Opinión
Diez años después de la despenalización del aborto en Colombia
Cuando se habla de despenalización del aborto en nuestro país, hay que hacer mención a la abogada colombiana Mónica Roa, activista de los derechos de las mujeres que durante nueve años luchó y vivió en carne propia lo que significa cambiar un paradigma moral, y contra todos los pronósticos logró que la Corte Constitucional diera el paso del que estaba en mora de dar por el miedo a saltarse las normas y las leyes que rigen nuestra carta Magna.
Esa labor titánica tuvo sus réditos y fue la ganadora del Global Fund for Women en el 2013. Le permitió también ser la vicepresidenta de la women´s link worldwine organización internacional encargada de velar por los derechos de las mujeres a nivel mundial.
Esa lucha constante a la que ella misma hace referencia al Estado, como el mayor opositor de las reformas que requiere el país, en especial la acérrima oposición del ex procurador Alejandro Ordoñez y todo su aparato burocrático para que no se diera la sentencia definitiva por la corte, fue el verdadero aprendizaje de que sí es posible defender a los más vulnerados frente a las leyes y la doble moral en la que muchos se escudan a la hora de hablar de un tema que solo le atañe a las mujeres, que son las que viven en carne propia todo tipo de vejámenes como: violaciones, maltrato físico y psicológico, embarazos de alto riesgo para la salud, malformaciones del feto, etc.
Todo ese largo camino dio como resultado la Sentencia C-355/06 que aprobó la Corte Constitucional, donde se despenaliza el aborto y se establece el sustento jurídico para la atención de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Esta sentencia establece que no se incurre en delito de aborto, cuando con la voluntad de la mujer, la interrupción del embarazo se produzca en los siguientes casos:
1-. Cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer, certificado por un médico
2-. Cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida, certificada por un médico
3-. Cuando el embarazo sea resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo, o de inseminación artificial o de transferencia de óvulo fecundado no consentidas, o de incesto.
Como hizo mención la abogada Mora sobre la obstrucción del Ministerio Publico (en cabeza del señor Ordoñez) de asumir una posición moral a ultranza de sus creencias religiosas y maniqueo político, para que se impidiera la aplicación de la sentencia en favor de las mujeres violentas en su derecho a elegir su condición de vida, cabe preguntar: ¿puede un funcionario público supeditar el desempeño de sus obligaciones constitucionales a sus pensamientos morales sustentados en la religión?
La respuesta es NO, porque ningún colombiano puede estar por encima de las leyes y la constitución. La Sentencia de despenalizar el aborto ya está aprobada por la Corte Constitucional y entra en vigor en el orden jurídico teniendo en cuenta el estricto rigor del cumplimiento de la misma o so pena de sanciones establecidas en la misma sentencia.
Un problema de salud pública, como lo era el aborto clandestino, fue el detonante de la propuesta de la despenalización del aborto, pero más allá del problema de salud, está otro contexto que es el que ha generado más discordia y apatía entre los que tienen el poder de cambiar la historia (como son los magistrados de la Corte y los señores Congresistas), ninguno quiere perder su caudal electoral en un país que está consagrado al corazón de Jesús, y una tradición católica de varios siglos atrás.
Por eso: Sí, es constitucionalmente correcto despenalizar el aborto, porque la ley debe proteger la vida y el bien común de las personas y no el particular, en ese orden de ideas todo cambio que se proponga a la constitución para ser utilizado en pro de todos los ciudadanos debe ser aceptado y reglamentado jurídicamente.
Eber Patiño
@Eber01
Sobre el autor

Eber Patiño Ruiz
Hablemos de…
Eber Alonso Patiño Ruiz es comunicador social, periodista de la Universidad Católica del Norte Sede Medellin, Antioquia. Su gran pasión es la radio y la escritura. Tiene dos novelas terminadas y una en camino, un libro de cuentos y otro de historias fantásticas; tres libros de poesía: Huellas, Tiempos y Expresión del alma.
0 Comentarios
Le puede interesar

El carnaval electorero en mi pueblo
Ha culminado una vez más otro "proceso democrático" en donde los residentes en el terruño hacaritama, pudimos observar la más cru...

Carta de una wayuu al presidente de Colombia
Doctor Juan Manuel Santos. Respetuoso saludo: Le escribo desde Pancho, una aldea wayuu con casas de barro y techo de zinc, que se leva...

Lo que no tiene nombre, el caso de Yuliana Samboni
Una vez más el horror, lo que no tiene nombre, es el protagonista de una sociedad que ha enseñado a los hombres que las mujeres son...

Conductores ebrios y medidas de seguridad
En Colombia, debido a la imprudencia, incapacidad e irresponsabilidad de muchas personas que conducen bajo los efectos del alcohol, hem...

Glorias de la sabana: Rodrigo Roy Rodríguez
La semana anterior escribí en este espacio sobre el cantautor sabanero Miguel Cabrera, hoy sigo por esa línea, ya que estoy conve...