Opinión

Clamor del mundo por el cambio climático

Eber Patiño Ruiz

01/12/2015 - 06:00

 

Hay preocupación en el mundo por el cambio climático. Cada vez son más impredecibles las consecuencias que trae el verano, seguido de un invierno, sin hablar de la primavera que ya es gris en muchos países por culpa de la polución que no deja ver más allá de las narices, y no es una exageración, solo basta ver las imágenes aterradores de ciudades como Pekín o Tianjin para creer lo que está pasando aquí y ahora en la China.

El cambio climático nos atañe a todos, es responsabilidad de todos y no de unos cuantos señores reunidos en Francia hablando muy preocupados por lo que pasa en el planeta. Lo de Francia es solo un show mediático y populista, de farándula y comidilla para los medios de comunicación de los que muchos son dueños y necesitan vender y vender y solo vender y no resolver lo que pasa en el mundo.

Decir que el calentamiento global necesita atención del mundo, no es cosa de ahora, es un tema viejo, solo que hoy con la tecnología se hace más cercano a la gente y genera más escozor y movilización de los mal llamados ambientalistas, que lo único que quieren es valerse de un problema para poder sobrevivir y seguir pidiendo millones de dólares a los países comprometidos con la causa ambiental.

Pero es hipócrita esta actitud, porque los que llenan las redes sociales de denuncias y casos aberrantes de destrucción de la naturaleza están haciendo uso en sus oficinas de aire acondicionado, consumen energía, se valen de la tecnología y la tecnología contamina, viajan en avión por el mundo, conducen carros y como hace calor, prenden la calefacción del vehículo y quieren tener el carro brillante y los químicos que se utilizan para lavar los autos son altamente contaminantes, son los que producen el efecto invernadero, fuman cigarrillos, se bañan dos o tres veces al día, defecan y por supuesto para limpiar el baño le echan agua limpia y no de la que sobra al lavar la ropa; usan detergentes que contaminan los ríos; utilizan plásticos para las bebidas y botellas de vidrio, utilizan desechables para los paseos, se aplican repelentes en aerosol, y todo cuanto provee la vida moderna.

No existe una persona en este planeta que no contamine y genere desechos tóxicos, todos lo hacemos y no somos conscientes de ello, y llegar a concientizar la humanidad a estas alturas de la historia, es una verdadera utopía, que es precisamente de lo que se está hablando en Francia con la reunión de líderes mundiales para hablar del mundo y el calentamiento global.

La pregunta es clara ¿si los presidentes y líderes del mundo saben quiénes son los países que más contaminación producen, para qué entonces tienen que reunirse cada año hablar de lo que ya saben que están contaminando y no hacen nada para revertir un poco el problema?

La respuesta a esa pregunta la sabemos todos, no se necesita ser un genio, ni tener un doctorado para entender que los países reunidos son los que manejan la economía del mundo a costillas de los recursos naturales no renovables.

El gran error que ha cometido el hombre, es  cimentar su crecimiento y desarrollo en lo que no es reversible, si se acaba el petróleo, que es una verdad innegable, entonces de que van a vivir esos países, si son ellos los grandes contaminantes, porque de donde sale toda el humo que contamina el aire, si no es de la combustión de los motores y este es solo el  primer escalón, de la larga cadena de producción que sostiene al mundo.

Pensemos en lo siguiente:

Cuando se acabe el petróleo se acaban sus derivados, que la industria petroquímica ha desarrollado muy bien y ha puesto en nuestras manos. Si tenemos carro, moto, bicicleta o triciclo, necesita de aceite para que funcione y esa es una industria multimillonaria altamente contaminante. Necesitamos del gas para cocinar los alimentos y de ella depende la fabricación de las estufas y accesorios y para construir la estufa se necesitó agua, pintura anticorrosiva que a la vez contamina el aire y daña la capa de ozono.

Disfrutamos del asfalto en las carreteras y cada vez se construyen más carreteras, lo que implica que este genere gases tóxicos que pasan inadvertidos por nosotros, pero ahí está la contaminación. Nos gustan las fibras sintéticas que suplen la lana y el algodón porque son más baratos en el mercado y una camisa hecha de poliéster vale 50 por ciento menos que una hecha en fibra de lana. ¿Quién no tiene una prenda fabricada con fibra sintética? Que alce la mano. ¿Quién nunca ha utilizado el plástico y el caucho en su vida cotidiana? ¿Quién nunca ha utilizado un detergente para lavar la ropa? ¿Qué químico es bueno para matar la maleza y las plagas en los cultivos?

Estos son solo algunos ejemplos básicos de lo que se deriva del petróleo, la listas es larga y las empresas involucradas en la fabricación de estos productos son unas cuantas y adivinen ¿quienes son los dueños o tienen acciones en la bolsa de valores de esta empresas multinacionales? pues los mismos señores ricos y poderosos que están en Francia disque muy preocupados por el cambio climático.

Amigo lector, ¿será que es válido hacer tanta alharaca, para que nos escuchen los señores que tienen el planeta envuelto en una diatriba, si hacer el cambio ya, o esperar otra centuria a ver si el hombre cambia de pensar y empieza a limpiar la única casa habitable conocida por el hombre en la vía láctea?

Ya el daño para el planeta es irreversible, no hay nada que podamos hacer, hemos destruido el único planeta verde del sistema solar y un día, la tierra será como los demás planetas, un lugar oscuro y sombrío, donde las piedras seguirán siendo los únicos habitantes silenciosos y cuente la historia de lo que aquí pasó a los nuevos huéspedes.  En los próximos cinco millones de años que vienen, puede que Dios vuelva a darle vida al ser más destructor llamado hombre y no creo que Dios se equivoque dos veces.

 

Eber Patiño Ruiz  

Sobre el autor

Eber Patiño Ruiz

Eber Patiño Ruiz

Hablemos de…

Eber Alonso Patiño Ruiz es comunicador social, periodista de la Universidad Católica del Norte Sede Medellin, Antioquia. Su gran pasión es la radio y la escritura. Tiene dos novelas terminadas y una en camino, un libro de cuentos y otro de historias fantásticas; tres libros de poesía: Huellas, Tiempos y Expresión del alma.

@Eber01

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