Opinión
Mis favoritos a la corona de Rey de Reyes
Como ya tengo esa costumbre de vaticinar y dar mis favoritos a quedarse con la corona en algunas categorías de cada edición del Festival de la Leyenda Vallenata, este año no puede ser la excepción y me lanzo al agua en tan arriesgada misión, concretamente en dar mis diez favoritos a la corona de Rey de Reyes en la categoría Acordeoneros Profesionales, no sin antes hacer las siguientes salvedades.
La primera consiste en que es una apreciación apriorística, personal y subjetiva, que solamente se hace con el conocimiento de lo demostrado por los participantes en otras competencias y sus trayectorias como acordeoneros, y que no se conocen las condiciones actuales, su progreso o retroceso en la materia.
La segunda, que no se tiene toda la información requerida, como los nombres, trayectoria y experiencia de cada uno de los acompañantes (cajero y guacharaquero), y una tercera, que es el factor anímico que tenga el participante al momento de cada presentación. Me arriesgo a dar mis diez semifinalistas, sin ningún orden, y, en la medida en que los vea tocar, podré avanzar en dar los cinco finalistas.
Los dos primeros son Almes Granados y Navín López, ambos dignos representantes de dos dinastías cesarenses y de lo más granado del vallenato clásico, que se juegan el prestigio ganado con lujo de detalles, son los dos muy seguros de su estilo, tienen calidad de sobra y experiencia probada en concursos.
Otro dúo seguro en la semifinal lo conforman Julián Rojas y Omar Geles. Estos dos participantes están, a mi juicio, entre los mejores digitadores y conocedores del acordeón, con sobrada calidad interpretativa; no son tan clásicos como los anteriores, pero a su favor está que se mantienen vigentes en la actividad comercial y la buena imagen que proyectan ante el público en general.
Otros dos participantes que no puedo dejar por fuera en este listado, son Wilber Mendoza y Álvaro López, ambos Reyes e hijos de Reyes, muy respetados como ortodoxos maestros del vallenato grueso, serio; de estilo sobrio y clásico, ambos muy bien relacionados en el país vallenato.
Cristian Camilo Peña y Saul Lalleman conforman el otro par de gallos muy finos, excelentes intérpretes, tal vez con menor experticia que otros en festivales, pero a su favor juega que son jóvenes y que tienen mucho brío y actitud, amén de ser reconocidos por públicos de todas la edades.
Y por último, dos acordeoneros bien disimiles, que tal vez lo poco que tienen en común es que ambos son Reyes y se encuentran residenciados en Bogotá; el primero, Jaime Dangond, el prototipo de músico completo, toca, canta, compone y versea, como los juglares de antaño, y Alberto Jamaica, el único Rey en esta categoría nacido en el interior del país, muy aplomado, metódico y disciplinado en su interpretación, aunque algo carente de actitud y enjundia.
Si me piden uno más daría al “Pangue” Maestre, con la salvedad de que tengo años de no oírlo tocar. Esos son los míos, pero ¿qué tal que los otros nos den sorpresas y me hagan quedar en ridículo?
Jorge Nain Ruiz
@JorgeNainRuiz
Sobre el autor

Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
0 Comentarios
Le puede interesar

Parangones absurdos
Casi que a diario, lo digo sin temor a equivocarme, los colombianos solemos hacer una serie de parangones que tienen un sentido p...

Llevar la contraria en medio del éxtasis
Durante esos trece días sentí la euforia del pueblo. Las calles se convirtieron en un río de alegría, los aplausos emergieron d...

La policía del sexo
Para convertirse en un laberinto de caricias, placer y delirio, el sexo necesita de ingenio y audacia. Mejor dicho, requiere de m...

¡Retozos por el Centro!
Enternece el relato de mi hermano Ismael: en esa época Beto, la calle del Cesar era destapada. Iniciaba su despegue como vía principa...

Las peripecias para asistir a la final
Solo pude asistir el último día del Festival Vallenato y miren lo que me pasó: llego a Valledupar a eso de las 11 a.m; me dirijo a l...