Opinión
Con la fuerza de la opinión
Hace unos meses suspendí mi columna de opinión para ocuparme a plenitud de mi candidatura al Concejo Municipal de Valledupar por el Partido Liberal Colombiano, en la cual pudimos obtener el pasado 27 de octubre un total de 878 votos, resultado este que no nos permitió alcanzar el objetivo principal que era ocupar una curul en esta corporación, pero sí algo muy importante, comenzar a construir un nuevo liderazgo colectivo, fresco y responsable, alejado de malas prácticas tradicionales y con un compromiso muy importante: trabajar desde los escenarios que sean posibles por el progreso social y el desarrollo económico de nuestro territorio. A esos más de ochocientos vallenatos, mi total agradecimiento, con su respaldo pude reafirmar los valores por los cuales aspiré: convicción y sentido de pertenencia.
Hoy siento que regreso a este espacio de generación de opinión con un nuevo aire, vivir la experiencia del ejercicio político me ayudó a entender muchas cosas, pude percibir lo gratificante, lo agotador, lo bueno, lo malo, lo injusto, lo antidemocrático y hasta lo ilegal. Junto a mi familia, amigos, simpatizantes y el extraordinario equipo de trabajo que me acompañó durante estos meses de campaña, mi familia de ‘Generadores de Cambio’, tenemos la gran satisfacción de haber hecho las cosas bien, nos resistimos a la política de la presión y el dinero, y por el contrario hicimos un trabajo de opinión, honesto y propositivo. Aún me cuesta asimilar la forma en la que circula el dinero en época electoral, en cómo un día cualquiera llegan a pedirte transformadores, fosas sépticas, dinero a cambio de un listado de 20 – 30 “votos”.
Antes y después de aspirar a este cargo de elección popular hablé de construcción de ciudad, ese concepto ha sido la base de mis columnas, lo fue también de mis propuestas y lo será siempre que tenga la oportunidad de hacer aportes como lo que soy, un simple ciudadano con convicciones claras y propósitos firmes. Hoy regreso al periodismo de opinión convencido de que es posible construir desde diversos escenarios, el control social cada vez toma más fuerza y coadyuva para que los territorios transiten por mejores rumbos y la dirigencia vaya comprendiendo cuáles son las actitudes y aptitudes idóneas para llevar las riendas de institucionalidad, el impacto que producen los buenos y modernos liderazgos con sensibilidad social, practicidad, gestión y la imprescindible participación ciudadana.
Valledupar no pasa por un buen momento, muestra de ello son las cifras de pobreza, desempleo, homicidios, hurtos, como también las condiciones de temáticas como el agua potable, saneamiento básico, salud y educación, estos últimos cuatro ítems tiene un fuerte asentamiento en los barrios subnormales del casco urbano del municipio y en la zona corregimental en todos sus extremos. No ha sido posible consolidar el Sistema Estratégico de Transporte público, una política y/o plan de seguridad de carácter preventivo – proactivo palpable ni tampoco el fortalecimiento de medios de producción que hemos echado al olvido como el sector agroindustrial.
Todo esto se convierte en motivo suficiente para seguir apostándole a la construcción de ciudad, proceso que debe asumir Valledupar con toda la prontitud y diligencia del caso, sin más dilaciones. Desde esta columna estaré siempre presto a contribuir a que gestemos un territorio con más y mejores niveles de progreso social y desarrollo económico. Dispuesto a construir: ¡Con la fuerza de la opinión!
Camilo Pinto Morón
@camilopintom
Sobre el autor
Camilo Pinto Morón
Letras & Opinión
Camilo A. Pinto Morón, estudiante de Derecho de la Universidad de Santander, estudio leyes porque "pertenece a ese orden de cosas que se comprenden mejor cuando no se definen" - Levy Ullmann. Columnista de opinión en PanoramaCultural.com.co, el diario El Pilón, y Con la Oreja Roja. Fiel creyente de un oficio de opinar en serio, respetuoso, objetivo y responsable.
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