Opinión

Las líneas divisorias

Carolina Vásquez Araya

20/02/2017 - 03:15

 

 

La construcción de muros en la mente del presidente de Estados Unidos no se limita únicamente a las portentosas vallas de hormigón que pretende plantar en la frontera con México. La abundante imaginación de este mandatario va mucho más allá, al reinventar las restricciones para el ingreso de ciudadanos de otros países por razones de religión, cultura y origen étnico con la excusa de provenir de países en conflicto y en donde existe presencia de organizaciones terroristas. Sumado a eso, el señor Trump elevó, con su sola presencia, el ambiente de temor y angustia entre millones de inmigrantes en suelo estadounidense -originarios de otros países- cuya permanencia pende de un hilo sean o no indocumentados.

En realidad, si el estatus legal no ha sido un valladar para impedir el ingreso de ciudadanos originarios de Irán, Irak, Siria, Yemen, Somalia, Libia y Sudán por considerarlos un peligro para la seguridad interior, nada le impide generar una prohibición para el ingreso de ciudadanos de otras regiones. Miles de pasajeros fueron detenidos y algunos deportados de inmediato a sus países de origen el sábado pasado en los aeropuestos de la Unión, mientras otros fueron sometidos a intensos interrogatorios.

La mayoría de estos pasajeros viajaban con visa e incluso se impidió el ingreso al país de muchos que ya poseen el estatus de residente. Los argumentos a favor de la medida por parte de algunos políticos y analistas de medios de comunicación, no lograron neutralizar el ambiente de rechazo generado por este drástico operativo, incluso entre algunos funcionarios del régimen, quienes temen una reacción masiva de protesta. Este incidente –si se le puede llamar así- también debe ser tomado en cuenta por los países ubicados al sur de la frontera con México.

Trump está cumpliendo una a una sus promesas. La guerra contra el terrorismo islámico convertida en una “guerra santa” para erradicar todo vestigio de amenaza terrorista de su territorio, aun cuando muchos de los atentados en suelo estadounidense han sido cometidos por sus propios ciudadanos. Luego, el rescate de la economía declarando “América para los americanos” y el desafío que ello implica con una especie de resaca de la producción industrial y los puestos de trabajo con el objetivo de crear una nación endógena, cuyos estándares en términos de ciudadanía estarían orientados a un estricto sistema de selección para favorecer a los inmigrantes originarios dominantes, vale decir la población caucásica.

En Estados Unidos, lo latino siempre ha sido visto de lado. Para una gran mayoría de estadounidenses lo latino se reduce a México y todo lo ubicado al sur de ese país, sin mayores distingos. Y dado el enorme flujo de inmigrantes indocumentados desde nuestros países, el estereotipo se ha ido consolidando. Sin embargo, Estados Unidos se ha enriquecido con el aporte de científicos y profesionales, artistas y artesanos, gente honesta que ha cultivado sus campos y construido sus edificios, todos originarios del sur.

Ante los movimientos cada vez más agresivos de la Casa Blanca por cerrar compuertas, los gobiernos de América Latina deben reaccionar con energía y certeza con el objetivo de garantizar un trato digno y justo a sus ciudadanos, quienes han emigrado para buscar un futuro mejor y alimentan con sus remesas las arcas de sus países. Que el presidente de Estados Unidos tenga o no derecho a cerrar los accesos a los inmigrantes es una cosa. Que tenga derecho a vejarlos y tratarlos como criminales, es otra. Es momento de demostrar una postura solidaria con esos conciudadanos, algo ausente hasta la fecha.

 

Carolina Vásquez Araya

@carvasar 

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El regalo de García Márquez

El regalo de García Márquez

  Muy seguramente, Carlos Vives y Silvestre Dangond no previeron que serían crucificados por un regalo ignominiosamente criticado a ...

La fiebre no está en las sábanas

La fiebre no está en las sábanas

En Bogotá, a escaso mes y medio de posesionado el alcalde Peñaloza, poco a poco van creciendo las protestas. Lo han hecho los vende...

Eduardo Pinto Viloria: una esperanza apagada por la violencia

Eduardo Pinto Viloria: una esperanza apagada por la violencia

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”. Mahatma Gandhi No es ésta una columna más, es una catarsis al dolor d...

¿Son las alianzas la verde esperanza?

¿Son las alianzas la verde esperanza?

Matrimoniarse en estos tiempos es como ganarse el baloto, sobre esta unión marital pesan ya augurios de no prosperar más allá de l...

Un país sin palabra, valores y principios, eso somos

Un país sin palabra, valores y principios, eso somos

Nací en un pueblo hermoso, tranquilo, detenido en el tiempo, a orillas del Magdalena. Nací allí, donde Dios puso un manatí para que...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados