Opinión
Las promesas de Dios se cumplen
La gente creyente y con temor de Dios, en algún momento de sus vidas, por no decir que en la mayoría, ha dudado de Él, de las peticiones que le han hecho, de las reacciones por sus acciones, y peor aún, han puesto en tela de juicio sus designios.
Hasta el día de hoy, solo conozco de la fe irrompible e incorrupta de Cristo, porque el resto ha dudado en los momentos más duros.
Recuerdo una eucaristía en la que el sacerdote nos mostraba como ciertos momentos duros nos han forjado y han sido necesarios para poder recibir otras bendiciones. Él tomaba como ejemplo el parto natural, proceso en el que la mujer sufre dolores insoportables, que la lleva a renegar, a arrepentirse de aquel acto sexual, a querer dejar todo tirado, pero que por arte de magia al dar a luz cambia todo, el instinto maternal y la presencia de Dios se adueñan de ella. Los momentos dolorosos se olvidan y la felicidad llega con aquel hijo, demostrando que las promesas de DIOS se cumplen.
Hace unos años recibí una trágica noticia, dos primos en Maicao se habían accidentado, muriendo uno de ellos, y el otro debatiéndose entre la vida y la muerte. La verdad es que nadie espera una noticia como esa, así que cuando uno la recibe queda bloqueado, sobre todo cuando son tan cercanas a uno.
Horas después de tratar de digerir lo sucedido, dirigí mis oraciones a Dios, pidiéndole por la salud de mi primo. En muchas ocasiones le he hecho mis peticiones y muchas no han sido concedidas, lo que me ha hecho dudar. En esta ocasión ofrecí unos sacrificios a cambio y sentí que recibí confirmación a mi petición.
Al día siguiente, rondando las 5:30 AM, recibí una llamada donde me comunicaban que mi primo había muerto. Quedé estupefacto, corté la llamada, rompí en llanto. –Dios no me había cumplido- era lo que se venía a mi mente. Fui a trabajar con aquella doble triste noticia. Al salir, caminé iracundo, triste y renegando.
Para mi sorpresa, volví a recibir otra llamada, donde me confirmaban que mi primo seguía vivo, delicado, pero vivo. Me llené de vergüenza, no fui capaz de alzar la mirada al cielo, tuve que pedir perdón por renegar, por dudar, por impaciente, por no vivir bajo su ley.
Hoy mi primo esta mejorando, yo cumpliendo mis promesas y publicando esta columna para recordar a otros que no deben perder las esperanzas, ni la Fe, porque Dios está ahí, solo debemos buscarlo y aceptar que todo se da en su tiempo, no en el nuestro.
Armando Javier López
Sobre el autor
Armando López Sierra
Corazón guajiro
Nacido en Maicao (Guajira), el 30 de Octubre de 1979. Ingeniero de Sistemas, escritor, compositor, conferencista, investigador, docente, un enamorado de la vida, defensor de las buenas obras, auspiciado por Dios. Cofundador del grupo cultural Raul Gomez Jattin de la Universidad Popular del Cesar. Finalista en la primera versión del concurso de cuento corto “En el Cesar todos estamos en el cuento”. Ganador del Primer Premio de Crónica Ciudad de Valledupar 2012, categoría B. En su columna “Corazón Guajiro” busca dar un aporte desde sus experiencias, sus creaciones, sus reflexiones y su entender sobre la cotidianidad de la vida y todo lo que a su alrededor puede tejerse y acontecer.
0 Comentarios
Le puede interesar
Editorial: Reflexiones sobre el uso de las redes sociales
Las redes sociales cambiaron nuestra forma de comunicar de manera radical. Nos permitieron reencontrar amistades perdidas, compartir mu...
¿Cuáles son tus propósitos para vivir mejor en el nuevo año?
Con la llegada del nuevo año 2024, hay que tener fe que este nuevo año va a ser mejor para nosotros, nuestras familias, amistades...
Gustavo Petro y Álvaro Uribe: algo en común
Desconocer que estos dos hombres, en cada uno de los extremos, han interferido de manera activa en la vida política de Colombia se...
¿Cómo vamos las mujeres?
Con ocasión de otro Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer, el cual fue aprobado por la Asamblea Gen...
Entretenimientos radiales de antaño
Si hay algo que identifica plenamente al mundo contemporáneo es el gran desarrollo tecnológico que ha llevado inexorablemente al homb...