Opinión
Reconciliación política
Bajo el título de “La primera reconciliación es política”, el artículo de León Valencia, aparecido en El Espectador del domingo 20 de marzo, es un texto que todos deberíamos masticar a conciencia a ver si por fin logramos digerirlo.
Ahí se pone el dedo en una llaga que crece como la mala hierba. Ya que de los diálogos de paz, nosotros -los colombianos del común- solo conocemos una información mediatizada, cada quien comenta y concluye de acuerdo a su circunstancia. Y como nuestra capacidad analítica está muy lejos de ser objetiva, “nos damos en la cara ma…”, según pinten las imposiciones del ego, las carantoñas sociales y las agallas económicas.
León Valencia insiste en lo difícil de reconciliar las distintas vertientes de la mentalidad humana, sobre todo en un país que como el nuestro, todavía cree en el relumbrón de las pelucas virreinales, citando al respecto las palabras de Daniel Samper Pizano: “Me doy cuenta de que formamos parte de un grupo que maneja casi todo en este país –expresa el susodicho- Somos parte de esta oligarquía y eso demuestra las serias limitaciones de nuestra democracia”.
Exactamente, don Daniel, ha dado usted en el clavo. Mientras la calidad del ciudadano se determine en forma directamente proporcional al número de ceros a la derecha de su cuenta bancaria, seguiremos rebuznando (con perdón de estos nobles solípedos) De manera que la paz en Colombia solo será abordable si nos asomamos al espejo antes de maquillarnos.
Si aprehendemos o aprendemos lo saludable de una escala de valores al menos medianamente inteligente, recordando que nuestra entrada y salida de este mundo demandan el mismo pasaporte miserable al pobre y al rico, al joven y al viejo, al sabio y al ignorante.
¿Va contra la asepsia social el hecho de militar en la izquierda o en la derecha políticas de Colombia? Nada de eso, apreciados contertulios, lo que revienta el hilo es este maniqueísmo hipócrita que se cierne como ave de mal agüero hasta sobre un asunto tan visceralmente necesario para todos, como es el buen resultado de una paz negociada en los diálogos de La Habana.
Gloria Cepeda Vargas
0 Comentarios
Le puede interesar
Cuando el fin no justifica los medios
Quienes nos desplazamos por el corredor vial que une los principales puertos de la Costa Caribe colombiana y el interior del país,...
Editorial: En defensa de la diversidad lingüística de Colombia
En Colombia existen 68 lenguas nativas, 65 de éstas habladas por comunidades indígenas, una lengua criolla de San Basilio de Pale...
Pasaporte para el hambre
“El hambre hace ladrón a cualquier hombre”. Pearl Buck Todavía, hasta la pasada década de los años 80, se consideraba que las ...
Una culpa colectiva
Nos llegó como una peste bíblica el famoso Covid-19, en principio hubo el mayor pánico mundial que se ha vivido en los últimos año...
Marcos Díaz, otra gloria del Vallenato
Son muchas las glorias del vallenato, y, por eso, la serie “¿Que hacen hoy nuestras glorias?” la mantendremos reviviendo permanent...