Opinión

Las tomas armadas del M19

Yeison Camilo Bernal

09/11/2015 - 02:30

 

Las tomas armadas del M19

El M19 siempre se caracterizó por sus grandes espectáculos. Todo comenzó el 17 de enero de 1974, cuando un comando especial se robó la espada de Bolívar, que se encontraba en el museo La Quinta de Bolívar, desde ese momento el M19 empezó a figurar en el ámbito nacional e internacional. Pero los sucesos que más trascendencia tuvieron, por parte de este grupo, fueron la toma de la embajada dominicana en el año 1980 y la toma del Palacio de Justicia en 1985.

Cuando el M19 tomó la embajada dominicana fue un golpe muy duro para el presidente de esa época, Julio César Turbay, quien tuvo que negociar con los guerrilleros, que cumplieron dos meses dentro de la embajada, reteniendo al embajador de los Estados Unidos, quien era el botín más preciado para que el ejército no se tomara la embajada a sangre y fuego. A partir de este hecho, el gobierno colombiano recibió un muy duro golpe. Hay que saber que la justicia se regía por el mando de las fuerzas armadas, como el ente superior del gobierno colombiano.

El comandante de esa toma fue el exguerrillero Rosemberg Pabón Pabón, quien lideró una lucha por liberar a los distintos presos de la época. Al final de los dos meses se le otorgó al grupo guerrillero una amnistía para viajar a Cuba sin que se les judicializara en Colombia. Sin conseguir la liberación de los presos que ellos exigían, los efectivos del M19 fueron liberados para entregar a los embajadores retenidos.

Otro hecho trascendental para la vida social y política de Colombia fue la toma del Palacio de Justicia, que se originó el día 6 de noviembre de 1989, cuatro años después de la toma de la embajada. El M19 pretendía denunciar al presidente Belisario Betancourt, quien, según ellos rompió el pacto de paz establecido entre el M19 y el gobierno colombiano, también pretendían denunciar la violación de los derechos humanos por parte de las fuerza armadas.

La toma del Palacio fue una catástrofe, ya que varios magistrados fueron asesinados, entre ellos el presidente de la corte de esa época, Alfonso Reyes Echandia, quien murió esperando un alto al fuego de las fuerzas armadas, las que sin importar sus súplicas siguieron disparando a diestra y siniestra. El 7 de noviembre terminó la toma, con la operación rastrillo que se originó en horas del mediodía y terminó en la noche de ese mismo día.

El guerrillero que comandó la toma fue Luis Otero, quien murió en el enfrentamiento contra los militares, todos los integrantes del M19 que ingresaron al Palacio murieron dentro del edificio. Hubo una sola persona que pudo salir viva. Claudia, una guerrillera que sobrevivió gracias a su hermosura y porque no disparó una sola arma. Se cuenta que los militares sospechaban de cualquier persona que oliera a pólvora y, por eso Claudia se salvó, por no despedir un olor a cartucho.

Estos dos hechos partieron la vida sociopolítica de Colombia. Libros como El palacio sin máscara de Germán Castro Caycedo o Noches de humo, de Olga Behar y Así nos tomamos la embajada, de Rosemberg Pabón Pabón, permiten ahondar en los hechos.

 

Yeison Camilo Bernal 

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