Opinión

A quién se le canta aquí

Edgardo Mendoza

02/04/2019 - 08:10

 

A quién se le canta aquí
Desfile de piloneras durante el Festival Vallenato en la carrera 19 de Valledupar / Foto: archivo PanoramaCultural.com.co

Al llegar abril, Valledupar está en modo vallenato, como dicen los muchachos. Cualquier patio es pilonero, cualquier barrio es promoción, las notas de los grandes juglares las tocan igual y a veces mejor los jóvenes acordeoneros de hoy, que hay por pilas, pero en la ciudad no existe ningún lugar donde toquen en vivo todos los días.

 Ya van 52 años de un evento que inició para hacer relaciones y bulla, pasamos de una ciudad rezandera, ganadera y agrícola a una bohemia y sonora. Los acordeoneros, hace 200 años, deambulaban por corrales y potreros para espantar los tigres, pero hoy hacen música, es decir cultura musical. Los juglares antes cantaban “debajo del palo e mango”, hoy por moda y capricho deben tocar bajo los naranjales, porque el Valle de siempre se volvió “Ciudad Naranja” y su alcalde viste guayaberas de ese color. Lo mismo hará el presidente que nos visitará, y, como ambos llevan música por dentro, es muy posible que formen el grupo “Tuto y Ducker” y compartan un par de canciones, si no sale alguna Minga criolla a tapar caminos. De todas formas, ellos, como los grandes rockeros, viajan en aviones privados y miran todo desde lo alto.

Dentro de los músicos internacionales contratados, viene el reguetonero Ozuna y, como aquí copiamos todo, estoy seguro que la letra (r) que ellos no pronuncian nos contagiará luego de su concierto o antes, el mismo presidente del evento me dijo que “Valledupal melece un glan palilla polque al cambial los tiempos la gente se embolacha con otlas tendencias altísticas”.

La verdad, a mí personalmente la llegada del maestro Osuna me emociona, mi intención de mostrarle unos mamarrachos que dibujo se aplazó, pues por una letrica cambiaron al caricaturista por un músico.

Mientras los patios parranderos -los que quedan- esperan tranquilos, los acordeones con ese sonido entre ronco y herido por tantos lamentos de amores y amigos que partieron descargaran sus notas, los cantores, sus cantos, los cuenteros sus cuentos y entre todos forman con su verdades y mentiras inofensivas, el mito de la leyenda que nos mantiene unidos después de tanta polarización política, pero igual como estamos en las pre-electorales, los grandes políticos nacionales vienen con su cartón de promesas que mezclaran con hielo y whisky de los provincianos.

Lo más seguro es que entre los discursos de presidentes y ministros nos queden resueltas las tres eternas cosas de los nuevos vallenatos: reserva Besotes, Ruta Escalona y ahora la Policía Metropolitana.

Muy seguramente los ganaderos llorarán ante Minagricultura por la sequía que los dejó quebrados, y lo peor, dirán al Mindefensa, que no poseen ni una vieja escopeta para cuidarse de los abigeos. Los arroceros hablarán del contrabando del grano, mientras todos proponen que debe volver la bonanza del algodón, incluso la de la marihuana en los tiempos de López Michelsen, porque, como dice la canción de Poncho Zuleta, nos ha compuesto la cuchara. Y como Zuleta lleva hija a la gobernación, el presidente eterno viene a su confirmación, pues ya está bautizada en su nombre.

Creo que el gobernador Ovalle inaugurará la avenida con el nombre de su padre, mientras Ape Cuello piensa rescatar para el centro de rehabilitación el nombre de su abuela Rosita Dávila de Cuello, que Ovalle en acto de astucia lo cambió con el nombre de su suegra sin reproche alguno.

Ya confirmó la investigadora Marina Quintero que asiste a nuestra fiesta desde 1965. Presentará otro libro con nuestras costumbres y nada de raro que nos traiga grabado en su voz algún merenguito sabroso, al final es la última dama de esas mujeres batalladoras por muchos siglos. Si la Fundación FFLV vuelve a hacer homenajes, Marina debe estar en primera plana. Sobre el tema dicen expertos “homenajeadores” que mientras Jorge Oñate y Alfredo Gutiérrez respiren es imposible. Incluso cuando los dos partan al infinito puede pensarse en un majestuoso festín, con el nombre Alfredo Oñate, para ponerles algo de justeza a dos grandes y peleadores artistas.

Los Oñatistas me cuentan que El Jilguero no estará en la semana del festival en Valledupar por el simple hecho de no gustarle el reggaetón y ¡la FFLV en vez de uno trajo tres!  Y como Valledupar cambió su nombre por ciudad Naranja, los reguetones también cambiaron sus nombres, Los Diamantes negros, es decir El Indio y Shakka Dan, hoy son Zion y Lennox, Sebastián Obando Giraldo hoy es Yatra y quizás como se llamará Ozuna porque el dibujante no es. Se las dejo ahí, ¡en el perreo!

 

Edgardo Mendoza Guerra

Tiro de chorro

Sobre el autor

Edgardo Mendoza

Edgardo Mendoza

Tiro de chorro

Edgardo Mendoza Guerra es Guajiro-Vallenato. Locutor de radio, comunicador social y abogado. Escritor de cuentos y poesías, profesor universitario, autor del libro Crónicas Vallenatas y tiene en impresión "50 Tiros de Chorro y siguen vivos", una selección de sus columnas en distintos medios. Trata de ser buena gente. Soltero. Creador de Alejo, una caricatura que apenas nace. Optimista, sentimental, poco iglesiero. Conversador vinícola.

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