Opinión
Editorial: Una última mirada atrás
Un año que se va y otro que nos espera en la esquina. Es hora de ir haciendo balances y de proyectar el año que viene. Pensar en lo bueno que nos deja el 2017 y cómo aplicarlo el año que viene.
Este año ha sido un año de gran intensidad cultural, tanto a nivel nacional como a nivel regional. Los intercambios franco-colombianos han marcado algunos de los momentos más memorables del calendario por su carácter de apertura y de desarrollo turístico. Colombia se ha dado a conocer como tierra acogedora, donde las expresiones culturales se cultivan con esmero.
Dentro de ese intercambio también han relucido nombres como el de Gabriel García Márquez, quien dio su nombre a una plaza en París, pero también por el Premio internacional de cuento que sirve de proyección para un género especialmente latinoamericano y sigue su camino de manera exitosa.
El 240º aniversario de la Biblioteca Nacional, los 150 años de “María” de Jorge Isaacs, los 50 años de la publicación de “Cien años de soledad”, y distintas exposiciones sobre la memoria del conflicto armado han sido otros ejes importantes que han estructurado la agenda de una gran parte de las bibliotecas e instituciones culturales de Colombia.
A nivel regional, y desde las líneas de este periódico, hemos vivido con deleite los 50 años del Festival de la Leyenda Vallenata con un concurso de Rey de Reyes digno de recordar y una brillante corona para el Rey Álvaro López quien también puso en adelante el valor de una dinastía del Vallenato. También los 50 años del Cesar nos dejaron interesantes exposiciones y foros.
A nivel local (en Valledupar), hay que aclamar los intentos de incentivar la lectura tanto por la Biblioteca Departamental Rafael Carrillo y la Gobernación del Cesar (con el Encuentro de escritores cesarenses) como por la breve administración del poeta José Atuesta Mindiola en la Casa de la Cultura (con Valledupar amanece leyendo). Ambas iniciativas insuflaron entusiasmo y energía en el tejido social y cultural.
Pero es, sobre todo, el Festival de la Quinta el que nos abrió los ojos a todos (gestores culturales, artistas, funcionarios y ciudadanos en general) con un mensaje claro: los centros históricos reclaman que se les de vida. Ahí es donde se debe empezar a promover y vivir la Cultura, y cuando las cosas se hacen bien (es decir integrando a todos los interesados), ¡las cosas salen bien!
PanoramaCultural.com.co
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