Opinión
La pasión de la paz
Los cristianos acabamos de celebrar la Semana Santa, época donde recordamos los eventos principales que forman los pilares de nuestra fe, toda vez que Dios envÃa al mundo su primogénito, para redimir nuestros pecados. Para lograrlo, Jesús fue juzgado, condenado y muerto, pero al tercer dÃa resucitó entre los muertos como señal de la vida eterna.
En la actualidad colombiana, queremos redimir años de violencia y barbarie que hemos padecido, por eso anhelamos la paz, pero este proceso también vive su propia pasión.
1-. El Complot para desprestigiar el proceso de paz. Transcurrida la campaña electoral los opositores del proceso buscaban la manera de desarticularlo, desacreditarlo y estigmatizarlo ante la opinión pública. DecÃan que no se podÃa realizar en una campaña electoral, por eso contrataron los servicios de un hacker que hiciera el trabajo sucio.
2-. La Paz es ungida en elecciones. Estando el paÃs polarizado entre los que estaban de acuerdo con el proceso de paz y sus detractores, 7.784.916 colombianos ungieron al candidato que abanderaba el proceso de paz, muchos se enojaron y murmuraban contra las elecciones insinuando fraude, pero el pueblo ratifica su voluntad y deseos de paz.
3-. Institución de los Diálogos de Paz. En los primeros dÃas de gobierno, el presidente se reúne con toda las bancadas que lo apoyaron y les dijo: de cierto os digo que uno de mis antiguos colegas me va a traicionar. Entonces, todos entristecidos comienza a preguntarse ¿quién será?, a lo que responde: es uno de los Ministros del anterior gobierno, mientras debatÃan el presidente tomando la paloma de la paz, les dijo, tomad y defended esto, es mi propuesta y mi sueño, que por muchos será obstaculizada, pero que traerá progreso, desarrollo y bienestar a la patria.
Asà mismo manifestó: todos os escandalizaréis de mà por las crÃticas y ataques que seré objeto por mi decisión de buscar la paz, hasta el expresidente que tanto ayuda a garantizar su seguridad democrática me negará hasta la saciedad y se convertirá en mi peor contradictor.
4-. Presidente defiende el proceso de Paz. El presidente en las elecciones habÃa logrado vender su propuesta, ahora comienza a mostrar a los colombianos los avances del proceso mediante la publicación de los acuerdos alcanzados; pero comienza a entristecerse y a angustiarse. Pues sabe que sus opositores acudirán a difamaciones, movilizaciones, viajes al exterior o confundir la tropa, para desmeritar el proceso, muchos creerán y entrarán en tentación de no seguir apoyándolo, por eso el presidente reza para que los diálogos se agilicen y lleguen a un feliz término.
5-. La Paz ante un juicio y crucifixión. Los enemigos de la paz logran llevar el proceso al escarnio y juicio público donde lo acusan de estar entregando el paÃs, reducir la fuerza armada, que las conversaciones se realizan en la clandestinidad y de espalda al paÃs o habrá impunidad, ante las falsas acusaciones el presidente, su jefe negociador y generales retirados delegados en el proceso salen a desmentir las acusaciones, para que estas imputaciones no deterioren la opinión pública de los diálogos y la voluntad del constituyente primario en las urnas pueda concretarse. Pero un expresidente, un excandidato, el procurador, congresistas y diversos personajes de la oposición piden la crucifixión y muerte del proceso.
A diferencia de las Santas Escrituras, y aunque el Proceso de Paz ha tenido que vivir el viacrucis, las acusaciones y traiciones que vivió nuestro señor Jesucristo no lograron darle muerte, y a pesar de las tribulaciones sigue alimentando la esperanza de un paÃs en paz para las futuras generaciones.
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Diógenes Armando Pino Sanjur
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Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Sanjur
Tamalamequeando
Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.
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