Opinión
Urge un frente multiestamentario en defensa de la UPC
La Universidad Popular del Cesar es una institución con 37 años de existencia que no ha podido convertirse en el referente educativo y motor de desarrollo que requiere el departamento y la nación a pesar de ser una institución de carácter nacional.
Lamentablemente, nuestra alma máter ha tenido que sufrir no solo los embates de la politiquería y la corrupción sino los certeros golpes de la política privatizadora impuesta por el neoliberalismo desde la expedición de la ley 30 de 1992.
Ésta misma política de abandono de la educación pública es responsable de la deuda del estado colombiano con las universidades, que ya asciende a 13 billones de pesos, y se manifiesta en la UPC a través de sus falencias en todos los aspectos.
Lo anterior se evidencia dado que para el 2014 el estado aportó sólo el 46% del presupuesto de la Universidad, correspondiendo el 54% adicional a recursos propios (1) para un total de 58 mil millones de pesos aproximadamente, mientras que la Universidad tiene necesidades por 106 mil millones de pesos según informe presentado en 2013 (2); esto significa que la Universidad necesita percibir 46 mil millones de pesos adicionales para suplir sus necesidades básicas.
La situación se agrava teniendo en cuenta que el promedio nacional per cápita es de alrededor de 3.9 millones de pesos, mientras que el ingreso per cápita de la UPC es alrededor de 1.9 millones de pesos viéndose obligada cada año a aumentar las matrículas que ya rondan los 780 mil pesos, permaneciendo congeladas durante los últimos 3 años gracias a la organización y movilización del movimiento estudiantil.
Esta crisis presupuestal afecta en gran medida la misión de la UPC de construir academia y ciencia, porque la excelencia académica que depende en gran medida de la dotación de laboratorios y bibliotecas, investigación, infraestructura y bienestar universitario, además de una planta docente altamente calificada, de tiempo completo y de destinación total a producir conocimiento e investigación; de éstos aspectos depende la acreditación de los programas que ofrece la universidad y éstos indicadores de calidad no pueden obtenerse sin hacer inversiones significativas a cada una de las necesidades de la universidad.
La problemática de la universidad que afecta a los estudiantes también lo hace con los docentes, los cuales son quizás los peores pagos de la región recibiendo un ínfimo salario por hora cátedra y teniendo una vinculación laboral que no les permite ponerse a disposición completa de su labor.
De los 795 docentes que hacen parte de la institución sólo el 15% son profesores de planta mientras que los restantes están vinculados como ocasionales (36%), que están vinculados por tiempo completo o medio tiempo y cuya contratación es por periodos inferiores a un año, y catedráticos (49%) (2), cuya contratación es por prestación de servicios y se realiza por periodos académicos (3), los cuales trabajan estando su contratación muchas veces sometida a la disponibilidad presupuestal; por ejemplo, para 2015-16 sólo fueron contratados por 3 meses y 20 días.
Los trabajadores de la universidad también están golpeados por esta situación, éstos han visto cómo con los años han sido tercerizadas labores que realizaban anteriormente trabajadores vinculados directamente a la Universidad y se ha congelado la planta administrativa de la institución, siendo ésta en 2012 sólo el 45% del personal (4) mientras que la planta de contratistas está sujeta a los intereses de cada administración que llega a la Universidad, situación especial que le ha generado pérdidas a la Universidad por motivo de despidos injustificados de funcionarios y docentes que han ganado demandas contra la institución, cifra que supera los 10 mil millones de pesos (5).
Cada uno de los anteriores aspectos permiten concluir que la situación de la Universidad Popular del Cesar no es para nada ventajosa y afecta a diario a los miembros de la comunidad Upecista, lo cual demuestra lo apremiante que es para la salvación de nuestra alma mater la conformación de un frente multi estamentario por la defensa de la UPC, donde los estudiantes jueguen un papel vital y en conjunto con los demás estamentos exijamos un compromiso de parte de los sepultureros locales y nacionales de la UPC para fortalecer su carácter público.
Hagamos de ella el más importante centro de pensamiento del Cesar y propendamos a purgarla de la politiquería, el clientelismo y la corrupción y la llenemos de academia, investigación, ciencia y democracia.
Fabio Andrés Pinto
Referencias:
1-. Acuerdo 036 del 2013 CSU UPC – “Sobre presupuesto de ingresos y egresos para la vigencia fiscal 2014”
2-. Informe de rendición de cuentas rectoría para la vigencia 2013.
3-. Acuerdo 003 del 2011 – “Reglamento Docente”
4-. Informe de rendición de cuentas rectoría para la vigencia 2012.
5-. Demandas laborales ‘asfixian’ las finanzas de la U. Popular
Sobre el autor
Fabio Andrés Pinto
Visión alternativa
Nacido en Valledupar. Ingeniero electrónico. Magíster en Matemáticas Aplicadas. Docente universitario, investigador y consultor en temas tecnológicos. En este espacio se describe y se reflexiona sobre la situación del país a nivel tecnológico, académico y económico.
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