Opinión
La luna tiene poder
Anoche observé la luna, ese satélite natural que causa tanta fascinación a los seres humanos, esa que desde siempre ha sido rodeada de misterio y a la que todas las culturas del mundo le han dedicado un espacio dentro de sus mitos y leyendas. Ver su plateada luz, suspendida de un cielo negro que hacía resaltar, si se puede, su belleza y su poder de ensoñación, me atrajo de tal manera que ocupó mi atención por largo tiempo sin poder ocuparme de escribir esta nota, que hoy al enfrentar la página en blanco no tuve más remedio que sentarme a escribir sobre Ella.
Los arhuacos tienen una hermosa leyenda para explicar su origen: Cuentan los Hermanos mayores, que una bella india tuvo bajo la oscuridad de la noche dos hijos (niño y niña) que despedían una inmensa luminosidad y que ella para protegerlos de la curiosidad de su pueblo los escondió en una cueva, pero que la luz que emitían lograba filtrarse por las rendijas y orificios que tenía la caverna, lo que hizo que pasado un tiempo su pueblo se diera cuenta del resplandor que salía de la cueva.
Los arhuacos atraídos por la luz se acercaron al escondite de los niños y con caracoles y ocarinas comenzaron a tocar una bella música que hizo que el niño, a quién su madre le había puesto por nombre Yui, saliera atraído por la hermosa música. Los arhuacos fascinados trataron de tocarlo y Yui asustado voló hacia lo alto y se convirtió en el sol. Días después los arhuacos volvieron frente a la cueva y tocaron música aún más bella y la niña Tima, hermana de Yui, salió curiosa, para que no escapara, los indígenas trataron de enceguecerla arrojándole cenizas en su cara, pero Tima emprendió el vuelo y se convirtió en la luna, por eso su luz es mucho más tenue que la de Yoi.
En la cultura Muisca encontramos a Chía la bella mujer de Bochica, libertina y terca que gustaba incitar a los placeres y borracheras y que por tanto Bochica convirtió en lechuza para que solo saliera de noche dando origen a la luna. Como estas hay muchas historias, cuentos y leyendas que hacen referencia a la luna en la cosmogonía de los pueblos aborígenes.
En el siglo XVI los franceses tomaron a Pierotto o Pedrolino y lo convirtieron en ese payaso triste de cara blanca que llamaron Pierrot, al que su amada Colombina, la alegre y brillante hija del día, lo traicionó con Arlequín, no quedándole a Pierrot más consuelo que el de mirar la luna todas las noches para recordar a su amada y ser fiel a su tristeza.
En mi pueblo, nuestros mayores le daban una serie de poderes, tales como que no podía cortarse la madera estando la luna «biche», pues seguro que la polilla la dañaba. También sostenían que no se podía castrar los animales estando la luna en primera fase creciente ya que se hinchaban y podían morir. Las mujeres no podían cortarse el pelo en menguante porque se les dañaba. Le atribuían a la luna llena el poder de incentivar comportamientos anormales y de locura en algunas personas, lo que simplemente explicaban con: «lo removió la luna».
Dicen que es amiga de los enamorados y Celestina cómplice de los amantes, que permite encuentros furtivos y sexo clandestino. Los poetas de todos los tiempos le han cantado, la han convertido en fuente de su inspiración y confidente de sus amores. ¿Cuántas canciones se habrán cantado en serenatas bajo su luz? ¿Cuántos amores se han declarado bajo sus plateados rayos? ¿Cuántos amantes se habrán jurado amor eterno bajo su influjo?
Pienso que a pesar de estar a una distancia media de 384.400 kilómetros de la tierra, ejerce todos esos poderes y otros muchos que todavía no se han descubierto, creo que es capaz de producir cambios y trastornos en el comportamiento de las personas, por lo menos a mí no me dejó dormir y pasé toda la noche pensando en ella.
Diógenes Armando Pino Ávila
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Ávila
Caletreando
Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).
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