Opinión

Otra defensa silenciosa

Alfonso Suárez Arias

07/02/2018 - 07:40

 

 

Con todo respeto a la mujer agredida, a su derecho al silencio o denunciar, porque nada justifica el abuso ni la violación

Un apuesto caballero, en plena madurez sexual es asignado como asistente personal de la Directora General. Es llamado a la oficina principal y su jefa le invita a relajarse, y brindar trago en mano por la ventura y el placer. Ella lo empuja suavemente sobre el abollonado sofá y con el dedo índice y el resto de las manos, recorre su cuerpo seductoramente desde los labios hasta…

Ella, colmándole de besuqueos y picantes arrumacos, supera a la robustez del sorprendido edecán y le anula todo poder de resistencia, realmente la rigidez anula la fuerza de voluntad, la pierde (la voluntad y queda lo otro), su rostro queda comprimido por los exóticos senos de la jefa en su cara, que le ahoga cualquier posibilidad de gritar, se abandona a satisfacer el apetito de la dueña. “Él” quiso hacerse de rogar, pero no tuvo la mínima oportunidad. Se sintió violado.

El protagonista de la historia soy yo, Claudio. Y la violadora se llamará aquí “La dueña”. No voy a denunciarla porque la prueba reina la tiene ella. Cuando trabajé con “La dueña”, yo estaba reprimido y necesitado. Ahora, aunque sigo en las mismas con la misma, creo saber de otras evidencias que la harían ver como una vulgar devoradora, que si denuncio de pronto hasta se apene y tenga que pasar por un meollo intrafamiliar, pero me callo y le guardo el respeto que le debemos los hombres a toda mujer, no sea que después tenga que arrepentirme, por boqui suelto.

Mi jefa me despidió un tiempo después, creo que tuvo que ver, con el ingreso a la compañía de un nuevo prospecto que traía muy buenas recomendaciones del gimnasio al que asistía “la dueña”, en fin hoy sigo mi vida y me siento afortunado de haber superado esta situación, que amenazaba ya con convertirse en “modus operandi” para conservar mi empleo y que solo me dejaba después de cada sesión, un terrible sentimiento de frustración y cierta desilusión.

A diario, noticieros y redes presentan registros de maltratos físicos al género femenino, y las consecuencias soportadas por filiales y afines, pero poco se atestigua en nuestro entorno, del maltrato psicológico y sexual a los hombres  –marco doméstico que nos reflejaría como víctimas– a pesar que este tipo de violencia aceptada socialmente debería invisibilizarse  –mantener escondida para no acreditar carencia de dignidad del varón, por no afrontar autoritaria y atropelladamente el constante y camuflado chantaje, de disimular y no dejar ver los anormales acosamientos de muchas hembras a los dóciles varones.

Ahora es que me cuestiono:

¿Por qué la sociedad no reconoce igualmente a los varones adultos, como víctimas de “maltrato intrafamiliar” e incluso de acoso y “violación”, si quienes agreden o acosan son mujeres?

–Habrá quien diga que este conflicto especulativo, sigue simplemente cierta posición de jerarquía y de cultura, y que no se compadecen de un hombre maltratado por una mujer, por considerarlo dentro del contexto natural y físico –que supone, a los varones con más corpulencia y a las mujeres, en estado de indefensión–.

Yendo más allá, llegar a afirmar que una mujer “viola” a un hombre con todos sus sentidos y atribuciones en acción, resultaría muy difícil de creer y de entender, pero de seguro no es imposible.

 

Alfonso Suárez Arias

@SUAREZALFONSO

Sobre el autor

Alfonso Suárez Arias

Alfonso Suárez Arias

Aguijón social

Alfonso Suárez Arias (Charalá, 1956). Abogado en formación (Fundación Universitaria del Área Andina en Valledupar). Suscrito a la investigación y análisis de problemas sociológicos y jurídicos. Sus escritos pretenden generar crítica y análisis en el lector sobre temas muy habituales relacionados con la dinámica social, el entendimiento del Derecho y la participación del individuo en la Política como condicionamiento para el desarrollo integral.

@SUAREZALFONSO

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

A Federico García Lorca

A Federico García Lorca

  Oh, olivares de Granada. ––¿Dónde está el poeta Federico? ––Lo han matado, escuché desde aquí los tiros (respondiero...

Las confesiones de Mancuso

Las confesiones de Mancuso

  Salvatore Mancuso, sin lugar a dudas, ha sido el líder y vocero principal del paramilitarismo en Colombia, sus declaraciones ante ...

Voces en el sepelio del poeta Luis Mizar

Voces en el sepelio del poeta Luis Mizar

En la infancia, Luis Mizar  Maestre sueña  con la geometría celeste de noches luminosas y descubre que en la constelación  Osa...

Los municipios no son fincas

Los municipios no son fincas

Los alcaldes son la primera autoridad administrativa y de policía del municipio, asimismo son los encargados de ordenar el gasto de ...

Lágrimas en el sueño

Lágrimas en el sueño

  Las lágrimas caen por mis mejillas mientras duermo, salen de mis ojos cerrados por el profundo sueño. En ese mismo sueño tomé e...

Lo más leído

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados