Opinión
Editorial: Las fiestas de Valledupar y el inicio de una programación cultural anual
La nueva administración de la alcaldía de Valledupar abre su mandato con unas fiestas en homenaje a la fundación de Valledupar. Los 466 años de la ciudad de los Santos Reyes serán motivo de diversas actividades culturales y deportivas.
Entre lo más destacado, encontramos el gran concierto que tendrá lugar el miércoles 6 de enero en el Parque de la Leyenda Vallenata, pero también los foros previstos el 5 y 8 de enero sobre la Composición vallenata y las Remembranzas del viejo Valledupar.
Debe valorarse el esfuerzo de continuidad en la preservación de estas fiestas fundacionales, que generan identidad y apego al municipio de Valledupar. Más que un argumento turístico estas fiestas animan la vida local, inyectan movimiento en su economía, ensalzan ciertas expresiones culturales y generan un ambiente de convivencia.
Por eso saludamos la inclusión de eventos como los Foros que destacan la Memoria y el diálogo, la caminata ecológica que alienta al respeto y la admiración del entorno natural, las noches y los ciclo-paseos familiares que rescatan un espacio notable para la educación y la armonía, así como los encuentros deportivos (dominó y voleibol) que resaltan la competencia sana, y el espacio dado a otras expresiones (como la poesía o la danza).
Esta programación refleja, sin lugar a dudas, una voluntad de consolidar de manera transversal diferentes expresiones del municipio y llegar a otros espacios no tan incluidos en las últimas décadas.
Por otro lado, es importante recordar que las Fiestas de Valledupar abren un camino simbólico en la Agenda cultural anual de la ciudad, y por lo tanto, no pueden representar un esfuerzo puntual y extraordinario, sino más bien una etapa de un conjunto de eventos bien planeados. Como hemos podido comentarlo a lo largo de estos últimos años, también es necesario establecer un calendario preciso y adelantarse ya a los próximos eventos.
La gran mayoría de los gestores culturales con experiencia, y las oficinas culturales de grandes ciudades, sostienen que debe haber un evento de carácter importante cada 2 o 3 meses en una ciudad capital.
El Carnaval de Valledupar que dejó de celebrarse en los últimos años debido a ciertas dificultades de orden público –y que fue reinstaurado en el último año de la administración del alcalde Fredys Socarrás– es una de las fiestas más antiguas de la ciudad que debe recuperarse para la satisfacción del público vallenato y en nombre de la tradición local.
También se debe plantear cuáles serán las otras grandes celebraciones que marcarán la vida de la ciudad (además del Festival de la Leyenda Vallenata). El trabajo no es sencillo, pero vale la pena. Con una Agenda cultural equilibrada –que cuida gran parte de las expresiones artísticas de la ciudad-, Valledupar florecerá con más brío.
PanoramaCultural.com.co
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