Opinión
¿Quién pagará la crisis de la UPC?
La Universidad Popular del Cesar es una institución que por su concepción de alma mater y principal centro de conocimiento del departamento debería cumplir con todos los requisitos para convertirse para la región en un motor de su desarrollo.
Contrario a lo anterior, la Universidad ha pasado a ser un referente de cómo NO debe funcionar la educación pública en Colombia y en un laboratorio de lo peor de la política educativa: el abandono, la autofinanciación y la antidemocracia.
Ejemplo del estado de cosas en la Universidad es la circular emitida por el recientemente posesionado rector Carlos Oñate quien, como en el caso de Grecia y los países del sur de Europa, llama a un régimen de austeridad total debido a la situación presupuestal de la institución, que actualmente funciona básicamente con recursos propios, que provienen en su mayoría de las matrículas, y corresponden a un 54% del presupuesto para el 2015, correspondiendo el restante 46% a las transferencias de la nación.
Del presupuesto de la Universidad para 2015, el 94.5% corresponde a gastos de funcionamiento, de los cuales 72,5% son gastos de personal y 17% son gastos generales, entre los que está el 1.44% de Bienestar Institucional y la IPS, dos factores importantes para el desarrollo de la Universidad y que no están siendo eficientemente financiados. Del presupuesto de la institución, sólo el 5.45% corresponde a gastos de inversión, entre los que está la dotación de laboratorios y bibliotecas.
La política de abandono se evidencia además en que la Universidad está siendo cada vez peor financiada, pasó de recibir un 69% de su presupuesto de las transferencias estatales en el año 2000, cuando tenía 5898 estudiantes a lo que recibe hoy, con 23 programas ofertados y con más de 13000 matriculados. Lo anterior, ha sido acompañado de una escalada del costo de matrícula que ha aumentado un 58% desde el 2003, cuando su valor era de $451.727.
Teniendo en cuenta los anteriores elementos, es oportuno anunciar que la UPC se encuentra en crisis, producto de un ignominioso modelo educativo donde prima el negocio antes que el derecho a la educación, seguido de un paulatino des escalamiento de lo público. El quid de la cuestión se encuentra en ¿quién pagará la crisis?, ¿lo harán los estudiantes de la Universidad cargando sobre sí el funcionamiento de la institución como pasa actualmente o la pagarán quienes la han provocado? ¿Lo harán los trabajadores y docentes viendo sus ya precarias condiciones laboradas envilecerse?
Como lo dije en un escrito anterior es necesario el más amplio frente por la defensa de la UPC y es hora de llamar a todos los sectores y expresiones a conformarlo, contra el alza de matrículas que gracias al movimiento estudiantil ha permanecido congelada 3 años y que se avizora, con la excusa de que ha sido tal congelamiento el que ha provocado ésta crisis. Es hora de que el gobierno de Santos reconozca la situación y se hagan serias inyecciones presupuestales a la Universidad Popular del Cesar, la hora es de unidad, acción y movilización.
Fabio Andrés Pinto Oviedo
@IngFabioPin
Sobre el autor

Fabio Andrés Pinto
Visión alternativa
Nacido en Valledupar. Ingeniero electrónico. Magíster en Matemáticas Aplicadas. Docente universitario, investigador y consultor en temas tecnológicos. En este espacio se describe y se reflexiona sobre la situación del país a nivel tecnológico, académico y económico.
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