Opinión
Licencia para pedir

Nuca se supo cómo lo hacía, pero Eusebio pedía, ataviado con su jean pantera negra y el ‘amansaloco’ rosadino, durante las horas del mediodía. Iba de casa en casa, siempre tocaba, aún si la puerta estaba abierta. Se lo encontraba con una tembladera de pies a cabeza, malhumorado, embarbascado, con ofensas, reclamaba si no le daba, expresaba molestia si lo recibido era poco y cobraba con grandilocuencia si La dación se posponía. Recuerdo las palabras del Cacique del Cerezo, Asterio Castilla, cuando Eusebio lo sacaba de casillas con su coscorroneo emocional: “te voy aplicar la ley Tavera: ningún pobre debería mendigar, nojoñe”.
En Suecia, por ejemplo, en Eskilstuna, ciudad de poco menos de cien mil habitantes, más de noventa kilómetros al oeste de Estocolmo, las personas que piden limosna están obligadas desde el 2 de agosto de 2019 a solicitar una licencia a la policía, previo desembolso de 250 coronas (unos 23,5 euros). El país nórdico no aguantaría Eusebio, ni mucho menos el limosnero del cuento que, el nunca bien recordado Hernando Marin, compartía en parrandas con rostro de narrador veraz, tocó en una casa de Novalito, a la una de la tarde en punto, con el sofoco habitual de marzo, pidió una limosnita por amor a Dios, pero don Joaco Campo, venerable, amable e inolvidable, respondió desde el chinchorro, con el sopor de la hora: vuelva después para dársela. El pedidor inhaló una bocanada de aire caliente, suspiró hondo, y exhaló hiel al gritar: ¡con ese cuentecito tengo un platal regao’ en este barrio!
Se ha rumorado en distintos sectores de Valledupar, que varios concejales presentarán un proyecto con idéntico propósito, lo cual complace a muchos. Al enterarse, anuncia sendas solicitudes a la Fiscal -Fatou Bom Bensouda-, de la Corte Penal Internacional y a Corte Interamericana de Derechos Humanos, oponiéndose con argumentación sólida, contundente e incuestionable. Moises Perea, narrador costumbrista y trabajador cultural incansable, está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias. “No me dejaré arredrar, tú tienes que ayudarme Alberto, como se les ocurre a estos pipiolillos salirme con eso, lo que quieren es acabar conmigo, con eso me enmigajan. Ayúdame Alberto…”.
Alberto Muñoz Peñaloza
Sobre el autor

Alberto Muñoz Peñaloza
Cosas del Valle
Alberto Muñoz Peñaloza (Valledupar). Es periodista y abogado. Desempeñó el cargo de director de la Casa de la Cultura de Valledupar y su columna “Cosas del Valle” nos abre una ventana sobre todas esas anécdotas que hacen de Valledupar una ciudad única.
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