Opinión
El uribismo y la desobediencia civil
Al conocer la noticia de que el expresidente Álvaro Uribe Vélez invitaba los colombianos a realizar una movilización masiva de resistencia civil contra el acuerdo de paz en la Habana, quedé perplejo y atónito. No podía entender cómo un político, que enarbola la justicia y el respeto a las instituciones, puede incitar al pueblo a rebelarse, desobedecer e irrespetar la autoridad de un gobierno legítimamente constituido.
Pero analizando el actuar del doctor Uribe comienzo a asimilar su propuesta y concluyo: ¿Qué se puede esperar del hombre que fue capaz de cambiar las reglas de juego de la democracia para su propia conveniencia y modificar la constitución política para garantizar su reelección presidencial? ¿Cómo no entender un personaje que de manera autoritaria impuso su poder político y económico desde la presidencia para tratar posesionarse como el mesías de la política nacional y asegurar la consolidación de su partido político?
Por eso, ahora la idea de una desobediencia civil de los colombianos no se me hace extraño, no me sorprende y ni me asusta, todo lo contrario, me sumo a su convocatoria, es que es natural que todos los colombianos realicemos movilizaciones y nos rebelemos contra el promotor de la Ley 100, quien le debemos el nefasto sistema de salud con que contamos y el culpable que muchos colombianos mueran en los mal llamados paseos de la muerte por convertir la salud de derecho a un negocio.
Necesitamos que todos de manera unánime hagamos una desobediencia contra el culpable de las chuzadas y los falsos positivos, políticas éstas que desestabilizaron la justicia, la libre expresión y opinión del país, llenaron de dolor y enlutaron a centenares de familias que vieron como sus seres queridos fueron vilmente asesinados de manera sistemática.
El país debe manifestarse en contra del ponente de la Ley 50, reforma laboral que restringió la estabilidad laboral, quien aumento la edad de jubilación, acabo con los recargos nocturnos, líquido, reestructuro o privatizo varias empresas del estado, perjudicando miles de trabajadores quienes perdieron la oportunidad de ganarse su sustento diario y brindarle bienestar y mejores condiciones a sus familias. ¿Por qué no sublevarse contra los responsables de actos de corrupción como agro ingreso seguro o Reficar, quienes coartaron la posibilidad que campesinos accedieran a créditos o que la nación realizara obras de inversión que mejoraran la calidad de vida de los colombianos?
Por esto y mucho más, le doy la bienvenida al ex presidente Uribe y a su llamado a la resistencia civil, porque los colombianos debemos tener memoria y, desde ahora, debemos movilizarnos y adelantar una Desobediencia Civil, consistente en castigar electoralmente a los partidos y líderes demagogos, que de manera descarada para satisfacer sus intereses personales, promueven y adelantan acciones y políticas en contra de la clase menos favorecida, solamente así podemos aportar en la construcción de un mejor país y garantizar el mejoramiento de la calidad de vida de todos los colombianos, de lo contrario estaríamos condenándonos a la pobreza, atraso y politiquería perpetua.
Diógenes Armando Pino Sanjur
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Sanjur
Tamalamequeando
Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.
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