Opinión
Una charla ante el espejo
—Silva, abordemos el tema desde la génesis. Según la Constitución Política de 1991: ¿Cuál es el modelo de estado de Colombia?
—Bueno, primero quiero darte gracias por promover esta conversación que me resulta menos trascendental que interesante. Luego paso a responderte: Estado Social y Democrático de Derecho.
—jajaja y que menos trascendental que interesante. Déjate de cuentos y dime más bien: ¿En qué consiste eso de Estado Social y Democrático de Derecho?
—Es aquel que no solo garantiza las libertades esenciales de los individuos, sino que también pretende contrarrestar las desigualdades sociales y económicas, ofreciendo oportunidades para que cada quien desarrolle sus aptitudes y supere sus necesidades materiales. Su naturaleza es antropocentrista, la estructura de poder y las normas deben estar al servicio del ser humano.
—Suena muy bonito: ¿Quién inventó eso?
—Sí, suena muy bonito, pero es mejor verlo convertido en realidad… Surgió en Alemania, en la posguerra europea, como una forma de organización estatal que buscaba corregir las limitaciones del Estado de Derecho. La expansión de las ideas socialistas, acompañadas de reacciones de corte igualitario dentro de las doctrinas liberales y conservadoras, fueron esenciales para su concepción. Fíjate, procede de una mezcla de ideas, de la búsqueda de un equilibrio. Herman Heller es uno de sus primeros teóricos.
—¿Cuáles son sus pilares fundamentales?
—La dignidad humana, el trabajo como fuente de toda riqueza, la solidaridad y la equidad. Eso se traduce en medidas a favor de grupos marginados, apoyo a los desempleados, mejoramiento de la calidad de vida de quienes tienen unos menores ingresos y protección a la mujer embarazada, a los niños, a los adolescentes, a las personas de la tercera edad, a los discapacitados, a los pensionados, a las víctimas de la violencia y a los enfermos.
—¿Qué modelo económico acoge este tipo de estado?
—Economía Social de Mercado, el cual promueve a la empresa como motor de desarrollo social, resguarda la propiedad privada, garantiza la libre competencia y obliga al estado a corregir las fallas del mercado: el estado no está mutilado, pero tampoco es un pulpo en el manejo de la economía.
—Viejo, analizando bien la cosa, yo siento que tú estás hablando de Noruega o de Finlandia, pero no de Colombia.
—jajaja, tú eres jodido… Con la Constitución Política de 1991, Colombia pasó de ser un Estado de Derecho a ser un Estado Social de Derecho, esto se consagró como un propósito, como un sueño que debíamos transformar poco a poco en una realidad. No obstante, después de veintiséis años, los hechos nos muestran que no se han dado los pasos suficientes hacia la realización de este fin, con los dedos de una mano se pueden contar los avances. Parece que los políticos y, sobre todo, la sociedad, no se han creído el cuento o, peor aún, lo desconocen o lo rechazan. Por ejemplo, hablar en este país del mínimo vital, principio esencial de la formula política y jurídica en cuestión, el cual se refiere a la satisfacción de las necesidades mínimas de las personas (comida, vestuario, salud, educación, vivienda, recreación), todavía resulta para muchos sectores sociales una utopía.
—Disculpa que me salga un poco del tema, pero hace rato tengo una enorme duda: ¿Tú eres de derecha o de izquierda?
—No te sales del tema, porque mi respuesta es esta: soy un defensor del Estado Social y Democrático de Derecho.
Carlos César Silva
@CCsilva86
Sobre el autor
Carlos Cesar Silva
La curva
Carlos César Silva. Valledupar (Cesar) 22 de noviembre de 1986. Abogado de la Universidad Popular del Cesar, especialista y magister en Derecho Público de la Universidad del Norte. En el 2013 publicó en la web el libro de artículos Cine sin crispetas. Cuentos suyos han sido publicados en las revistas Puesto de Combate y Panorama Cultural. Miembro fundador del grupo artístico Jauría. Cocreador del bar cultural Tlön.
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