Opinión
Los arhuacos tienen razón
Les asiste razón a los indígenas arhuacos al levantar su voz de protesta contra el canal RCN por la manera como se ha mostrado esa comunidad étnica ante el mundo en la novela sobre la vida de Diomedes.
¿Acaso no es suficiente con el abandono total del Estado de que ha sido objeto históricamente esa minoría étnica, de la cual provenimos todos, para que ahora vengan a vilipendiarlos más por un medio masivo de comunicación achacándoles conductas como alcoholismo y prostitución infantil, mostrando a la mujer indígena como un simple y vulgar objeto sexual?
En la novela se muestran escenas muy fuertes que ponen en entredicho aspectos culturales del pueblo Caribe y que, para algunos, atentan contra el buen nombre, la moral y las buenas costumbres de nuestra región. Sin embargo, yo particularmente, pienso que nosotros no podemos tapar el sol con una mano y pretender negar que la cultura mafiosa de la época de la bonanza marimbera reinó por esos tiempos en nuestros pueblos y concretamente campeó y se apoderó de la música vallenata. De eso aún quedan vestigios. Lo que no podemos permitir es que se les dé a nuestros indígenas ñapa de discriminación, acentuando sus consabidos e históricos problemas con una imagen que dista mucho de la realidad de sus costumbres.
Es que a las minorías étnicas en un Estado social de derecho como el nuestro se les debe un trato con enfoque diferencial, así lo ha reiterado enfáticamente nuestra hoy cuestionada Corte Constitucional en infinidad de providencias y no hay derecho para que, en vez de mostrar tantas virtudes y aspectos positivos y hermosos de nuestros ancestros indígenas, lo que hagamos es aplicar aquel adagio popular de que al caído caerle.
Quién dijo que a Diomedes Díaz lo indujeron desde niño los arhuacos a consumir sustancias psicoactivas, a ser mujeriego, a gustarle el alcohol; eso tergiversa la historia, amén de atentar contra los frágiles derechos fundamentales de una población que ha sido objeto de exterminio cultural y hasta físico, que el Estado ha mantenido por siglos en la mayor precariedad de condiciones de subsistencia y nosotros los mestizos hemos propiciado y alcahueteado esa desidia.
Entonces, el pueblo indígena arhuaco tiene todo el derecho a pedir explicaciones, rectificaciones e incluso reparación y compromiso de no repetición de estos actos que revictimizan a quienes por el contrario les debemos disculpas y un trato preferencial y diferenciado con enfoque de derechos.
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
4 Comentarios
Buenas tardes sr Nain Me alegra saber que alguien de Valledupar se atreve a elevar su voz de protesta y al mismo tiempo apoya a los Arahuacos, comunidad indígena que respeto y admiro profundamente. No solo no vivo en Colombia en este momento sino que no veo TV. Hace mas de 20 años que dejé de ver las telenovelas insulsas y cargadas de una dosis enorme de machismo y misoginia, po eso no puedo opinar sobre la telenovela sobre ese personaje bastante despreciable que fue Diomedes. El fanatismo hace olvidar a muchas personas que con sus actuaciones no hizo sino ahogarse en el alcohol, en las drogas, en el machismo, en la misoginia, en el feminicidio y en la violencia que ejerció en contra la mujer una y otra vez, dejando 28 hijos regados como si hubieses sido un conejo. Con sus actuaciones no hizo sino perpetrar una ideología de extrema derecha. En el Colombia camandulero, fanático y gritón, pareciera ser que personajes oscuros como el cantante al que hace alusión, hace carrera y es considerado como un dios o una especie de ángel; olvidando que es sólo el pobre tipejo de dientes de oro y diamantes, con sus camisas transparentes y de colores chillones, o sea la estética de la mafia. Olvidan que dejó tras de sí una imagen de asesino, estuvo en la cárcel, fue condenado por la muerte de una de las tantas muchachitas que creían que tener un polvo con él las llevaba a la estratosfera. Para mí no sólo es un pésimo cantante sino la antítesis de un compositor. Prefiero el bolero o la cumbia o el merengue o el fado, entre otras manifestaciones musicales. Berta Lucía Estrada Estrada Autora de la columna Fractales
Creo Sra. Berta que usted se extravió. No se trata de poner en cuestión a la persona de DIomedes, de quien nadie duda del talento artístico (eso es lo que debe pervivir), sino la forma en que se habla de los grupos étnicos. Y antes de opinar, mire la novela...
Comparto la idea del columnista Jorge Nain. Los grandes medios siguen maltratando a los más desprotegidos y de manera execrable. En cuanto a lo que se discute más abajo sobre Diomedes... eso ya debería estar superado.
Pues yo comparto la opinión de Berta Lucía. Cuándo se hará en Colombia una novela que no ovacione a maltratadores o maltrate a comunidades enteras?
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