Opinión

Vallenato para el mundo

Alberto Muñoz Peñaloza

02/07/2019 - 05:45

 

Vallenato para el mundo

 

La guardo ‘fresquita’ en mi recuerdo, es una imagen arraigada en mi mente, en el alma, en mi conciencia, con la expresión satisfaciente de la gratitud. Verla por primera vez fue encontrar un divertimento emocional, un plácido espacio de alegría, un reafirmante del sentido de pertenencia, admiración y de pertinencia, a nuestro querido Valle. Erguida como el talante Vallenato, verticalísima como los sones de entonces y precisa, en el incipiente urbanismo local, como los cuatro aires en la vallenatía.

Se la encontraba al final del pueblo, hasta donde llegaban las últimas casas en la salida a Fundación. Pepe Castro, uno de los mejores alcaldes de Valledupar, senador, gobernador y político 24/7, no sólo la respetó, la consideró, la escogió como el punto de partida para la primera avenida, punto de llegada al venir, y primera conexión del ala urbana oriental con “el resto”, el cauce vial comunicante entre la salida a Fundación y la que iba a La Paz, Agustín Codazzi o a La Guajira. La gran Ceiba, que en realidad fueron varias, pero la reina es la que yace, en su ‘esqueleto’ vegetal, mutilado pero repleto de historia, de tradición y de encantamiento. Epicentro de retozos delincuenciales, lugar apropiado para encuentros amatorios y punto de acción del “mono pegüe”. Lugar de reproche y de enfrentamientos a piedra limpia, cada vez que fue necesario que la camada ejemplarizante de moradores del naciente barrio Guatapurí, con Rodrigo David, el brujita Bruges, los Gonzalez Rodriguez, el famoso Triby y el rácimo es grande, debieron demostrarles a los jaquetones de “las tablitas” que no estaban dispuestos a aceptar el acoquinamiento propuesto. Fue siempre la parada de caché, de ida como al regreso, de los otrora buses urbanos denominados “comelobos”. La Ceiba fue un símbolo urbano y, a la manera de las pirámides de Egipto, caracterizó al pueblo, por un tiempo, y al sector para siempre.

Las pirámides de Egipto son, de todos los vestigios legados por egipcios de la antigüedad, los más portentosos y emblemáticos, construidas en piedras de alabastro. Se convirtieron en icono histórico, en símbolo patrimonial y referentes del territorio egipcio, a escala mundial y, por ende, en atractivo turístico.

De la misma forma, otras ciudades mantienen monumentos que cautivan la admiración local, trascienden y se convierten en hitos imaginarios que demarcan el arraigo anímico en su ‘incorporación’ personal. Es la manera de establecer conexiones que te hacen recordar, recomendar y en ocasiones, volver al sitio aquel. El hombre lo ha tenido presente y en las ciudades se acude a esto como fuente generadora de recordaciones, visitas y admiración. Es el caso de La libertad iluminando el mundo (en inglésLiberty Enlightening the World; en francésLa Liberté éclairant le monde), conocida como la Estatua de la Libertad, uno de los monumentos más famosos de Nueva York, en los Estados Unidos y de todo el mundo. Se encuentra en la isla de la Libertad al sur de la isla de Manhattan, junto a la desembocadura del río Hudson y cerca de la isla Ellis.

En otras partes se levantaron obeliscos. Algunos se construyeron para conmemorar un hecho histórico, otros para ser íconos de un lugar y hasta por capricho de algún emperador. A continuación, detallamos los 10 obeliscos más famosos del mundo.

1-.Obelisco de Buenos Aires  (Argentina), ubicado en la Plaza de la República, mide 71 metros y se construyó en el año 1936.

2-. Obelisco de Aksum (Etiopía). Se construyó en Aksum, durante el siglo IV, en granito y mide 25 metros.

3-. Las agujas de Kleopatra (Heliopolis, Egipto). Son dos obeliscos idénticos de 21 metros de altura, construidos por el faraón Tutmosis III en el siglo XV a.C; llevados hasta Alejandría; pero el siglo siglo XIX fueron separados, uno fue a Londres y el otro a Nueva York, como regalo de Egipto a estos países. Construidos en granito rojo y miden 21 metros de altura.

4-. Obelisco de Luxor (París, Francia). De procedencia egipcia, se construyó en el templo de Luxor en Egipto y en el año 1926 fue llevado a la Plaza de la Concordia en París. Mide 23 metros de altura y destaca por sus jeroglíficos, su gemelo idéntico permanece en Egipto, pero no goza de tanta fama.

5-. Monumento a Washington D.C. (Washington, Estados Unidos) Fue inaugurado en 1888 para conmemorar al primer presidente de Estados Unidos, George Washington. Construido de mármol, granito y piedra arenisca y mide 170 metros de altura.

6-. Obelisco de Constantino (Estambul,Turquía). Situado en la plaza Sultán Ahmet de Estambul, fue construido de piedra y placas de bronce y mide 32 metros.

7-. Obelisco Flaminio (El Vaticano). Fue llevado a Roma desde Heliópolis, Egipto. Hoy día ubicado en el centro de la Piazza del Popolo en el Vaticano. Mide 23 metros de altura.

8-. Obelisco Letrán (Roma, Italia). Es el obelisco egipcio más antiguo, construido originalmente en el templo de Amón en siglo IV, por orden de Constantino II, fue enviado a Constantinopla junto al obelisco de Teodosio, pero por causas desconocidas nunca llegó. Ubicado hoy en la Archibasílica de San Juan de Letrán en Roma. Tiene 25 metros de altura.

9-. Obelisco del Vaticano (El Vaticano). De procedencia egipcia, ubicado en el centro de la Plaza de San Pedro. Mide 26 metros de altura.

10-. Obelisco Millenium (La Coruña, España). También de procedencia egipcia, ubicado en el centro de la Plaza de San Pedro. Mide 26 metros de altura.

En nuestra tierra, el entonces alcalde, Elias Ochoa Daza, inauguró en 1994, el Obelisco como un ‘Homenaje a la Vida’, construido por el arquitecto Helcías Castilla y diseñado por Carlos García. Es una estructura de cemento de 30 metros de alto situado al final de la avenida a Fundacion. Se lo considera referente del espacio vital de la ciudad.

Barranquilla, la “puerta de oro de Colombia”, dio un paso gigante, en todos los frentes, de manera consistente en el plano institucional y realización de obras prioritarias. En materia de promoción del territorio, atracción y atención a propios y visitantes, la empresa Tecnoglass, con el apoyo de la Sociedad Colombiana de Arquitectos y la Alcaldía de Barranquilla, llevó a cabo el concurso “Ventana al mundo”, del cual fue ganadora Diana Escocia Borelli, arquitecta egresada de la Universidad Autónoma del Caribe. “La ventana se concibió en principio como un elemento de transición peatonal, pero fue necesario subirla lo más alto posible para que fuera icónica. Adicionalmente necesitábamos transmitirle algo más al observador; una ventana sostenida por dos grandes columnas podría resultar muy abstracto”, comentó Escorcia. “Fue entonces cuando decidieron introducir la galería en sus bases, y así surgió la idea de la línea de tiempo con la historia gráfica de Barranquilla, para que el observador entendiera un poco la transformación de la ciudad”. Mide 47 metros y simboliza una ventana. La autora del diseño asegura que “es un acierto este tipo de iniciativas, pues canalizan muchos talentos que a veces están ocultos o sin oportunidad, y se abren puertas en ambas direcciones pues resultan beneficiados los que convocan y los que participan”.

Estamos en el mejor tiempo para volver a “pensar en grande”. La ciudad de Valledupar merece el monumento que Emilianito Zuleta le cantó a su acordeón: “una estatua yo le levantaré, allá en la Plaza del Cacique Upar, pa’ que todo aquel que pueda pasar, levante la frente y te pueda ver, y un letrero grande le escribiré, tú eres la gloria de Valledupar”. La Plaza del Cacique Upar fue la “Alfonso López”, hoy día puede ser la plazoleta ante el coliseo “Cacique Upar” en el Parque de la Leyenda Vallenata “Consuelo Araújo Noguera”.

Ojalá la empresa Drummond Ltd, precursora de la explotación minera en el departamento del Cesar y la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, con el apoyo de la Alcaldía de Valledupar, la Gobernación del Cesar y la SCA Cesar, hagan realidad, mediante concurso con la participación de arquitectos y/o escultores vallenatos/cesarenses, por nacimiento, formación y/o residencia, el Monumento “Vallenato para el mundo”, con el acordeón como epicentro, sin dejar en la orfandad la caja y la guacharaca. Como diría el ruiseñor del Cesar, ¡pero, que se sientaaa!

 

Alberto Muñoz Peñaloza

@albertomunozpen

Sobre el autor

Alberto Muñoz Peñaloza

Alberto Muñoz Peñaloza

Cosas del Valle

Alberto Muñoz Peñaloza (Valledupar). Es periodista y abogado. Desempeñó el cargo de director de la Casa de la Cultura de Valledupar y su columna “Cosas del Valle” nos abre una ventana sobre todas esas anécdotas que hacen de Valledupar una ciudad única.

@albertomunozpen

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