Opinión

La suerte está echada

Diógenes Armando Pino Ávila

23/10/2015 - 05:10

 

Este 25 de octubre el pueblo colombiano tiene el compromiso democrático de acercarse a las urnas a elegir sus alcaldes, concejales, ediles y gobernadores. La cita es verdaderamente importante pues de la escogencia mayoritaria que haga el elector en cada pueblo y departamento dependerá el futuro administrativo del ente territorial.

El elector no puede equivocarse, el votante debe escoger con seriedad y tino al mandatario que regirá los destinos de la municipalidad y del departamento, para ello tendrá que reflexionar objetivamente en la capacidad administrativa del candidato, tendrá que sospesar la moralidad del aspirante, deberá analizar la experiencia política, el conocimiento de la problemática local y departamental y sobre todo analizar las propuestas insertas en el plan de gobierno. El elector debe mirar con mucha atención el círculo de asesores, impulsores y allegados políticos de cada aspirante para poder detectar con tiempo la catadura moral con que se administrará la cosa pública de su comunidad.

El ciudadano debe desprenderse de todo egoísmo personal, lo cual es difícil pero no imposible, y privilegiar con su voto al mejor. Debemos despojarnos de los intereses personales y ser ciudadanos que con honestidad ejerzamos nuestro derecho democrático, con libertad y decencia siempre mirando el bien común de nuestra colectividad. Que nuestro voto sea consignado libre de presiones, amenazas, y sobre todo que tengamos el valor civil de denunciar ante las autoridades competentes cualquier abuso, corrupción y demás delitos electorales con que se pretenda torcer los resultados de esta justa de la civilidad.

Todos sabemos que la logística utilizada en una campaña vale gran cantidad de dinero y que en esta está incluida: Propaganda, transporte, viáticos, alojamiento, alimentación y otra gran cantidad de recursos que se utilizan para recorrer todas las localidades, centros poblados urbanos y rurales, todos sabemos que el tiempo dedicado por los aspirantes y sus colaboradores vale dinero. Deberíamos saber que el sistema electoral de esta democracia imperfecta está estructurado para que los adinerados lo manejen y que dentro. entre los adinerados o patrocinados hay personas honestas y prístinas que aspiran a los cargos públicos con el deseo de hacer las cosas bien por sus conciudadanos.

Sabemos también que entre los aspirantes de los grupos minoritarios y sin recursos económicos también los hay honestos y honrados y que igual que los otros también desean el bien para sus paisanos. Pero también es cierto que en los dos grupos hay una mano de rapaces que desean escalar a la cima del poder local para darle el apetitoso pellizco al presupuesto de sus localidades. Por esto es que hay que saber escoger por quién votar y ser cuidadosos al elegir. Pues vale más equivocarse de buena fe que equivocarse sabiendo que su candidato tiene malas intenciones o es proclive a la maldad ya que en este caso no nos equivocamos sino que entramos en la complicidad delictiva al elegir al corrupto. El ciudadano debe tener claro que la persona que trata de comprarle su conciencia no es honesta y por tanto no hará una labor limpia en la administración.

Faltan 48 horas para que comience la  fiesta democrática, todo está preparado en los municipios y corregimientos para que el ciudadano cumpla su cita y su compromiso con su municipio o departamento, solo falta que los indecisos, los de voto de opinión tomen la decisión definitiva y crucial que permita que asciendan al poder departamental y municipal personas con buenas costumbres y claros deseos de servirle a sus gentes. Se puede decir igual que Julio Cesar a orillas del río Rubicón marchando hacia Roma, cuando se reveló contra las órdenes impartida por el senado y dio comienzo a esa larga guerra contra Pompeyo, en ese momento histórico de tomar la decisión de rebelarse expresó: Alea jacta est (frase latina que significa la suerte está echada).

 

Diógenes Armando Pino Ávila 

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

@AvilaDiogenes

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