Opinión

Un Concejo de puertas abiertas

Diógenes Armando Pino Sanjur

30/03/2016 - 03:00

 

En el litoral caribe, donde la cotidianidad se hace leyenda, cuenta la historia que existía un recinto donde funcionaba el Honorable Concejo Municipal, era un bien desmejorado que no solo había perdido su estructura física, sino también su importancia política en la población.

Un Burgomaestre decidió “dignificar” el recinto y las instalaciones donde los Honorables cabildantes tomaban las decisiones y acciones para el mejoramiento de las condiciones de vida de toda la comunidad, por ello celebró un contrato para su remodelación, la cual a decir verdad, le brindó un nuevo aspecto a las Instalaciones del Concejo y un aire de modernidad.

Para esa época cuando se dio por terminado el contrato y se entregó la obra, la comunidad cansada de los abusos de poder, malos manejos y cinismo de sus gobernantes, especialmente del Director de la ESE municipal se encontraba en paro, exigiendo un mejor y digno servicio de salud.

Pero, como de costumbre, ni las autoridades ni el director quisieron concertar con la comunidad y poner en marcha un acuerdo para mejorar la atención en el centro hospitalario, lo que agudizó la crisis, teniendo que intervenir el Esmad, ocasionando un exceso de fuerza y maltrato a los pacíficos habitantes de San Miguel. Debido a estos hechos, la comunidad se sublevó como nunca antes lo había hecho, ocasionando una asonada que conllevaron al daño de oficinas públicas, entre ellas las Instalaciones del Honorable Concejo, el cual sufrió la destrucción de su única puerta de acceso.

Como era de esperarse después del caos y los desórdenes llegó la calma a San Miguel, las autoridades, el director y la comunidad lograron firmar un acuerdo para salvaguardar la ESE y garantizar un mejor funcionamiento y atención a la comunidad, pero los rezagos de los disturbios quedaron y la puerta del Honorable concejo seguía destruida, exponiendo sus instalaciones a la inseguridad.

Pasan y pasan los meses, la mayoría de oficinas públicas son reparadas, pero la puerta del Concejo sigue sin doliente, gozando de la falta de pertenencia de los concejales, del burgomaestre y de la comunidad y dejando a la deriva el recinto sagrado de la democracia de San Miguel, donde los honorables concejales debaten las decisiones más importantes para la comunidad.

Un día me cuentan que un parroquiano, como de costumbre sale a pasear a su hijo por las calles de San Miguel, con la sorpresa que al transitar por el recinto del Concejo, el niño con su inocencia lo increpa, “Papi, ¿cuándo será que le van a poner la puerta al concejo?”, el padre perplejo por la ocurrencia de su hijo y pensando que era una pilatuna más, le sale al paso diciéndole: ¡Hijo lo que pasa es que este Concejo es de un Concejo de Puertas Abiertas, por eso se encuentra así!.

Pero transcurridos los días, y encontrando el parroquiano en cierta noche una muchachada departiendo y acostados en los escritorios de los honorables concejales, se recrimino decepcionado; “qué Concejo de Puertas Abiertas ni qué Carajo”, esto es la inoperancia, desidia y falta de pertenencia de concejales, gobernante y comunidad ante esta situación, no es posible que mi hijo de apenas 4 años lamente y le preocupe más el estado del concejo que a nosotros que somos los llamados a construir un San Miguel mejor para las nuevas generaciones.

 

Diógenes Armando Pino Sanjur 

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Sanjur

Diógenes Armando Pino Sanjur

Tamalamequeando

Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

¿Qué pasó con el apoyo para el Festival de Barrancabermeja?

¿Qué pasó con el apoyo para el Festival de Barrancabermeja?

  El miércoles anterior recibí un boletín de prensa proveniente de la Fundación Festival Vallenato del Magdalena Medio, en el que...

Cosas que sólo suceden en Valledupar

Cosas que sólo suceden en Valledupar

  La llegada del francés Luis Striffler a Valledupar en 1876, fue un avance para la historia del municipio. Con sus apuntes, que má...

El reciclaje de la violencia en Colombia

El reciclaje de la violencia en Colombia

  Cada día, la percepción de inseguridad en los colombianos es evidente. Los diferentes enfrentamientos armados, protagonizados por...

Editorial: Dónde empieza el Arte y la crítica de Arte

Editorial: Dónde empieza el Arte y la crítica de Arte

Si una pregunta como “¿Qué es el Arte?” acepta múltiples respuestas y enfoques, otra como “¿Qué es la crítica de Arte?” t...

De la corrupción a la pudrición

De la corrupción a la pudrición

  “Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella”. Sobreponiéndose a la evid...

Lo más leído

El origen de la deliciosa tres leches

Verónica Machado | Gastronomía

Las tuquecas de cualquier lugar

Rodrigo Rieder | Medio ambiente

Un paseo por el cementerio San Miguel de Santa Marta

Joaquín A. Zúñiga Ceballos | Turismo

Francia y la pintura erótica

Memo Alfaro | Artes plásticas

La narratividad en las canciones de Luis Enrique Martínez Argote

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

Poética de Carlos Vives en el Canto vallenato

José Atuesta Mindiola | Música y folclor

Contiendas en la música vallenata

Luis Carlos Guerra Ávila | Música y folclor

La crónica en el Caribe colombiano

Lina Vega-Estarita y Marta-Milena Barrios | Periodismo

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados