Opinión
El taller de la reconciliación
El tipo que está al frente mío se llama Luis Barros Pavajeau. Tiene una voz musical, enérgica y vigorosa. Es autor de Ciudad Babel (novela) y Los salmos de la sangre (crónicas), obras que fueron publicadas por la editorial Alfaguara. Yo lo conocí hace varios años, cuando él compartía sus lecturas con un pequeño grupo de personas que se reunía de manera sagrada los jueves a las 6:00 p.m. en la Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez. Esa fue una experiencia esencial para mi formación intelectual, pude conocer a escritores como Dai Sijie, Pablo Ramos, Junot Díaz, Rosa Montero, Slavenka Drakulic, entre otros.
Ahora Lucho (como le decimos los amigos) anda en un nuevo plan. Nos está convocando al Taller de Creación Literaria “Voces para la paz”, un espacio para leer y contar las historias que hacen parte de la violencia que ha sufrido Colombia, para poner los pies sobre la tierra, darnos la mano y echar hacia adelante.
—Cuéntame, Lucho: ¿cómo surge la idea del taller?
—Como un espacio idóneo para reconstruir la confianza y la acción colectiva. Necesitamos conversar las grandes heridas sociales de Colombia.
—¿Qué encontraremos allí?
—El tema del taller va a ser la reconciliación. Será un espacio de paz para leer y narrar las historias que surgieron en los años del conflicto colombiano. La Biblioteca Departamental, como todas las bibliotecas del país, se convertirá de esta manera en un lugar neutro que proporcionará seguridad cuando lo hemos perdido todo. La paz se construye aportándole a la cultura.
—¿Por qué la literatura puede convertirse en un instrumento para buscar la paz?
—Porque la coyuntura del país nos exige que nos reescribamos nuevamente. Los retos de la paz son los de la lectura poética (creación y transformación) y no apenas la lectura práctica de los hechos ocurridos. Tenemos una humanidad compartida y lo más humano que existe es la capacidad de contarnos historias.
—¿Para ti cuál es el libro que mejor retrata nuestro conflicto armado?
—Hay muchos... La Casa Grande de Cepeda Samudio, Cóndores no entierran todos los días de Álvarez Gardeazabal, Viernes 9 de Ignacio Gómez Dávila, Prontuario de los oscuros de Ledys Jiménez, Tanta sangre vista y La bala vendida de Rafael Baena…
—No puedo dejar de hacerte esta pregunta: ¿qué personajes de la historia de nuestra violencia te resultan llamativos desde el punto de vista literario?
—Existió un grupo de mercenarios irlandeses que prestaron servicio al ejército patriota de Simón Bolívar. De Riohacha llegaron a Valledupar. Me parece interesante este capítulo perdido de nuestra historia regional.
Lucho es blanco, fileño y parsimonioso. Aunque nunca ha sido su intención, se ha convertido en un maestro, sus lecturas y sus escritos dan luces, muestran caminos. Yo no me canso de oírlo, de recibir sus enseñanzas. Allá estoy, desde el viernes 14 de julio a las 05:00 p.m., en la Biblioteca Rafael Carrillo Lúquez, asistiendo a su nuevo taller de creación literaria: “Voces para la paz”. Vamos, les aseguró que viajaremos mucho.
Carlos César Silva
@CCSilva86
Sobre el autor
Carlos Cesar Silva
La curva
Carlos César Silva. Valledupar (Cesar) 22 de noviembre de 1986. Abogado de la Universidad Popular del Cesar, especialista y magister en Derecho Público de la Universidad del Norte. En el 2013 publicó en la web el libro de artículos Cine sin crispetas. Cuentos suyos han sido publicados en las revistas Puesto de Combate y Panorama Cultural. Miembro fundador del grupo artístico Jauría. Cocreador del bar cultural Tlön.
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