Opinión

Sigo siendo el papá

Diógenes Armando Pino Sanjur

14/06/2018 - 08:00

 

Silvestre Dangond sigue siendo el papá... / Foto incluida en la promoción de su lanzamiento 2018

 

Desde la muerte del cacique Diomedes Díaz y del gran Martín Elías, artista vallenato alguno no despertaba tanta expectativa, interés y pasión desenfrenada como lo hizo Silvestre Francisco Dangond Corrales con el lanzamiento de su último álbum “Esto es Vida”, que movilizó a propios y extraños que se congregaron en el templo del folclor vallenato, el Parque de la Leyenda Vallenata para compartir con su cantante su nueva producción.

Como era de esperarse, el evento tuvo un éxito inusitado. Los Silvestristas disfrutaron con su artista, sus ocurrencias, baile, despliegue y, sobre todo, sus canciones. Fue una noche mágica que traspasó fronteras, estratos sociales, donde logró que por una noche los asistentes y vallenatos olvidaran su ideología política, preocupaciones, vicisitudes o enfermedades y se dedicaran a disfrutar de la música.

Después del jolgorio, de la parranda que perduró hasta el día siguiente donde se vio a Silvestre repartiendo en su casa cerveza a sus seguidores, mientras derrochaba agua bañándose en su terraza, decidí averiguar y preguntar por el álbum, a lo que rápidamente mis amigos silvestristas me contestaban lo mejor. “Silvestre sigue siendo el papá” y me tarareaban una estrofa que decía:

Aquí se llegó la hora, todo tiene su momento

siga rondando la bola, que yo lo que pienso

que en toda mi trayectoria, yo he sido un hombre correcto

para toda la gente habladora, yo quiero que sepan esto:

Yo sigo siendo el papa, yo sigo siendo el papa

pueden brincar y saltar, que sigo siendo el papa

hablaron de Jesús Cristo, que no lo hagan con Dangond

pero yo canto bonito para sostener mi folclor (…)

Me pareció interesante el estribillo y la confianza de Silvestre para autodenominarse el papá, olvidándose de grandes juglares, maestros e intérpretes de la música vallenata como Diomedes, Zuleta, Oñate o Beto, quienes con su canto han posicionado la música vallenata en el más alto pedestal, donde sus letras llenas de poesía, romanticismo, frescura, con versos inspirados en la naturaleza, el amor y el desamor permiten que sus canciones transciendan en el tiempo y nunca pierdan vigencia.

Por ello escuchando detenidamente las diferentes canciones del álbum “Esto es Vida” y sin ser un versado en el tema vallenato, no encuentro canciones llenas de magia, que me lleguen al alma, que me evoquen nostalgia, romance y sentimiento, por el contrario, encuentro unas canciones con mucho ritmo, arreglos musicales, pero sin un mensaje que la cimente en los anales de la historia del vallenato.

Después de escuchar un sinnúmero de veces estas canciones, entiendo porqué el cacique en una entrevista afirmaba que la nueva generación del vallenato, eran muy buenos, pero no tienen cimiento y los invitaba a tomarle amor al arte, al folclor vallenato, es que se hace necesario que se apersonen de la música vallenata, que vuelvan a sus raíces, no graben por vender, sino por seguir engrandeciendo y consolidando este bello folclor.

De lo contrario seguiremos esperando el relevo generacional en el vallenato, y a pesar del transcurrir del tiempo y su partida seguiremos afirmando y tarareando este estribillo que simplifica quién es el verdadero papá del vallenato:

Como Diomedes no hay otro /y eso

Nunca nacería / y si nace no se cría /y

Si se cría se vuelve loco (…)

 

Diógenes Armando Pino Sanjur

Sobre el autor

Diógenes Armando Pino Sanjur

Diógenes Armando Pino Sanjur

Tamalamequeando

Diógenes Armando Pino Sanjur, más conocido como May Francisco, nació el 24 de junio de 1976 en un pueblo mágico lleno de historia, cultura y leyendas situado en la margen derecha del Río Magdalena llamado Tamalameque. Hijo de los docentes Diógenes Armando Pino Ávila y Petrona Sanjur De Pino, tiene 2 hijos, May Francisco y Diógenes Miguel, los cuales son su gran amor, alegría, motor y mayor orgullo. Abogado de Profesión, despertó su interés con la escritura de su padre quien es escritor e historiador, se declara un enamorado de su pueblo, de su cultura (la tambora) y apasionado por la política como arte de servir.

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