Opinión

La cultura del olvido

Carlos Cesar Silva

01/12/2015 - 05:55

 

Plaza Alfonso López (Valledupar)

Es habitual escuchar a la mayoría de la gente que vive en Valledupar, hablar con enojo o desesperanza sobre los múltiples problemas que tiene la ciudad: mal transporte público, inseguridad, desempleo, prestación deficiente de los servicios domiciliarios, crisis financiera del municipio… Sin embargo, pocos mencionan una de las dificultades más nocivas, más punzantes: la falta de una política pública que permita hacer de la cultura, que es nuestro principal potencial, un instrumento de transformación social y económica.

La cultura no solo es música vallenata (como muchos piensan en Valledupar), también es cine, teatro, danza, pintura, escultura, lenguaje, historia, costumbres… Y estas expresiones, cuando se ofrecen las garantías para su desarrollo, pueden influir de manera determinante en los distintos aspectos de la vida del ser humano. No obstante, la mayoría de la ciudadanía y, por ende, la administración local (esta es ejercida por quienes aquella elige) muestran un eminente menosprecio hacia la cultura y su capacidad para generar cambios.

En muchas ciudades del mundo han comprendido que la cultura, como señaló alguna vez Gabo, es “el aprovechamiento social del conocimiento”. Por ejemplo, en Argentina, la Fundación Teatro Argentino de La Plata, que tiene como objetivo llevar las artes escénicas a un público amplio, desarrolla las destrezas de jóvenes y adultos desempleados a un costo mínimo y, cuando finaliza el curso, muchos de ellos encuentran trabajo en instituciones de producción y teatro.

Aquí en Colombia, en Medellín, los parques y bibliotecas se han convertido en espacios públicos para el desarrollo de los niños, la recreación familiar y la prevención del crimen. Además, su arquitectura rompe con el prejuicio de que la belleza y el diseño son exclusivos de los ricos, pues la mayoría de estas obras están ubicados en barrios marginales. 

La indiferencia ciudadana y política ha ocasionado un sinnúmero de problemas a la cultura en Valledupar. Hoy no se cuenta con la infraestructura, los programas y los servicios pertinentes para promover el talento local. Pocos dimensionan que hacen falta teatros, museos, bibliotecas, parques, talleres, festivales de diferentes manifestaciones artísticas... Pocos saben del concepto de economía creativa, que estimula el progreso y el rechazo al delito, mediante el conocimiento de la gente y la historia de las ciudades.

Valledupar está perdiendo su vocación netamente agrícola y ganadera. Por su esencia y cualidades actuales, lo más provechoso es que se empiece a consolidar como una ciudad turística, universitaria y ecológica. Por eso causa angustia que la cultura, que es clave para impulsar lo antes señalado, esté quedando en el olvido.

Me ilusiona que el alcalde electo, Tuto Uhía, diga que va a convertir a Valledupar en un “Distrito turístico, cultural y ecológico”. Aunque me preocupa que durante la campaña, en una reunión con un colectivo de artistas, manifestó: “Yo quiero hacer algo grande con la cultura, tan grande, pero tan grande”. Hizo una pausa, alzó los brazos como alabando a Dios y añadió: “…que no me cabe en la cabeza”.

 

Carlos César Silva

Sobre el autor

Carlos Cesar Silva

Carlos Cesar Silva

La curva

Carlos César Silva. Valledupar (Cesar) 22 de noviembre de 1986. Abogado de la Universidad Popular del Cesar, especialista y magister en Derecho Público de la Universidad del Norte. En el 2013 publicó en la web el libro de artículos Cine sin crispetas. Cuentos suyos han sido publicados en las revistas Puesto de Combate y Panorama Cultural. Miembro fundador del grupo artístico Jauría. Cocreador del bar cultural Tlön.

@ccsilva86

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

Mientras se aclara el agua revuelta

Mientras se aclara el agua revuelta

  Recién pasó la contienda electoral, y como se dice coloquialmente, candidatos y líderes políticos dejaron hechos girones sus ca...

El ocaso de los Festivales Vallenatos

El ocaso de los Festivales Vallenatos

Con muchos bríos, y luego de unas merecidísimas vacaciones, regresamos a este espacio con un tema de esos que levantan ampollas, espe...

Vallenato, patrimonio inmaterial: ¿De qué ha servido?

Vallenato, patrimonio inmaterial: ¿De qué ha servido?

  A finales del año anterior el senador por el Partido Verde, Antonio Sanguino Páez, en ejercicio de su función de control políti...

Navegando cargado de libros

Navegando cargado de libros

  ¿Qué sería la vida sin problemas? ¿Qué sería la vida de una persona sin dificultades? ¿Valdría la pena vivir una vida muell...

Colombia y Brasil: lágrimas de alegría y dolor

Colombia y Brasil: lágrimas de alegría y dolor

“Uma derrota que vai marcar uma naçao" (Una derrota que marcará una nación), con esta sentida frase mi amigo Hamilton Cidade actua...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados