Opinión

El disfraz de los cobardes

Carlos Cesar Silva

27/06/2016 - 06:10

 

“La auténtica cabeza, el rostro más real / Se ocultan al amparo de la cara que miente”.

Charles Baudelaire.

Ocultan su verdadera cara detrás de un retrato robado, un paisaje conocido o una caricatura ridícula. Se atribuyen títulos académicos, trabajos y pasiones que no tienen. Usan un lenguaje vago porque no exponen una personalidad definida: su prosa es vulgar, exagerada, cariñosa, bellaca, jovial. Conocen a todo el mundo pero nadie los conoce a ellos. Son heraldos de la mentira que les gusta juguetear con la calma y el prestigio de los otros, pero que a veces también buscan defender una causa o posesionar el nombre de un tercero.

Pueden despertar odio, envidia y hasta amor. Surgen y viven en un entorno de debate, pero su propósito no es hacer fluir las ideas sino crear confusión, pleito y rencor. Fantasean atracos, muertes y resultados policivos que tratan de probar a través de imágenes de hechos que ocurren en otras partes. Los pocos seguidores que tienen, en su mayoría, no son reales. Ya la policía dice saber de su existencia y sus marrullerías, un equipo de la Dirección de Delitos Cibernéticos anda tras su pista.

Expresan sus bazofias por medio de cuentas falsas en redes sociales, ellos son eso: cuentas falsas, gente falsa, pensamientos falsos. Se valen del Facebook, del Instagram y sobre todo del Twitter para tergiversar la realidad, para acabar con la honra de quienes dan la cara. No son artistas que usan un nombre poético para divulgar su obra como Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto utilizó el seudónimo de Pablo Neruda, sino que son ladrones encapuchados que penetran en el mundo virtual de otros con la intención de ensombrecer los argumentos con los insultos y sabotear la opinión pública. 

Comprenden que las redes sociales son un medio de comunicación rápido, masivo y democrático, pero no las usan para enriquecer la deliberación y el control ciudadano sobre el manejo del Estado, sino para hacer de una mentira una verdad o de una verdad una mentira. Algunos andan en este cuento porque salvaguardan unos intereses contrarios a la causa de quienes agreden, otros porque les pagan y otros porque no tienen más nada que hacer. Quizás son hombres que se disfrazan de mujeres o mujeres que se disfrazan de hombres: son incluso un peligro para el amor en el ciberespacio.

En Valledupar los hay por montón. Existen empleados de administraciones públicas que prefieren no expresarse de frente, mandaderos políticos que intentan revolver el río para que sus patrones pesquen, charlatanes que creen que la gloria se alcanza dañando la imagen de los demás, acomplejados que no asumen un rol verídico en la vida… Todos se colocan una máscara para deambular por las redes sociales, echarle leña al fuego del bochinche y esconder su insignificancia. Seguro sus comportamientos guardan algunas diferencias, no son totalmente semejantes, pero siempre tienen una cosa en común: la cobardía.

 

Carlo César Silva

@ccsilva86

Sobre el autor

Carlos Cesar Silva

Carlos Cesar Silva

La curva

Carlos César Silva. Valledupar (Cesar) 22 de noviembre de 1986. Abogado de la Universidad Popular del Cesar, especialista y magister en Derecho Público de la Universidad del Norte. En el 2013 publicó en la web el libro de artículos Cine sin crispetas. Cuentos suyos han sido publicados en las revistas Puesto de Combate y Panorama Cultural. Miembro fundador del grupo artístico Jauría. Cocreador del bar cultural Tlön.

@ccsilva86

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El alcalde y la pintura de la ignorancia

El alcalde y la pintura de la ignorancia

  Haber sepultado con los rodillos del desconocimiento artístico-cultural y la pintura de la ignorancia –Para efectos de esta co...

La Cultura debe llevar de la mano a la Educación

La Cultura debe llevar de la mano a la Educación

  Hay enseñanzas inolvidables, enseñanzas que se vuelven costumbre, hábitos de cotidiana repetición, aunque, no por convertirse e...

Nace el Templo del Vallenato

Nace el Templo del Vallenato

Con algo de tardanza, como casi todas las obras públicas que se realizan en nuestro país, se efectuó la demolición del edificio con...

El país de las maravillas Vs el país real

El país de las maravillas Vs el país real

  Escuchando el tono altivo, de cabo tropero, que dio el presidente Duque diciendo “Colombia no para ante las amenazas de ningún g...

El espíritu del Magiriamo

El espíritu del Magiriamo

  Hace mucho tiempo, mucho antes de los colonos; la tierra en el norte de Colombia era inhóspita con una exuberante vegetación. La ...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados