Opinión
¿Y las letras de Valledupar para el mundo?
Llegando ya a los dos años de residir en la capital del Cesar, se ha hecho más frecuente el escuchar que estas tierras están llenas de poetas y poesía; sin embargo, esta idea generalizada no logra consolidarse más allá de las composiciones y los compositores de la música vallenata que, en ocasiones, llegan a serlo y algunos con sobrados méritos.
Uno revisa la oferta cultural de la ciudad y encuentra que no hay nada, de carácter masivo, en el ámbito cultural, más allá de todo lo relacionado con la música vallenata. ¿Conciertos? ¿Conversatorios? ¿Talleres de formación? ¿Concursos? ¿Estímulos?
Seguramente hay trabajos realizados desde los márgenes, nadando a contracorriente y es sobre ellos que quiero preguntar y buscar quien pueda responderme.
Debe haber un Taller de Creación Literaria de la Red Relata, leí de una Hora Literaria en la Cámara de Comercio que no sé si continúe, así como de un Encuentro de Las Letras del que tampoco se encuentran noticias recientes. Sé de la convocatoria Tiempo de Poesía que patrocina y promueve Panorama Cultural. Leí de una antología Tejido de Viento y atesoro en mi biblioteca la antología Yuluka, de un grupo de poetas emergentes de Valledupar y he encontrado algunas reseñas sobre Luis Mizar, que parece ser el poeta de referencia de la zona, sin lograr tener una destacada y consolidada repercusión nacional. Sólo se tienen noticias de Sánchez Baute, desde la Novela y la Crónica y de Barros Pavajeau desde la Novela con dos apariciones recientes. ¿Más allá de esto, qué es de la Literatura en Valledupar? ¿Cuáles son y dónde están las letras de Valledupar para el mundo? ¿No tiene nada más que decir esta ciudad de lo que ya han cantado sus canciones?
Para poder tener algo que mostrar debe haber un proceso de formación, que estoy seguro se viene haciendo por muchos en la periferia, pero creo que estímulos alcanzados a través de concursos, ojalá libres de compadrazgos y amiguismos, pueden no sólo visibilizar lo que hasta el momento no conocemos, sino impulsar y ayudar a definir y consolidar una oferta cultural y, particularmente, literaria que la ciudad parece no poder mostrar en la actualidad.
La propuesta sería convocar por medio de entidades públicas o privadas (o una combinación de las dos) a participar a los autores valduparenses y/o a quienes cumplan otros requisitos mínimos en cuanto a tiempo de residencia en la ciudad o el departamento, por ejemplo, y a quienes conserven los derechos de los escritores de la región fallecidos, en procura de un estímulo representado en la publicación de los libros seleccionados en las modalidades de: ensayo, narrativa (Novela, Cuento Dramaturgia) y poesía, con el objetivo de que los escritores más destacados de la región sean editados de manera sistemática, reuniendo sus obras en colecciones bien identificadas.
Este sería un gran paso, aplicable a otros ámbitos de la cultura en los que el estímulo puede ser una exposición o una temporada en un teatro, así como en general se debe buscar la masificación de esas otras muestras culturales silenciadas en la ciudad y que necesitan un espacio para construir sociedad, para narrar realidades y para proponer visiones alternativas que contribuyan en la poetización de esta sociedad cada vez más banalizada y mezquina.
¡Quizá así, podamos salir al mundo a mostrar con orgullo las letras que Valledupar le tiene para mostrar!
Luis Carlos Ramírez Lascarro
Sobre el autor

Luis Carlos Ramirez Lascarro
A tres tabacos
Luis Carlos Ramírez Lascarro (Guamal, Magdalena, Colombia, 1984). Historiador y gestor patrimonial, egresado de la Universidad del Magdalena y Maestrante en Escrituras audiovisuales en la misma universidad.
Autor de los libros: Confidencia: Cantos de dolor y de muerte (2025); Evolución y tensiones de las marchas procesionales de los pueblos de la Depresión Momposina: Guamal y Mompox (en coautoría con Xavier Ávila, 2024), La cumbia en Guamal, Magdalena (en coautoría con David Ramírez, 2023), El acordeón de Juancho (2020) y Semana Santa de Guamal, Magdalena, una reseña histórica (en coautoría con Alberto Ávila Bagarozza, 2020).
Ha escrito las obras teatrales Flores de María (2020), montada por el colectivo Maderos Teatro de Valledupar, y Cruselfa (2020), monólogo coescrito con Luis Mario Jiménez, quien también lo representa. Su trabajo poético ha sido incluido en antologías como: Quemarlo todo (2021), Contagio poesía (2020), Antología Nacional de Relata (2013), Tocando el viento (2012), Con otra voz y Poemas inolvidables (2011), Polen para fecundar manantiales (2008) y Poesía social sin banderas (2005), y en narrativa, figura en Elipsis internacional y Diez años no son tanto (2021).
Como articulista y editor ha colaborado con las revistas Hojalata, María mulata (2020), Heterotopías (2022) y Atarraya cultural (2023), y ha participado en todos los números de la revista La gota fría (No. 1, 2018; No. 2, 2020; No. 3, 2021; No. 4, 2022; No. 5, 2023; No. 6, 2024 y No.7, 2025).
Entre los eventos en los que ha sido conferencista invitado se destacan: Ciclo de conferencias “Hablando del Magdalena” de Cajamag (2024), con el conversatorio Conversando nuestra historia guamalera; Conversatorio Aproximaciones históricas a las marchas procesionales de los pueblos de la Depresión Momposina: Guamal y Mompox (2024); Primer Congreso de Historia y Patrimonio Universidad del Magdalena (2023), con la ponencia: La instrumentalización de las fuentes históricas en la construcción del discurso hegemónico de la vallenatología; el VI Encuentro Nacional de Investigadores de la Música Vallenata (2017), con Julio Erazo Cuevas, el juglar guamalero; y el Foro Vallenato Clásico (2016), en el marco del 49º Festival de la Leyenda Vallenata, con Zuletazos clásicos.
Ha ejercido como corrector estilístico y ortotipográfico en El vallenato en Bogotá, su redención y popularidad (2021) y Poesía romántica en el canto vallenato: Rosendo Romero Ospino, el poeta del camino (2020), donde además participó como prologuista.
Realizó la postulación del maestro cañamillero Aurelio Fernández Guerrero a la convocatoria Trayectorias 2024 del Ministerio de Cultura, en la cual resultó ganador; participó como Asesor externo en la elaboración del PES de la Cumbia tradicional del Caribe colombiano (2023) y lideró la postulación de las Procesiones de semana santa de Guamal, Magdalena a la LRPCI del ámbito departamental (2021), obteniendo la aprobación para la realización del PES en 2023, el cual está en proceso.
Sus artículos han sido citados en estudios académicos como la tesis Rafael Manjarrez: el vínculo entre la tradición y la modernidad (2021); el libro Poesía romántica en el canto vallenato: Rosendo Romero Ospino, el poeta del camino (2020) y la tesis El vallenato de “protesta”: La obra musical de Máximo Jiménez (2017).
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