Opinión
Festival de la Quinta: un universo cultural
"Nunca dudes de que un pequeño grupo de personas pueden cambiar el mundo.
De hecho, siempre se ha conseguido así".
Margaret Mead
Esta nota está impregnada de admiración y respeto, por quienes no solo se atreven a soñar, sino que se disponen a hacer realidad ideas transformadoras y de integración social; hablo de Cristina Zapata Naranjo (la paisa-vallenata), de su combo de aliados y del parto colectivo que han logrado: El Festival de la Quinta. Valledupar se engalana de cultura, historia, creatividad, visiones intergeneracionales, integración, bohemia, durante los dos días en los cuales, se desarrolla este magnífico festival.
El festival de la Quinta es una muestra de que en nuestro Caribe Colombiano no sólo se dan noticias malas o escándalos de corrupción, sino que hay personas llenas de ganas por aportar desde la cultura y el arte a la construcción de nuevas realidades. De ahí nace el festival de la Quinta de soñadores atrevidos como Cristina Zapata y Miguel Velásquez propietarios del Hotel Boutique Casa de los Santos Reyes, Yasser Orozco de Palenke Bar y Clara Molina de la Espinita Restaurante, y, claro, todos los aliados (entidades privadas, públicas y organizaciones sociales) que se suman a esta apuesta cultural. Acá no se trata de protagonismos sino de posicionar en Valledupar un escenario de apoyo a los emprendimientos, al turismo, la cultura y el arte en general.
Un festival original
Cuando supe del festival por mi amiga Cristina Zapata, fui testigo de los pujos que deben dar para que ese evento se pueda desarrollar. Sé de esos momentos de enorme esfuerzo colectivo, de lo que llamaríamos los “dolorosos” naturales que se viven para lograr eventos de altura y de gran impacto. De inmediato entendí que era una idea poderosa que generaría un aporte fundamental al tejido social y así fue desde que nació en 2017 a su segunda versión en el mes de septiembre del año en curso.
Se notó el avance con más de 240 personas inscritas y 80 emprendimientos seleccionados que estuvieron durante los dos días del festival sorprendiendo a los visitantes. Con eso se constata que, si bien la música vallenata es el mayor atractivo de Valledupar, los turistas y propios pueden vivir un derroche de creatividad en el festival de la Quinta con la riqueza que tiene Valledupar. Como diría Consuelo Araujo: “Yo quiero que se mantenga viva y perenne la lámpara votiva de la fe en nuestra música vallenata, en nuestros valores y en nuestro sentido de pertenencia”.
Cuando se cree, se logra
No corresponde esta columna a un ataque de optimismo exagerado, es un llamado a los medios de comunicación, a las maquinarias políticas, a los sectores privados o públicos y a la ciudadanía en general a despertar nuevas miradas, y no solo concentrarnos en las crisis; porque también somos arte, emprendimiento, creatividad e innovación, vallenatos, gastronomía, turismo, artesanías, biodiversidad. Cuando se cree en algo y se trabaja por ello, es inevitable lograrlo por muchos obstáculos que se presenten, al final se logran grandes partos colectivos.
De este modo, es preciso mencionar que este festival es una poesía viva que tiene sus acentos sonoros en la imponente diversidad de su gente; el festival nos honra con sus infinitas historias que se convierten en una ganancia social y cultural que logran tejer enseñanzas de tejido social; los emprendimientos se abrazan con la brisa y el sol radiante de un territorio que se estremece entre historia y presente, y la esperanza de una región fértil y prospera, que entre el rio, vallenatos y leyendas se mantiene revestida de mística, colores, sentimientos, humanidad y diversidad.
Cristina y su ejemplo de liderazgo
Es pertinente introducir el cierre de estas letras haciendo un reconocimiento especial a una mujer valiente y comprometida, una enamorada de Valledupar y del Cesar, una creyente absoluta del turismo, de las ideas creativas y arriesgadas, y de un mejor porvenir para la región Caribe; eso me lleva a afirmar que no basta con nacer en una tierra para amarla, es necesario enamorarse de ella y demostrarlo.
Eso precisamente es lo que hace la paisa Cristina, ofrece su pasión a aportar, está siempre atenta a servir, a aportar y crear a favor de la economía, el turismo y el avance de Valledupar, es admirable conocer su cotidianidad porque demuestra de qué estamos constituidas las mujeres, de valentía, inteligencia, entrega, hermandad y atrevimiento. Adelante Cris, siempre valdrá la pena ser una gestora cultural.
Gratitud
Gracias a Cristina y su equipo de aliados por ofrecer este escenario esperanzador que se resumen en 4 palabras: Festival de la Quinta. Ojalá todas las entidades, organizaciones y la ciudadanía en general, se una para que siga adelante y demostremos que en el Caribe somos una casta de luchadores que no solo pensamos en el bien propio sino el común, que nos duele y amamos nuestra tierra y que eso nos motive día a día a trabajar para estar mejor.
Hay que creer en el Cesar y en especial en Valledupar, amarlo, aportarle y transformarlo, sin esperar a que un sector político de turno o un inversionista lo haga, cuando las realidades las podemos cambiar en cada acto de nuestras vidas, porque más allá de ser ejemplos vivos de resistencia debemos ser de transformación; dejar de criticar y actuar, renunciar a las zonas de confort y sacudir la creatividad para comenzar a producir nuevas ideas, pues el mundo no cambia si cada uno no lo hace, es necesario que se unan las voluntades de amor por nuestros territorios, que hagamos una sociedad que viva en unidad, amor y respeto por las diferencias. “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos” (Eduardo Galeano).
¡Viva el Festival de la Quinta y que vengan más versiones!
Fabrina Acosta Contreras
@Facostac
Sobre el autor
Fabrina Acosta Contreras
Evas&Adanes
Nieta de Rita Contreras, leyenda viva de 109 años. Escritora e investigadora Guajira, psicóloga, Magister en estudios de género, Magister en Gestión de Organizaciones y Especialista en Alta Gerencia. Creadora de la Asociación “Evas&Adanes” desde la cual lidera diversas iniciativas ciudadanas como los foros “La Mujer en el vallenato”, “Tejiendo esperanzas por la Guajira”, el programa radial Evas&Adanes, entre otras.
Ha recibido reconocimientos por la causa que lidera tales como: Joven sobresaliente de Colombia TOYP 2018 (JCI Colombia), máxima distinción del departamento de La Guajira medalla Luis Antonio Robles, personaje diez en el departamento de Amazonas, medalla a Mujer extraordinaria con proyección social otorgada por la Asociación de Mujeres de la Guajira.
Ha sido columnista por más de 10 años de varios medios puntualizando temas de género y derechos de las mujeres, así como las causas por la guajira. Es autora de los libros “Mujer Sin Receta: Sin Contraindicaciones para hombres”, “Evas culpables, Adanes inocentes”, “De esas costumbres que hay en mi tierra: una mirada a los imaginarios sociales de la violencia de género”, “Mujeres sin receta: Más allá de los mitos”.
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