Opinión
¿Y después del Día E qué?
La tecnocracia en su mayor expresión colombiana evaluó la educación que reciben los niños y niñas de nuestro país; el “pequeño” detalle es que los factores sociales, de desarrollo humano y sicológicos entre otros no fueron "medidos".
¿Acaso se puede medir la falta de afecto en un niño que no rinde según los índices? ¿Podríamos medir el grado de pertinencia de los "contenidos"? ¿Será posible medir la manera como el maestro llega a la sensibilidad de sus niños con el poder de la palabra?
El Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE) propuesto por el Ministerio de Educación Nacional mide lo medible, lo otro que a mi juicio es más importante no lo mide. Y si lo pudiera medir tendría que aceptar la responsabilidad histórica del estado Colombiano al insistir en un modelo educativo de mercado y para el mercado, que obedece a políticas económicas transnacionales y desconoce al “ser humano” colombiano al reducirlo a un simple objeto generador de índices valorativos, ratificando que lo que venimos haciendo en educación en las últimas 5 décadas no es lo que nuestra sociedad necesita.
Referentes como Chile, Brasil, Ecuador y su evolución cualitativa en los procesos educativos evidencian que sí hay otras maneras de educar y ser educados, que están ligadas a la autodeterminación de los territorios y no a cálculos del fondo monetario internacional. Yo sigo soñando con la posibilidad de que inicialmente en el Cesar construyamos las Mesas Permanentes de Dialogo Social por la Educación (MPDSPE) para que por fin nos pongamos de acuerdo en las maneras de hacer escuela y de ser maestro que necesitamos para nuestros estudiantes.
¿Y que son las MPDSPE? Estos espacios concebidos como una propuesta que nace en las nuevas expresiones del sindicalismo del sector educativo en Colombia convoca a actores sociales, culturales, sindicales, políticos y académicos en un mismo escenario de interlocución horizontal para debatir y construir; el qué?, el cómo?, el por qué?, el para quién?, el para qué?, el cuándo? y el dónde? de la educación de nuestro contexto más próximo, municipio y departamento. Con el compromiso y las garantías de que las conclusiones o construcciones permanentes se conviertan en políticas educativas aplicadas al contexto local articuladas a lo nacional. Estas preguntas atienden a factores determinantes de la calidad de la educación más allá de elementos fríos del proceso como los que mide el (ISCE), tendrá el aporte de intereses diversos y esfuerzos mancomunados desde las voces que más conocen cada región.
Como utopía es una muy buena manera de soñar, pero ese sueño nos permitirá en algún momento sentarnos a quienes debemos consensuar lo que pasa en las Aulas de clase de nuestro contexto.
La propuesta ya se la hicimos a la asamblea departamental en el debate sobre calidad de la educación que se dio a finales del 2014, seguimos a la espera de que se abran los espacios desde la institucionalidad y si no se abren estaremos prestos a buscarlos desde el movimiento social y comunitario, tarde que temprano nos tendremos que sentar a cambiar lo que hacemos en educación si queremos mejorar su calidad con pertinencia.
Ernesto Javier Fernández Tovar
@ErnestoJavierFT
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