Opinión
Legitimidad de los discursos: elemento a tener en cuenta a la hora de elegir
La función esencial del quehacer político es el diseño y aplicación de políticas que apunten a la construcción de entornos socioeconómicos incluyentes y democráticos que permitan mediante la disposición de herramientas y recursos al alcance de toda la gente, la realización de cada individuo, su felicidad y su bienestar. Es decir, el deber de la actividad política es la generación de calidad de vida para todos.
Ya comienzan a soltar la artillería que han venido preparando durante varios años los distintos candidatos a la gobernación y la alcaldía, las propuestas que han elaborado a fin de alzarse con los primeros cargos del departamento del Cesar y la alcaldía de Valledupar este próximo 25 de octubre.
Es importante que la ciudadanía elija por propuestas –las mejores, las más aterrizadas y pertinentes para el proceso de desarrollo de la ciudad–, pero es mucho más importante aún que analice cuidadosamente de parte de quién vienen tales ofertas ya que nunca faltan los falsos mesías que se levantan en cada proceso eleccionario con una gran capacidad para embaucar, y finalmente terminan triunfando, ayudados casi siempre por la falta de claridad de los ciudadanos a la hora de dilucidar la realidad y viabilidad de tales propuestas.
El departamento y su capital necesitan verdaderos gerentes, capaces de entender que estarán al frente de grandes empresas y que en consecuencia el eje motor de sus respectivas gestiones sea la búsqueda incesante del bienestar y la calidad de vida de sus propietarios, es decir, los un poco más de 443 mil personas que residen en Valledupar y el millón 200 mil aproximadamente que habitan los 22.905 Km2 que constituyen el área del departamento.
Cuando hablamos de Calidad de vida de una persona o de un grupo de estas, nos referimos a ese conjunto de elementos que hacen que esa vida sea digna, cómoda, agradable y que genere satisfacción. Los elementos que ayudan a contar con una calidad de vida pueden ser tanto emotivos, como materiales y culturales. Por tal razón, la calidad de vida de cualquier individuo está dada en primer lugar por la posibilidad de vivir de manera agradable con sus pares, para ello se necesita que éstas vivan en igualdad de condiciones, que no haya ciudadanos de primera, segunda y hasta tercera categoría.
Otro elemento es el acceso a vivienda digna, a servicios como el agua potable, alimentos, energía eléctrica, entre otros, todos estos factores aportan a la calidad de vida. Otros factores importantes son la posibilidad de acceder a una buena educación, a gozar de buena salud, a recrear y que se respeten sus derechos civiles, religiosos y de género, no tener que soportar situaciones de agresión, violencia o discriminación, etc. Necesitamos construir una ciudad y un departamento realmente humanos.
Paradójicamente son los gobernantes quienes atentan contra la posibilidad de que los ciudadanos puedan tener calidad de vida, muchos recursos que podrían ser invertidos en la generación de ésta y en la reconstrucción del tejido social, se queda en las mordidas que estos hacen a los presupuestos a través de la contratación.
¿Cómo podemos discernir cuáles candidatos tienen cierto grado de compromiso con el bienestar colectivo del departamento y la ciudad y cuáles no? Realmente nada nos garantiza en estos momentos que algunos de los candidatos que hoy están en competencia por estas gerencias tengan un compromiso genuino con el tema que estamos tocando aquí y que, humildemente, considero debe ser el compromiso exigido por los cesarenses y vallenatos a los distintos candidatos en este debate electoral próximo, el mejoramiento de la calidad de vida. Pero bastará estar atentos a los estilos y los presupuestos con que se adelanten las distintas campañas para saber quiénes definitivamente están asumiendo compromisos con la ciudadanía o en su defecto con las distintas estructuras mafiosas que tienen presencia en la ciudad y que buscan por cualquier medio permanecer o hacerse con el manejo de estos entes territoriales para luego, de manera corrupta, secuestrar los distintos presupuestos -departamento y municipio- para desviarlos a cuentas personales y/o familiares.
Es extremadamente necesario que miremos la legitimidad de los discursos que desde ya están haciendo carrera a lo largo y ancho de la ciudad y el departamento.
En política el tema no es quién es el candidato, sino qué y a quién representa ese candidato. No debe bastar con que los candidatos digan lo que usted quiere oír, sino que hay que atreverse a rodar el telón y mirar quién o quiénes tras bambalinas están manejando los hilos de esas campañas, puesto que serán quienes manejen en los próximos cuatro años al Cesar y a Valledupar. Candidatos que tengan este tipo de compromisos por muy bien que hablen sus planteamientos terminaran siendo simple demagogia y carentes de legitimidad.
José Luis Sierra Mendoza
Sobre el autor
José Luis Sierra Mendoza
Visión colectiva
Magister en Gerencia de Proyectos. Especialista en Gestión Pública. Gestor Industrial. Administrador de Empresas. Bienvenidos a esta importante ventana de reflexión desde la cual pretendemos construir visión colectiva.
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