Opinión
La piragua no era de Cubillos
A mí también me lo contaron, me lo contó mi abuela Carmen Cristina hace mucho tiempo. Después me lo contó Camilo, quien lleva el nombre de mi abuelo pero siendo otro, el de los hoyos de contenido esperanza, me lo contaron hace ya mucho tiempo.
En el caso de Camilo hace un tiempo, me decían ambos que existía una piragua, la piragua de un hombre de apellido Cubillos que navegaba en las aguas de Zazare, navegaba en el Cesar aquella piragua, solía partir del Banco, de aquel viejo puerto camino presuroso a las playas de amor en Chimichagua.
No le importaba como estuviese el tiempo, Capoteaba así el vendaval le estremeciera impasible desafiaba la tormenta, lo más sorprendente es que lo acompañaba un ejército. Sí. Un ejército de estrellas le seguía a aquella piragua tachonándola de luz y de leyenda.
Lo llamaban Guillermo y decían que era de él, que era la piragua de Guillermo Cubillos, era la piragua, era su piragua.
No estaba solo en aquella piragua, doce bogas con la piel color majagua le acompañaban y entre ellos se contaba el temible Pedro Albundia, un hombre valiente y temido, remando mansamente con otros once desconocidos, remaban y remaban cual esclavos resignados a su suerte, por las noches a los remos le arrancaban un melódico rugir de hermosa cumbia.
Pasaron los años, llegaron las décadas y con las décadas de una en una aquellos Bogas se volvieron Doce sombras, ahora viejos ya no reman, se veían tristes, pero extrañamente conformes. Dejó de crujir el maderamen en el agua, solo quedan los recuerdos en la arena donde yace dormitando aquella piragua.
Era aquella la piragua de un tal Guillermo Cubillos, sin embargo de aquellas doce sombras una continua, es el alma de Pedro el que se apellida Albundía, ahora abunda de manera solitaria y se resiste a perecer. Ahora surca, surca con su remo el día a día en el infinito de la Ciénaga, pasa día a día por las Playas, esas playas de amor. Las playas de Amor de Chimichagua.
Yarime Lobo Baute
@YarimeLobo
Sobre el autor

Yarime Lobo Baute
Obras son amores
Soy la que soy: Mujer, Artista desde mi esencia, Arquitecta de profesión, Fotógrafa aficionada, Escritora desde el corazón y Emprendedora por convicción. Una convencida de que la OBRA está más allá de los cementos, son cimientos que se estructuran desde el SER, se traducen en el HACER y traen como consecuencia un mejor TENER.
Las OBRAS son esos AMORES intangibles y tangibles que están por encima de las mil y una razones.
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