Opinión

A propósito de Ariadna

Diógenes Armando Pino Ávila

23/12/2015 - 05:45

 

Ariadna en la isla de Naxos / Obra de George Frederic Watts

A propósito de la anécdota bochornosa de la doble coronación del certamen «Miss Universo» me da vueltas en la cabeza el sonoro nombre de la hija del poeta Jorge Marel, esa preciosa joven que representaba a Colombia y cuyo nombre sonoro, «Ariadna», hace reminiscencias a la mitología griega; historia que deseo refrescar para que no se me olvide.

«Adrógeno» el hijo de «Minos» llegó a la isla de Creta para concursar en los torneos de lucha y carrera que todos los años se realizaban en dicha isla, obteniendo el triunfo y el premio por su competición en lucha dónde venció a todos sus oponentes. Tal victoria fue mal digerida por los atenienses, los que mal aconsejados por su orgullo herido decidieron darle muerte a »Andrógeno»,  la muerte de su hijo hace que «Minos rey de Creta», en su dolor inicie una guerra contra los atenienses, sitie y someta las ciudades de Megara, Atenas y Minerva. Los líderes atenienses en su desespero consultan «El Oráculo de Delfos», el cual les aconseja rendirse y cumplir las condiciones que imponga el rey «Minos», y así lo hacen.

El rey de Creta en su inmenso dolor impone como condición que la ciudad de Atenas por un periodo de 30 años envíe a siete jóvenes y siete doncellas como sacrificio ante «El Minotauro», un descomunal e insólito toro que comía carne humana (No el caballo que mencionó Diomedes Díaz). Cuenta la historia que ya habían escogido los catorce jóvenes para enviarlos a la ciudad de Creta donde en una gruta laberíntica vivía recluido el «Minotauro», estando en esas, se presentó «Teseo» el hijo de «Egeo» rey de Atenas. Este joven había estado ausente de la ciudad y, por tanto, no se había enterado de la guerra ni de los términos de la capitulación ante «Minos» y al ver que se disponen a embarcar a los 14 jóvenes, toma la decisión de acompañarlos siendo uno más de la expedición, Egeo su padre no pudo persuadirlo para que no se fuera. Se embarca en la nave de los escogidos con destino a Creta, donde desembarcarán camino a la gruta donde el toro descomunal está encerrado.

Al llegar la nave a Creta encuentran en el puerto a una muchedumbre expectante que les espera, entre ellos  se halla «Ariadna», la hija de «Minos», la que se enamora a primera vista de «Teseo» y le declara su amor, además, cuenta la leyenda, le ofrece interceder ante su padre para salvarlo, «Teseo» se niega y le jura que a su regreso la hará su esposa, entonces Ella le hace entrega de la punta de un ovillo de lana con el que estaba tejiendo, quedándose Ella con un extremo en su mano. Es este regalo, aparentemente, insubstancial el que utiliza el joven ateniense para entrar al laberinto y en la medida que avanza va desenredando el ovillo para no perder la conexión con «Ariadna». Ella en el extremo que tiene en su mano va sintiendo los leves tirones que da su amado al avanzar hacia el interior del laberinto.

«Teseo» mata al «Minotauro» y aprovecha la senda marcada por el hilo para poder salir del laberinto, al salir victorioso de tamaña empresa, toma en sus brazos a «Ariadna» y parte hacia su patria, pero en la isla de Naxos una fuerte tempestad les hace tomar tierra, «Ariadna» vencida por el cansancio se duerme profundamente y «Teseo», al amainar la tempestad, se embarca rumbo a su patria, y en un imperdonable olvido, deja abandonada a su amada en la isla de Nexos. La bella hija de «Minos», al despertar llora y se lamenta desconsoladamente y es tal su desespero y tan fuerte sus gritos y lamentos que «Baco» (Otro personaje de la mitología griega), la escucha y sale a atenderla solícito. «Baco» le habla tan dulcemente que termina enamorándola y convirtiéndola en su esposa.

Nuestra «Ariadna» colombiana, no tuvo la suerte de encontrar a «Teseo» ni a «Baco», antes por el contrario, ella sola, tuvo que entrar al laberinto a enfrentar al «Minotauro» traicionero del concurso de Miss Universo, el que con las afiladas garras de su comercio cortó el hilo que la conduciría a la fama en esa gruta bestial de la explotación comercial. De todas maneras el pueblo colombiano fiel a su tradición de «país de reinas» la erigirá como la «Miss Universo» de los colombianos y su reinado será perenne ya que esta dolorosa anécdota perdurará por siempre en la memoria colectiva de un país que olvida su dolor para recordar las alegrías, como un mecanismo de defensa para no sucumbir ante la vorágine de violencia que ha sido su historia.

 

Diógenes Armando Pino Ávila 

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Ávila

Diógenes Armando Pino Ávila

Caletreando

Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).

@AvilaDiogenes

2 Comentarios


Berta Lucía Esrada 23-12-2015 07:21 AM

REINADOS DE BELLEZA: Considero los reinados de belleza una verdadera catástrofe, los veo como una feria donde venden a las mujeres al mejor postor, como si se tratase de vender vacas o caballos. Lastimosamente vivimos en una sociedad que privilegia la belleza física por encima de las capacidades intelectuales, y esa es una de las causas de la violencia de género. Berta Lucía Estrada Autora de la columna Fractales, Panorama Cultural

Jorge Marel 23-12-2015 09:15 PM

Elegí el nombre de Ariadna por ser admirador de la cultura helena y de sus mitos y leyendas.Y le agregué María por la madre de Jesús y por su relación con el mar.(Jorge Marel)

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