Opinión
Editorial: El monumento a Leandro Díaz
De todos los monumentos inaugurados en los últimos meses y años en la ciudad de Valledupar, el monumento a Leandro Díaz es posiblemente el más bello de todos. Su parecido con el juglar, la expresión solemne de su semblante, el juego de luces (que da relieve y profundidad a la obra en la oscuridad), y su tamaño le dan mucha fuerza.
Su inauguración pocos días antes del 51 Festival de la Leyenda -con la presencia del cantante Carlos Vives y del hijo del juglar (el Rey de reyes de la canción inédita Ivo Luis Dïaz)- también fue motivo de mucha alegría y expectación. Y hay motivos para ello: Valledupar se está llenando de monumentos que ensalzan la memoria del folclor local.
Entre el gremio de los artistas, la obra ha sido muy bien recibida, aunque dos comentarios críticos han despuntado: la repetición del mismo color en los monumentos y el uso reiterado de la fibra de vidrio (cuando existen materiales mucho más resistentes y apropiados para un monumento de este tipo).
En lo que se refiere al atractivo turístico, es innegable que el monumento a Leandro Díaz tiene todos los argumentos para resplandecer a nivel regional, destacar en un catálogo de viajes como un gran homenaje a un juglar y adornar un punto estratégico de la ciudad.
Sin embargo, hemos de destacar una realidad: la ubicación del monumento puede mejorar. En este momento, el homenaje a Leandro Díaz se encuentra en una islita que marca el inicio de la carrera 11 en el norte de la ciudad. Detenerse para observarlo supone también detener el carro en medio de la carrera novena o de la 11, generando molestias para todos los vehículos. Además, el monumento se encuentra en una zona donde no hay muchas cosas que ver.
Lo ideal sería ubicarlo en el centro de un parque (el parque de las Madres, el Parque Novalito, o el Parque del viajero, por ejemplo), o en una avenida donde se pueda pasear, para que esa afluencia de público beneficie a un sector y así ese mismo sector se transforme en punto de referencia turístico.
En todo caso, el sólo hecho de tener a Leandro entre los inmortalizados es una fuente de satisfacción.
PanoramaCultural.com.co
1 Comentarios
gracias, me hiciste un favor ya que tenia que escribir sobre su monumento
Le puede interesar
El hambre de la política y la sed de poder
Mezclar el hambre con la necesidad y una pizca de poder, es la fórmula peligrosa que siempre explota como bomba en cualquier socieda...
Lamento Naúfrago: A propósito del fallo
Con mucho Lamento náufrago, recordando la canción del maestro Rafael Campo Miranda, recibimos el histórico e inapelable fallo de l...
Editorial: Las últimas ediciones afrocesarenses
A principios de Octubre, cinco libros editados por la gobernación del Cesar fueron presentados al público en un acto colectivo que ce...
Música Vallenata y Sabanera: una confrontación peligrosa
Al leer con supremo detenimiento el artículo de Abel Medina, me he enterado de un libro publicado por un destacado folclorista e inves...
Tiempos de paz
Esta mañana me desperté escuchando y viendo noticias de interés nacional, por todas partes: en la radio, en la prensa escrita y en...