas y luchas se hizo realidad, pero como todas las obras que se contratan y se ejecutan en nuestro municipio se han presentado muchos tropiezos, obstáculos y deficiencias en su pavimentación toda vez que hemos visto como la empresa contratista ha demorado el cumplimiento del contrato y, para colmo de males, ha reducido el kilometraje de pavimento puesto que de 17 km que dice el contrato ahora se está hablando de 14 km solamente a Pavimentar.

Agua potable. Desde mi niñez he escuchado que contamos con la mejor agua del país, cosa más alejada a la realidad toda vez que no contamos con el agua potable para el consumo humano, pero a pesar de esto siempre contábamos con el preciado líquido en nuestros hogares.

En la actualidad la calidad del agua no ha mejorado, en cambio el servicio ha desmejorado considerablemente ya que los Tamalamequeros padecemos racionamiento y desabastecimiento de agua a diario, creando de esta forma una grave crisis fitosanitaria en nuestros hogares.

Si sigo enumerando cada una de las fallas de los sectores que integran la estructura y andamiaje de nuestro municipio, nunca terminaría, sólo en forma de ejemplo tomé unos para llevarlo a colación ya que hay un problema mayor que está causando toda esta problemática y permitiendo que cada día se profundice y se agudice más.

Es el desinterés, la desidia y el conformismo de nosotros los habitantes de este municipio, quienes como pilar fundamental de la sociedad, como los constituyentes primarios del ente territorial, veedores y directos afectados de toda la problemática que azota al municipio no hemos elevado nuestra voz de protesta, no hemos reclamados nuestros derechos, no hemos exigido respeto y cumplimiento de las autoridades, líderes y administradores de nuestro municipio que se cumpla la función y misión del estado.

En Tamalameque siempre nos hemos caracterizados por ser unos críticos y detractores de esquinas, corrillos de bajo de los palos, pero no hemos abanderado procesos y movimientos que garanticen las acciones necesarias para que nuestra realidad cambie.

Por eso, en el día de hoy, he querido dejar esta reflexión, este derrotero, esta guía para que sea el comienzo de un movimiento, de una corriente o de un grupo de ciudadanos que se apersonen por la problemática de nuestro terruño y que luchemos por los intereses de los Tamalamequeros.
Para que de esta forma podamos reclamar, pedir acciones y gestiones necesarias que conlleven al mejoramiento de los padecimientos, atropellos e injusticias que afectan a nuestro municipio y de esta forma garantizar el mejoramiento de las condiciones de vida de todos sus habitantes y visualizar el progreso y desarrollo sostenible de nuestro querido Tamalameque.

Tamalamequeros, nosotros somos herederos de la valentía, temple y corazón guerrero de nuestros antepasados indios Chimila. Gracias a eso, hemos podido sortear los múltiples problemas que nos afectan, por eso debemos honrarlos y con nuestra inteligencia, sagacidad, fuerza y unión saquemos adelante a nuestro Tamalameque del alma.

 

Diógenes Armando Pino Sanjur

 

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Sanjur

Diógenes Armando Pino Sanjur

Tamalamequeando

Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Wastín, un turco en el pueblo

Wastín, un turco en el pueblo

Su padre, Miguel Chajín Hadat Assaz, oriundo de Zahle Líbano, llegó a Barranquilla por allá en 1902, vivió un tiempo ahí y, busca...

Al son de la gozadera

Al son de la gozadera

Aquella mañana fui como de costumbre a recoger la leche donde la señora Graciela Molina de Quintero, quien con su amabilidad de sie...

La influencia de Hollywood en las mentes

La influencia de Hollywood en las mentes

La industria del cine estadounidense es, desde principios del siglo XX, el epicentro del cine a nivel mundial. Sus producciones cinem...

Violación de menor en Curumaní: ¿un espejo de nuestro resentimiento?

Violación de menor en Curumaní: ¿un espejo de nuestro resentimiento?

  El inicio de esta columna será una actividad que espero muchos la realicen, en la plataforma o en la red social que se haya repl...

Eduardo Pinto Viloria, un año sin ti

Eduardo Pinto Viloria, un año sin ti

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”. Mahatma Gandhi. Esta no es esta una columna más, hoy escribo como hace ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados