Opinión

Santo Tomás de los Besotes y las odas

John Bolívar

30/06/2016 - 07:30

 

Tomás Darío Gutiérrez / Foto: archivo PanoramaCultural.com.co

Soy del verso, la añoranza,

del tirano, la pasión,

soy el ocaso de un Dios,

sobre un crisantemo blanco.

Es un fragmento de la canción Horizonte, de Tomás Darío Gutiérrez, mi Vallenato favorito, y uno de los mejores poemas que se hayan escrito en el mundo. Tomás Darío es de una generación de compositores prodigiosos, de esos que evolucionaron al vallenato romántico sin perder su esencia ancestral, de aquellos que, siendo hijos de campesinos recios, tuvieron la oportunidad de estudiar y alimentar con sus conocimientos de la literatura universal esta bella música vernácula sin lastimarla.

Besos que fueron ayer.

mi quimera, mi ser,

mi imposible divino,

besos que al fin encontré,

en tus labios de miel,

a mitad del camino.

Estos versos describen los besos que sentí cuando conocí el amor. Tomás Darío crea poesías perfectas, sus obras son piezas completas, no les queda faltando ni les sobra nada, tampoco se le ven las costuras. Con una melodía pegajosa cualquier letra sin el menor valor poético se puede disfrazar. No es el caso de las obras de Tomás Darío, sus creaciones se escuchan maravillosamente en la voz de los grandes cantantes que las han interpretado, pero declamadas, o simplemente leídas también tienen una magia encantadora, esto se debe a que, más que canciones, son poemas, poemas maravillosos a través de los cuales he enamorado a muchos foráneos que detestaban del Vallenato, debido a que las emisoras interioranas los tenían acostumbrados a ese “Vallejarto” llorón y repetitivo que se atrinchera peligrosamente detrás de la buena reputación de nuestra música.

Cuando me fui a otras tierras en busca de mejores horizontes, dejé a Tomas siendo uno de los compositores más prolíferos del vallenato, también empezaba como investigador acerca de los orígenes de nuestra música. A mi regreso, después de muchos años, me he encontrado con la maravillosa sorpresa que se ha convertido en un respetable historiador y un gran ecologista.

Está al cuidado del eco-parque Lo Besotes, al que le dedica la mayor parte de su tiempo, conoce cada árbol de ese gran territorio, les tiene nombre propio y les habla, contempla con éxtasis de niño a través de sus potentes binoculares los pájaros que habitan ese pedazo de las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, trabaja con ahínco para crear conciencia en sus paisanos y foráneos acerca de los peligros que corre nuestro sistema ecológico, me enteré que recientemente lo vieron llorar ante un poderoso incendio que arrasó con una parte del eco-parque, lloraba porque morían especies de árboles nativos que son de tardío crecimiento, lloraba porque murieron muchas especies de animales nativos en peligro de extinción; pero lloraba ante todo porque no podía entender que manos criminales pudieran causar ese terrible daño.

Hay quienes dicen que Tomás Darío tiene ganado el cielo con esa obra, que es un santo, unos amigos bromean diciéndole Santo Tomás de los Besotes, yo reflexiono y pienso que Dios en agradecimiento por salvar sus criaturas indefensas, tal vez lo santifique y los deseos de sus amigos se materialicen.  

Me alegró verlo en un conversatorio sobre folclore vallenato, donde constaté de su gran conocimiento y respeto como historiador, hizo tal despliegue con datos y fechas que dejó sorprendido a todos los presentes. Sin duda es un historiador de respeto.

Necesito ser libre y feliz,

en la vaga ironía de mis versos,

adorarte y morirme por ti,

ser un loco de amor,

dulcemente perverso

Sus dos labores: Historiador y ecologista ocupan todo su tiempo desapareciendo a quien considero el mejor poeta del vallenato y uno de los más grandes del país. No me parece justo para con aquellos que amamos su poesía, si hay un Dios magnánimo le exijo que nos devuelva al poeta, que lo santifique por su obra de salvador ecológico si así lo desea, pero que nos permita seguirnos deleitando con sus versos, para que se manche con su sangre cada piedra de su becerril del alma si el deja de querer a su amor, y que redoblen las CAMPANAS,  sin que tenga que hacer LA RETIRADA, cantando BENDITAS SEAN LAS MUJERES, no importa que le toque decirles: ADIOS PRIMER AMOR, luego de darle unos tiernos BESOS, y decirle NECESITO DE TI, para estar BAJO EL PALMAR, en una noche de LINDO ABRIL, contemplando el HORIZONTE, sin miedo a que llegue EL INVIERNO.

Los que amamos sus letras exigimos a nuestro Tomás Darío el poeta, el cantor, el maravilloso compositor, lo queremos santo o pagano, si Dios quiere conservarlo como un santo, entonces que lo deje seguir siendo poeta y lo llamaremos Santo Tomás de los Besotes y las Odas.

 

John Bolívar Acosta

@johnbolivaracos

1 Comentarios


LUIS EDUARDO BARRETO MUEGUES 30-06-2016 07:31 PM

Es una sensatez absoluta escribir asi sobre un ser humano que ya ha trascendido por su obra

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