Opinión
Editorial: En rechazo de las amenazas y la intimidación
La revelación de las amenazas de muerte dirigidas al alcalde de Valledupar, Fredys Socarras, tras la puesta en vigor del decreto que reduce el mototaxismo es motivo de profunda preocupación y de rechazo.
En un periodo en el que se busca la paz y la conversión de las bandas armadas ilegales que propugnan la violencia en Colombia, el lenguaje de la intimidación y de la muerte empleado por sectores atados a ciertos intereses representa un serio ataque a la armonía, el desarrollo y la libertad a los que aspira la capital del Cesar.
El lenguaje de la muerte no se puede tolerar en ningún modo y debe ser motivo de unión entre todos los que defienden los valores de la democracia, el diálogo y la vida. Éste es un momento clave para mostrar unidad entorno a esas ideas y sobreponerse a las diferencias políticas e intereses circunstanciales.
En unos días en los que, justamente, se habla de marchar por la vida en toda Colombia (el 8 de marzo), queda explícitamente demostrado que la asignatura más pendiente en el país es “no matar”.
Por muy obvio que parezca, hemos de recuperar los espacios de sensatez, defender la moderación y comprensión, mostrar respeto por el otro -aunque muestre diferencias importantes- y responder con los medios que permite la democracia: es decir las leyes y la justicia.
Pensemos en nuestros hijos e hijas, a quienes deseamos entregar un lugar donde puedan vivir y trabajar sin miedos, sin rencores, y que encuentren en ese espacio la posibilidad de sentirse libre de amenazas e inseguridad.
El 8 de marzo, cada ciudad de Colombia tendrá la posibilidad de expresar su deseo de valorar la vida y de rechazar los odios que ponen en peligro cualquier ciudadano. Pero miremos más allá de ese 8 de marzo y rechacemos el lenguaje de la muerte en cualquier momento, desde este mismo instante, y evitemos que se propaguen las cadenas de odio que facilitan el pensamiento destructivo.
Es necesario entender que matar a alguien es interrumpir una obra valiosa y que se puede convivir respetando el vecino. Hagamos de esta convivencia en Paz un objetivo de cada día, un lema para la transformación cotidiana de nuestras ciudades.
PanoramaCultural.com.co
1 Comentarios
Una editorial muy buena. Lo único que agregaría es que lastimosamente las amenazas vienen impuestas por los políticos que nosotros mismos elegimos; sino veamos el caso de la senadora Morales quien desea implantar una Colombia segregacionista o el Opus Dei a través de sus colegios y de la Universidad de la Sabana; dos ejemplos entre muchos otros. Berta Lucía Estrada Autora de la columna Fractales
Le puede interesar
Editorial: Cuando lo digital genera la discordia en Valledupar
La ciudad de Valledupar conoció el pasado mes de septiembre uno de los momentos más esperanzadores de los últimos años. La Cultura...
Cambiemos la corrupcracia por la meritocracia
Son muchos los rincones del universo estatal en donde la corrupción llega a posarse y a hacer los estragos propios de su desprec...
Amo a Dios sin religiones
He mantenido como línea de conducta respetar las creencias religiosas de las personas de los diferentes credos. Personalmente te...
La venezolanización de la opinión colombiana
Los medios de comunicación colombianos han sobresaturado a las gentes con información negativa contra el gobierno venezolano, contra ...
El abrazo de los hipócritas
Ya que pasó (como se consuman los amores de una noche, que suelen ser intensos pero finalmente fugaces) la enorme expectativa que pr...