Opinión
Malditos los que se roban la plata de las vías
Respecto al doloroso suceso donde perdió la vida el Gran Martín Elías, hecho muy difícil de creer, que ha trastornado al país vallenato, un trago amargo que se torna confuso no solo para los amantes de la música vallenata sino para gran parte de Colombia y el mundo, que tratan de entender porque Dios se nos lleva esta joven promesa que, además de lo artístico, sobresalía por su gran generosidad.
Como es normal, todos hacen su análisis en busca de un culpable, en que se falló, que no se hizo bien, las benditas ganas de justificar el nefasto suceso, todo jugó en contra de la vida de nuestro preciado artista. Muchos dicen que la culpa es del chofer por el exceso velocidad, muchos alegan complicidad del artista al permitirlo, otros creen que la culpa indudablemente es de los motociclistas que invadieron el carril contrario obligando al conductor a realizar la maniobra mortal, y por último, unos más detallistas declaran como culpables a los encargados de la vía la cual se encuentra en muy mal estado, fue uno de sus baches el que ocasiono que la camioneta perdiera la estabilidad.
Como es de esperar, el gobernador de Sucre salió en declaraciones a “tirarle la pelota” a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) que fue la encargada de entregarle la vía hace aproximadamente tres años a la concesión El Cóndor -si, esa misma- y no es necesario esperar un pronunciamiento o estudio para saber que “La culpa es de la vaca”, como todo en nuestro querido país. Increíble que en Colombia nos acostumbremos al realismo mágico, es muy alucinante ver el estado de la mayoría de sus carreteras cuando cada tres suspiros nos encontramos con los peajes más caros del mundo, carreteras que más que rabia dan tristeza, impotencia al ver como hemos sido capaces de permitir que la corrupción llegara a tan alto grado de sinvergüencería.
Con unos sentidos versos el cantante, Carlos Vives rindió homenaje a su compañero y amigo Martín Elías, versos llenos de dolor, llenos de nostalgia, llenos de inconformidad, donde reprochaba al destino, donde invita a reflexionar sobre la vida y la muerte, sobre los afanes terrenales, sobre los propósitos de nuestra vida, sobre las virtudes y defectos que nada tienen que ver con nuestra permanencia en la tierra. Versos que culminaron de forma genial, fuera de serie, alzando su voz de protesta en contra de la corrupción que cada día nos pasa factura con la vida de inocentes. “Maldito el que se roba la plata de las carreteras”. Sí, malditos los que nos roban la plata de la salud y de la educación, malditos los que acaparan el erario como piñata de cumpleaños, que Dios los perdone allá en el cielo pero no entiendo porque nosotros tenemos que apoyarles acá en la tierra, ya es hora de cambiar el chip.
Es difícil desviar un tema tan triste que hoy nos toca a muchos y aun más a los que pudimos compartir con ese gran ser humano, pero no me dejo de preguntar ¿qué pensaríamos, que análisis se tendría sobre las circunstancias, si el accidente hubiera ocurrido en la vía Zanjón–Pueblo Bello? Tendríamos a muchos malditos que culpar, es una vía igual de peligrosa que la vía Aguas Negras–San Onofre, igualmente de afectadas por la corrupción campante en Colombia, ambas igual de abandonadas por sus usuarios que solo saben quejarse pero no exigen y permiten que sigan reinando los mismos corruptos de siempre, brindándoles sus votos de complicidad.
Coloco como ejemplo esta vía que no ha estado exenta de accidentes similares, ha vivido un viacrucis interminable gracias a la maldita costumbre de desplumar los recursos públicos, una carretera que al estilo Récord Guinness le destinaron inicialmente 40 mil millones de pesos aproximadamente, los cuales no fueron suficientes para pavimentar sus 30 kilómetros lo que obligó a realizar una adición de más de mil millones de pesos y estos no serian suficientes tampoco, pero como en “Macondo” somos muy creativos hoy el gobierno del Cesar le coloca un descarado disfraz de segunda fase para culminar esta magna obra “A Salvo”. Como diría el Gran Martín Elías ¡Cosa de Locos! Invito al análisis. Dios bendiga a todos los que quieren el verdadero cambio para su tierra.
Andy Romero Calderón
@andy_romeroc
Sobre el autor

Andy Romero Calderon
Vallenato de Guacoche
Vallenato de cédula, guacochero de nacimiento. Ingeniero de sistemas de la Universidad Popular del Cesar. Me gusta la buena crítica y política, sin caer en sus vicios y hasta donde los argumentos me dejen llegar. Amante de la buena música y no de un género en específico. El silencio es, después de la palabra, el segundo poder del mundo.
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