Opinión

Del machismo al feminismo, la revolución del siglo XXI

Eber Patiño Ruiz

25/08/2015 - 06:00

 

Es innegable que cada día, las mujeres ocupan los espacios que por siempre habían estado en manos de los hombres. Va desde lo material hasta lo intelectual, de lo político a lo económico, de lo moral a lo filosófico, de ser las amas de casa a ser grandes activistas, de ocupar un papel de madre, a llevar las riendas de un país.

Todos estos merecimientos no son gratuitos, y no son el resultado de un pensamiento liberador ni de apertura, es sólo el reflejo de la incapacidad de los hombres por querer tener siempre la razón y mal utilizar el poder, porque siempre se ha dicho que la mujer es más metódica, racional, buena administradora, intuitiva y conciliadora, contrario al hombre que es despilfarrador, emocionalmente más visceral y por ende más bélico.

Ahora:

Esta ventaja comparativa de las mujeres para asumir nuevos roles, ha llevado al sexo opuesto a plantear sus acciones y en muchos casos como se ha demostrado en la última mitad del siglo XXI, dejar que las mujeres tomen las riendas del poder y asuman frente a la sociedad el protagonismo que siempre han tenido, pero que ha sido opacado por los egos machistas de pensar, creer y expandir la idea de que la mujer es el sexo débil. 

Países ultra conservadores como Alemania le apostaron a una mujer que tiene hoy el poder de la Unión Europea como es Ángela Merkel, tres décadas atrás Margaret Thatcher logró lo impensable en Inglaterra y la llamaron la dama de hierro. Pero no son las únicas en Europa, también en Irlanda, Islandia Finlandia, Malta, Polonia, Suiza, Noruega, Dinamarca, Letonia y Lituania las mujeres han tomado la silla presidencial con el ojo vigilante de los hombres, que aún hoy siguen pensando que las mujeres solo sirven para tener hijos.

Una verdad a gritos:

Que incomoda, que genera comentarios salidos de tono y despectivos por parte de algunas culturas como la nuestra, que inconsciente tiene un prejuicio frente al poder hacedor de las mujeres, que todavía no ha podido dar el salto hacia una verdadera oportunidad de gobierno a una mujer, y no porque no haya saltado una al ruedo y haya demostrado que sea capaz, sino que la dirigencia criolla, tiene miedo de quedar en vergüenza pública e histórica de los grandes errores que han cometido por décadas.

Ya lo hizo Violeta Chamorro en Nicaragua; Laura Chinchilla en Costa Rica; Mireya Moscoso en Panamá; Michell Bachelet en Chile; Eva Perón y Cristina Fernández en Argentina; Dilma Rousseff en Brasil y Lidia Gueiler en Bolivia como presidenta interina por un año.

La pregunta sería:

¿Por qué en Colombia no hemos tenido una presidenta?

Tendríamos que salir a las calles y preguntar qué es lo que realmente piensa la gente de a pie, de tener una mujer como mandataria de los Colombianos.

De seguro las respuestas nos darán la razón de lo que aquí escribimos, porque nuestro país está en mora de tener a una mujer es este cargo, no por moda ni por tendencia política en Latinoamérica, sino para desmitificar y romper el paradigma dañino que nos vendió la iglesia de que las mujeres deben estar sometidas al hombre y ser sus cuasi esclavas.

Debemos hacerlo:

Es necesario que haya en nuestro país una voz femenina en el poder, una voz que concilie los gritos de los hombres que por estar vociferando no se dan cuenta que el poder no está en los intereses particulares, sino en la unidad de las masas para que todos tomemos el mejor rumbo. En eso la mujer nos tiene una gran ventaja, sabe persuadir muy bien sus miedos y no se enfrenta con la bestia sino que lo seduce, ese toque sutil es la clave para cambiar muchos de los problemas que tiene nuestra querida Colombia.

Un hombre enfrentarse a una mujer, le queda difícil cuando sabe que las mayorías defienden a las mujeres a ultranza, ese poder intrínseco de la mujer es al que le temen los que se dicen gobernantes, que no son más que déspotas y tiranos, porque no es que detrás de un gran hombre haya una gran mujer, sino que al frente de un gran hombre él ve una gran mujer, porque es la que le muestra el camino y es su polo a tierra. No hay peor gobernante que no tiene el sabio consejo de una mujer.

Pasar del machismo al feminismo culturalmente no es fácil, porque son muchos los lastres que cargamos históricamente frente al papel secundario de la mujer en la sociedad, ni hablar de otras culturas como la Asiática y la Oriental donde prácticamente las mujeres son un objeto más de la casa y no tienen ninguna participación social y política y eso habla mucho de su desarrollo y son hoy los países más pobres del mundo aunque sus suelos tengan todo el petróleo del mundo.

Por eso:

Desde ahora abramos la mente para que le demos paso a la siguiente generación de poder que estará en manos de una mujer y estoy seguro que viviremos mejor porque cuando habla una mujer el hombre escucha y obedece, contrario cuando habla un hombre, cada uno escucha y obedece su propio ego y ese no escuchar al otro es el eslabón perdido de toda sociedad  por eso los conflicto y las guerras.

¡Mujeres salven ustedes la patria!

 

Eber Patiño

@Eber01 

Sobre el autor

Eber Patiño Ruiz

Eber Patiño Ruiz

Hablemos de…

Eber Alonso Patiño Ruiz es comunicador social, periodista de la Universidad Católica del Norte Sede Medellin, Antioquia. Su gran pasión es la radio y la escritura. Tiene dos novelas terminadas y una en camino, un libro de cuentos y otro de historias fantásticas; tres libros de poesía: Huellas, Tiempos y Expresión del alma.

@Eber01

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