Opinión
No se hable más de corrupción
Nadie piensa, donde todos se lucran; nadie sueña, donde todos tragan.
La paradoja presente de la vida social, es ver y saber ahora, cómo ciertos personajes, desde antes advertidos por corrompidos, se afanan en acusar a otros clasificados de corruptos y así, movilizan todo el estamento de justicia para castigarlos ejemplarmente, y mostrarse impolutos justicieros ante una sociedad impávida, que aparenta incredulidad ante los hechos dañosos, y que durante tanto tiempo ha permitido e incluso alcahueteado, por no ejercer como es debido, ese deber de elegir bien a sus representantes y administradores.
Ya el tema de corrupción, como caballito de batalla de virtuosos comentaristas y columnistas políticos, empieza a fastidiar, diría que “empalagar”, como si hubiesen relamido mucha mermelada, por lo mediático de las interposiciones, de quienes ostentan el poder de reputar a los rufianes, y el aberrante acto legalizado institucionalmente que obtuvieron previamente sus satisfacciones temporales al ego, y ahora ostentan cierta capa protectora.
El problema de machacar el tema de la corruptela campante, como si fuere la situación estereotipada en el desarrollo administrativo de la nación; es implicar de manera casi que subliminal tal argumento, para que terminar en acostumbramiento social, extensible como todos los ejercicios políticos de la sociedad, al comportamiento general y para desdicha, inexorablemente claudicará ante la indiferencia e indolencia del mismo pueblo.
Mañana, quienes hoy están en la picota de tal aberración, depondrán de ser tales, para ser reconciliados por otro celebérrimo sistema de gobierno, y pasar a purificados y sacrificados funcionarios, que se resignaron y sobrellevaron a la persecución política. Habrán de decir -que no se robaron un peso- pero favorecieron a otros, que en su momento retribuyeron.
Este jueguito y sometimiento a la manipulación de la comunicación política, se convierte a medida que se avanza en las exhibiciones y destapes de las barbaridades, en la intervención más peligrosa y explosiva que pueda llegar a determinar la descomposición social, superando aun la intencionalidad del comunismo de desacomodar desde la célula social, mediante la inserción de conceptos como la igualdad de género y drogadicción beneficiosa, para crear fácilmente el derrumbamiento y división de la familia.
Es que amenazar con castigar la corrupción, desde la oficina de trasparencia de la misma presidencia, prometiendo dadivas y coimas a quienes delaten con morbo y prueba a otros corruptos, es entrar en esa travesura indecente de aparentar ser lo que nunca se ha sido, y pasar por encima de las normas morales y éticas que siempre fueron el derrotero de la comunidad.
Mal ejemplo han dado en los últimos veinte años los gobernantes elegidos por voluntad de ellos mismos -no del pueblo- desde que se autopromovieron, para la reelección, y que no les dejó otro camino, que institucionalizar la corrupción, para avalar su poder transitorio y afincar en el futuro, las prebendas obtenidas de tal ejercicio para todo su sequito de aduladores.
Si algo bueno puede quedar de tanta injuria e insidia personal, es el destape de vilezas que en su momento implantaron tantos funcionarios y que al paso como vamos, monopolizarán las cárceles y establecimientos acondicionados para tal efecto, mientras un próximo gobierno perpetúa la cadena, perseguirá y amnistiará en una próxima campaña anticorrupción y emblema de su acción, a todo opositor renuente que ose hacerse presente.
Que no termine esta sociedad actual protagonizando una de esas leyendas nacidas en nuestro entorno, poniendo a cabalgar a la corrupción sin rumbo y tiempo, sobre el lomo del caballo “patas blancas”, alegoría del destino mostrado en los cuentos costumbristas, narrados con libertinaje por el médico jagüero Ramaliah.
Alfonso Suárez Arias
@SUAREZALFONSO
Sobre el autor
Alfonso Suárez Arias
Aguijón social
Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.
0 Comentarios
Le puede interesar
Valledupar antes de Cien años de soledad
En muchas oportunidades, el célebre premio nobel de literatura en 1982, Gabriel García Márquez, indicó que Cien Años De Soleda...
Entre más preparados, más corruptos
Las nuevas generaciones están enfrentadas a una gran dualidad: (1) ir a la escuela, sacar buenas notas, graduarse en la universi...
La manipulación monetaria: crónica de una crisis económica anunciada
El escrito sobre: Moneda y propiedad en el siglo XVI español, del autor José Alpiniano García-Muñoz, plantea la forma de cómo se g...
Editorial: la anhelada internacionalización del Vallenato
El deseo de ver el Vallenato convertirse en un género conocido a nivel internacional ha sido expresado por muchos cantantes y composit...
El día después del atraco
El diagnóstico final post mortem de muchos de los negocios que han desaparecido, tras perder en la fatídica lucha del abrir y cer...