Opinión

Hay que recuperar las orillas del rio Guatapurí

José Atuesta Mindiola

18/07/2016 - 06:25

 

El río Guatapurí es patrimonio de los vallenatos y de todos los visitantes.  El mayor encanto de la ciudad es la magia musical de los acordeones y el rumor plateado de sus aguas heladas. Es deleite para el alma contemplar el cristalino andar de la corriente, escuchar entre las gigantes rocas el eco de los pájaros cantores y sentir en las mañanas las escarchas sonámbulas del viento. 

Bañarse en el rio es un disfrute envidiable y caminar descalzos por sus orillas es sentir las caricias frescas de la corriente y la fineza de los cristales de arena. La ciencia médica explica que son innumerables los beneficios de cambiar descalzos sobre la arena, porque fortalece el sistema inmune, aumenta el oxígeno en la sangre, reduce el insomnio, alivia la ansiedad, el estrés y la depresión.

Es necesario recuperar los espacios públicos del rio; sus orillas son sagradas y exclusivas para los bañistas y visitantes, no pueden ser invadidas por los vendedores. Las carpas de los primeros vendedores fueron instaladas a varios metros del rio y dejaban espacios libres para los bañistas y visitantes, de seguro que eran personas que respetaban las normas y tenían sentido colectivo.

Pero los recientes vendedores ya están instalando las carpas al borde del agua e inclusive en algunas partes las sillas están dentro del agua. No dejan zonas libres en la orilla.  Un caso emblemático, frente a la sirena, entre dos rocas, bajando por la margen derecha, un espacio de pocos metros cuadrados de arena, donde las personas solían sentarse temprano a observar la sirena o leer un libro, ya está invadida y casi es imposible tirarse al agua en ese sitio. Desde las seis de la mañana empiezan los invasores de ese lugar a instalar sus carpas, su enfriador para vender cervezas y su equipo de música a todo volumen.

Es un derecho disfrutar de sus orillas y de sus livianas aguas saltarinas.  Pasear no tiene que ser sinónimo de consumo de alcohol ni de fumar cigarrillos y muchos menos de alucinógenos.  En sitios libres de encuentros de familias, donde estén presentes niños, se debe prohibir el consumo de bebidas alcohólicas, de cigarrillos y cualquier alucinógeno, y es un derecho universal dar ejemplo a los niños.  Y después nos preguntamos ¿por qué en Colombia, cada vez los niños comienzan a consumir ron y drogas a temprana edad?   

Todos tenemos derecho a recrearse de las bondades de la naturaleza, como lo consagra el artículo 79 de la Constitución. Todas las personas tienen derecho a gozar de un ambiente sano. La ley garantizará la participación de la comunidad en las decisiones que puedan afectarlo. Es deber del Estado proteger la diversidad e integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la educación para el logro de estos fines.

Ahora que el Plan de Desarrollo Municipal, contempla el eco parque del rio Guatapurí, según lo expresa el jefe de Planeación, Aníbal Quiroz Monsalvo, que va del puente Hurtado al cerro de Cicolac. Es prioritario recuperar los espacios públicos del rio. Los ríos son patrimonios inalienables de la humanidad.

 

José Atuesta Mindiola

 

Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

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