Opinión

Editorial: Más libros y menos armas

Redacción

23/07/2012 - 12:02

 

Este fin de semana saltaba la noticia en todos los medios de comunicación. Un joven de 24 años entraba en una sala de cine de Estados Unidos, en el Colorado, e hizo con su arma lo que el público esperaba ver únicamente en pantalla: truenos y disparos.

El resultado: 12 muertos y más de una treintena de heridos. Poco después, los policías supieron que el joven atesoraba en su habitación decenas de explosivos y que también tenía planeado un atentado simultáneo (algo así como lo que ocurrió el año pasado en Noruega con el joven Breivik que mató a 77 personas en un doble atentado).

En Colombia, si bien la ley prohíbe la introducción, la fabricación y la posesión de armas, la realidad deja entrever otra dinámica: las armas siguen presentes en los hogares, expuestas a la vista de los menores. Además, la inversión del Estado en la educación y la promoción de los hábitos de lectura ha sido postergada mientras se sigue gastando enormes recursos en armas.

No cabe duda que una nación que lee, conoce su historia, se esfuerza en informarse por lo que sucede afuera, se expresa y escribe de manera escrupulosa, tiene más posibilidades para salir adelante y vivir en armonía.

Las armas son un peligro para todos. Allá donde se encuentran cabe la posibilidad de un accidente. Y en ese aspecto, el país vecino, Brasil, ha hecho notables avances que no podemos ignorar.

Además de incentivar la devolución de todas las armas ilegales, se ha puesto en marcha un ambicioso programa de 200 millones de dólares con el cual se trata de impulsar los hábitos de lectura. Con estas decisiones, los dirigentes quieren dejar claro que una vía para el progreso es cambiar las armas por los libros.

Los recursos están destinados a programas de promoción de lectura, creación de espacios de encuentro como bibliotecas, redes de difusión o distribución y el respaldo a las editoriales y librerías.

La idea de la ministra de cultura brasileña, Ana de Hollanda, es intercambiar progresivamente el ejército tradicional por ejércitos de bibliotecarios, mediadores de lectura, libreros, lectores y estudiantes para que el país empiece a pensar y competir a otros niveles.

Son bellas palabras. Todas ellas. Y tendremos que llegar a ello, pero también ir más allá. Debemos establecer un precio justo para cada cosa y el precio de los libros sigue siendo todavía inaccesible para muchos. Las comparaciones lo evidencian: un libro que sale al mercado vale dos a tres veces el precio de una entrada de cine.

En un país todavía en vía de desarrollo, donde una gran parte de la población sigue percibiendo salarios mínimos, el libro puede considerarse un bien de lujo que sólo entra en la cesta de los más pudientes.

Ese paradigma puede cambiarse con claras y decididas políticas de subvención. La lectura es un aspecto fundamental de la cultura y la educación, quizás el principal si deseamos tener a mediano plazo un país donde vivir sea también sinónimo de sentir, amar y pensar. Para eso, repetimos: más libros y menos armas.

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

En blanco y negro

En blanco y negro

  El paro contra la Reforma Tributaria, o por lo menos, ese fue el motivo visible, se hizo sentir en todo el país, en todos los pueb...

La verdadera amenaza viene del campo

La verdadera amenaza viene del campo

  Colombia cuenta con una extensión territorial de 1.141.750 km2 y una población estimada en 51,6 millones de habitantes para el aÃ...

Editorial: Que se repitan en el 2013

Editorial: Que se repitan en el 2013

La emoción y las expresiones nacidas del sentimiento son los lugares que nos atraen. Los viajes que nos despiertan. Las banderas que n...

La niñez, un tesoro inapreciable

La niñez, un tesoro inapreciable

La constitución política consagra la prevalencia de los derechos de los niños sobre los demás. Asimismo, se ha establecido que po...

Lo democrático vs lo saludable

Lo democrático vs lo saludable

Colombia y gran parte de la Comunidad Internacional esperan con mucha ilusión el nuevo acuerdo final para la paz, y por supuesto, ju...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Breve historia del Festival de la Leyenda Vallenata

Redacción | Música y folclor

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

Origen del Festival de la Leyenda Vallenata: un viaje en el tiempo

Simón Martínez Ubárnez | Música y folclor

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

La Parranda vallenata

Carolina Rosa Guerra Ariza | Patrimonio

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados