Opinión

Valledupar, tierra de amor

José Atuesta Mindiola

05/04/2017 - 06:10

 

Monumento a "La Pilonera Mayor" en Valledupar

 

De todas las lejanías, abril acorta las distancias. El fervor del festival vallenato une a Valledupar con muchos lugares de Colombia y de otros países. Los amantes de la música vallenata que habitan en lejanos lugares y los habitantes de la ciudad y de regiones vecinas, se sienten atraídos por el cordón placentario de los juglares, matriz convergente del canto.

Las voces de los ancestros llaman a sus descendientes a la tierra nativa. Valledupar es estancia de versos y acordeones, aquí siempre la música es el mandato de armonía espiritual, es el imperio sonoro de los cronistas.  El nombre de Valledupar encierra magia, música, nostalgia, abrazo y fraternidad.  Es una tierra de amor, por eso quien viene buscando amor con amor aquí se queda, y se arrulla en la poesía para volverse cantor. Uno de esos atrapados por la fascinación de los cantos es el periodista barranquillero Andrés Salcedo González, quien trabajó unos años en Radio Guatapurí y al ausentarse, nos regaló esta hermosa canción: Valledupar edénico lugar/ que brilla bajo el cielo de la tierra mía/ el corazón no puede soportar/ el profundo pesar que da tu lejanía…

Valledupar es un edén musical. En el viento se siente un romance de cantos y versos. El paisaje siempre es motivo de inspiración, porque la primavera tiene todos los colores y los ríos desfilan en una sinfonía de nostalgias. El poeta Nicolás Maestre bautizó el Guatapurí como el rey del Valle.  Octavio Daza personifica al Badillo como testigo de sus amoríos y Rafael Escalona eleva el río Cesar a la categoría de "casa en el aire", y desafía el furor de la creciente para ver al otro lado a su amada.  En la memoria musical, el Cesar se hizo inmortal. La historia juzgará a ese alcalde de Valledupar que decidió verter en él las aguas residuales para envenenar su cauce.  

El espíritu estético del vallenato es la música y la poesía. Hay trovadores que regalan versos para que la guitarra tenga melodía y la luna, sempiterna musa, prodigue ilusiones engalanadas de canto y poesía. Valledupar es un templo de parrandas y acordeones; desde hace cincuenta años, cuando se creó el Festiva vallenato, la sonoridad del nombre de nuestra amada tierra tiene sentido profundo y se conoce en el mundo por el canto popular.

Todos en Valledupar nos preparamos para la gran fiesta de la cultura popular, homenaje a la tradición musical. Festival 50, cuarta versión rey de reyes. Conversatorios y foros en los colegios y en auditorios culturales. Este año presento los videos de cuatro de mis canciones, que pueden visitar en youtube: Décimas a Diomedes, que canta Marina Quintero. Oye viejo, Oye papá, canta Juan Jose Atuesta. Mariangola querida, canta Jimmy Murgas. Valledupar tierra de amor, la música es de Luis Carlos “El Papi” Daza, que también es el intérprete.

El docente y escritor Donaldo Mendoza, a propósito de mis canciones, hace este comentario: “José Atuesta Mindiola, aparte de ser un versátil hacedor de décimas, reconocido más allá de la frontera nacional, es ángel guardián del folclor y la cultura de la región. Comprende bien las variantes evolutivas de la música del Valle, y derrama tinta en periódicos y otros medios para mantener viva la memoria del vallenato raizal, tan caro a García Márquez, amén de fuente nutricia de su obra narrativa. En ese empeño, Atuesta completa el círculo de su obra de escritor con la de compositor. Presenta cuatro composiciones suyas, afines en su temática: historias de vida, de lugares, de paisajes y ambientes; por algo el papá grande de Atuesta es Rafael Escalona, patriarca bíblico de esta música que hoy es emblema nacional de identidad cultural”.

 

José Atuesta Mindiola 

Sobre el autor

José Atuesta Mindiola

José Atuesta Mindiola

El tinajero

José Atuesta Mindiola (Mariangola, Cesar). Poeta y profesor de biología. Ganó en el año 2003 el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y es autor de libros como “Dulce arena del musengue” (1991), “Estación de los cuerpos” (1996), “Décimas Vallenatas” (2006), “La décima es como el río” (2008) y “Sonetos Vallenatos” (2011).

Su columna “El Tinajero” aborda los capítulos más variados de la actualidad y la cultura del Cesar.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El Lucas que conozco lo veo y vi a través de su hija Eliana

El Lucas que conozco lo veo y vi a través de su hija Eliana

  Mientras estaba zambullida deleitando mi escucha en un recorrido musical por la década de los ochenta, a mis oídos llegó la noti...

El hambre de la política y la sed de poder

El hambre de la política y la sed de poder

Mezclar el hambre con la necesidad y una pizca de poder, es la fórmula peligrosa que siempre explota como bomba en cualquier socieda...

¿No hay canción vallenata para el Mundial de Rusia?

¿No hay canción vallenata para el Mundial de Rusia?

  A menos de 15 días de escucharse el pitazo inicial en el Mundial de Rusia 2018, uno se pregunta: ¿Dónde están los cantos vall...

Árboles y árboles en Valledupar

Árboles y árboles en Valledupar

Junto a ella, vio a Alejandro Durán en el año 1968 coronarse como el primer rey del Festival de la Leyenda Vallenata. Juntos, por m...

Los 109 de Rita Contreras: bendito 31 de octubre que la vio nacer

Los 109 de Rita Contreras: bendito 31 de octubre que la vio nacer

Las mujeres históricamente han logrado abrir muchos de los caminos que en la actualidad transitamos las mujeres; caminos que aún tien...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados