Opinión
El gran demócrata y el pequeño dictador
Colombia está políticamente polarizada, el resultado de las elecciones presidenciales pasadas donde Juan Manuel Santos ganó por menos de un millón de votos dejó ver la crispación por la que pasa el país. El punto decisivo en aquella campaña electoral fue el proceso de paz, negociación que tiene enfrentado al presidente más popular de los últimos 30 años con el resto de líderes políticos. Uno de ellos es Antonio Navarro Wolf, quien fue abucheado y confrontado por algunas personas en Medellín –ciudad natal de Uribe- mientras hacía campaña a favor del SI en el plebiscito.
Navarro Wolf es quizás uno de los personajes de izquierda con mayor credibilidad en Colombia. Integrante y jefe negociador del M-19, vivió la guerra y la paz del siglo pasado en el país. Fue víctima de un atentado donde perdió parte de una pierna y ni bien llegado al hospital sufrió un nuevo ataque. Su mayor legado es la carta magna, Navarro fue uno de los tres presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente que redactó la Constitución Política vigente en 1991. Dejó las armas para comenzar su vida pública, ha sido alcalde, gobernador, representante a la cámara y senador.
Por el NO está un expresidente que en sueños deambula por la casa de Nariño, experto en desprestigiar a la persona pero nunca al argumento, la semana pasada tuvo que retractarse de las acusaciones realizadas al actual concejal de Bogotá Hollman Morris ante una corte, nunca ante el país. Un personaje que dejó mil escándalos en sus dos periodos presidenciales y que si no es por la corte constitucional iba por una tercera parte. La corrupción es su sombra, la mayoría de sus hombres de confianza han sido capturados, están huyendo o tienen cuentas pendientes con la justicia. Uribe es un caudillo que pretendía pasar 12 años en el poder, un personaje que se atrevió a cambiar la constitución para su beneficio personal, un pequeño dictador.
Por el SI está un ejemplo vivo de reconciliación para el país, alguien en el que cualquier subversivo que tenga aspiraciones políticas serias puedes verse reflejado, una persona que al perder la posibilidad de aspirar a la presidencia en 2006 no cuestionó resultados, apoyó a quien lo derrotó en aquella ocasión. Un político con una hoja de vida intachable y siempre coherente con sus ideales, en su etapa como gobernador recibió aproximadamente 20 distinciones por su excelente gestión, un soñador que guardó el fusil para escribir la constitución política del país, la personificación del slogan “Si se puede”, un verdadero demócrata.
Las cartas están sobre la mesa y el soberano pueblo colombiano tendrá que elegir, solamente habrá que esperar la fecha del plebiscito, que en mi opinión, será el evento democrático más importante en nuestro país desde la creación de la constitución política en 1991. Los colombianos deben revisar los acuerdos a los que ha llegado el gobierno y las FACR para tomar su decisión, no está de más revisar las carreras políticas de las personas que lideran cada bando, sí le damos contentillo al ego del pequeño dictador o sí apoyamos el proyecto defendido por un gran demócrata.
Edgar Camargo
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