Opinión

El apocalipsis de la (in)seguridad ciudadana en el Cesar

Jhon Flórez Jiménez

24/02/2020 - 02:45

 

El apocalipsis de la (in)seguridad ciudadana en el Cesar

“[…] Y entregará a la muerte el hermano al hermano, y el padre al hijo: y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán…”

Vivir para morir y vivir en zozobra, parece que fuese la consigna de la región. La violencia en el Cesar ha sido el pan de cada día de sus pobladores, siendo la inseguridad, la reina de este festín carroñero. Una muestra de ello, se deja ver con el asesinato de líderes campesinos y sociales, delincuencia común e inseguridad en general, que, según el comandante de la policía en el Cesar, “No hay herramientas logísticas para atender en Valledupar”. Ahora sí, vale decir: ¡Oh! ¿y ahora, quién podrá defendernos? O recordando al benemérito Marcos Pérez, “a esta ciudad se la llevó Pindanga”

No cabe duda, que a la delincuencia hay que enfrentarla con las herramientas que da la Constitución y la legitimidad que tienen las instituciones designada para ello, sin embargo, no es suficiente combatirla con el pie de fuerza, pues, esto es muestra que solo se busca frenar lo inmediato, es decir, sus efectos, más no se atacan las causas de este flagelo social. El problema de fondo es otro. En ese sentido, la región tiene una historia pérfida de violencia y dolor, nacida por la desatención del Estado y, de forma especial, de la clase política que ha gobernado el Cesar, quienes no han atendido la realidad social que se ha venido fraguando, por el contrario, se han repartido el erario, afectando la calidad de vida de sus pobladores.

Por otro lado, los diferentes planes locales de desarrollo no han puesto las mentes en la problemática, pues no existe una política pública seria, en materia de seguridad ciudadana, la cual no reside, exclusivamente, en el aumento del pie de fuerza, la compra de vehículos de variada índole, cámaras de seguridad, recompensas, entre otros. Pues, si se pretende dar solución a ello, hay que abordar las situaciones generadoras de delincuencia. Así las cosas, se observa, que el Cesar se encuentra entre los cinco departamentos con más alta tasa de desempleo, según el DANE, siendo el de su capital, del 15,9% en el mes de agosto del 2019. De igual manera, su juventud no tiene espacios de crecimiento y desarrollo, por lo cual deben migrar a las grandes ciudades, en busca de oportunidades. También, al no haber una política pública local sobre tierras, problema de vieja data, el empobrecimiento de la región es inminente, siendo el campesino su mayor víctima. Lo anterior conduce al deterioro las capas más sensibles de la sociedad.

El problema de la delincuencia en la región, viene adobado por la realidad nacional que agolpa todos los rincones del país, producto de ser una nación acéfala y unas regiones carcomidas por la corrupción de las enquistadas “familias de élite local”, las cuales son el sino trágico de esa delincuencia de “cuello blanco” y, por ende, el caldo de cultivo que alimenta el paramilitarismo y la adhesión a las guerrillas, así como a los grupos ilegales en general, los cuales ofrecen, a cual más,  opciones, si bien miserables, “ algo es algo”. Sin duda, la ausencia de oportunidades rompe con la columna vertebral del estado social de derecho.

La región y sus líderes políticos deben concientizarse, que la problemática de (in)seguridad nace, por la ausencia de acciones de fondo: sociales, económicas y políticas, entre otras, necesarias para la transformación que se anhela y requiere la ciudadanía. Si queremos resultados diferentes; hay que hacer las cosas de forma diferente. Así, entonces, ¿qué hacer para cambiar las nefastas prácticas de ignominia institucional y social? ¿los mismos con las mismas?, pero todo sigue igual.

 

Jhon J. Flórez Jiménez

Sobre el autor

Jhon Flórez Jiménez

Jhon Flórez Jiménez

La columna

Abogado. Especialista en contratación estatal y derecho constitucional y administrativo. Magíster en Ciencias Políticas. Analista político y activista social.

@jhonflorezjim

10 Comentarios


jose garcia 24-02-2020 09:49 AM

Puedo agregar que aparte de las causas de la delincuencia en la ciudad expuestas en esta columna,el problema de migración de venezolanos acentuados, pues con la mezcla de desempleo y desocupación componen un cóctel de inseguridad para los habitantes.

Jhohana Herrera 24-02-2020 09:49 AM

Muy buen dato , a las personas sino se les da empleo , o una forma de subsistir delinquen , y los pocos que tienen una profesión se queman porqué si no tienen una relación politica no trabajan , eso también desarrolla trastornos mentales , ansiedad , estrés , depresión

gloria cuello quiñonez 24-02-2020 10:26 AM

muy acertado tu columna Dr. jhon florez cae como anillo al dedo para ver si el gobierno entiende que el problema es grave y que hay que atacarlo de fondo.

Jhonatan Mesa Soler 24-02-2020 12:44 PM

Que profesionalismo mi hermano

Rosario diaz granados 24-02-2020 04:26 PM

Excelente columna, es una realidad que se describe aquí valledupar es una ciudad linda y pujante pero con muy pocas oportunidades de empleos. La inseguridad es en todo el país y no debe ser justificación para la delincuencia, porqué el que quiere trabajar lo hace así sea vendiendo agua o limpiando carro, y no robando ni matando

Yair maestre Arias 24-02-2020 10:59 PM

Mi estimado amigo, muy buena su columna, y en aporte es necesario resaltar que de la mano con la corrupción de las casas élites del departamento, se suma la desidia del pueblo que duerme como la bella durmiente carcomiendose en el veneno del retardo y no hay señal de despertar y sumisa a seguir besando suelas de las castas políticas que han sumergido al departamento en un retraso socieconomico, del cual no se tiene esperanza de despertar porque seguimos eligiendo los que con cuchillo en mano nos cortan la garganta y las alas.

Idian payares 25-02-2020 04:58 AM

La realidad de nuestro departamento trasladada a nuest o municipio

Pedro Pablo Contreras C. 25-02-2020 12:12 PM

Estimado John, interesante reflexión sobre una de las causas reales de la inseguridad en nuestro país. Esto se ve en Valledupar y en todas las ciudades de Colombia. Seguramente, como en todas las sociedades, llegará la hora en Colombia en que cada familia, ciudadano, niño, joven, adulto, abuelo , estudiante, trabajador y demás miembros de la sociedad, tengan una lugar digno en donde vivir, una alimentación saludable, una educación acorde con sus necesidades, un trabajo que les permita saber que producen y obtienen lo requerido para cubrir sus necesidades vitales. To creo y tengo fe, que más temprano que tarde, la sociedad tendrá que cambiar su estilo de elegir a quienes nos dirigen y orientan las políticas sociales, económicas y de desarrollo. Ese día será, cuando todos contribuyamos con nuestro granito de arena, para tomar consciencia del compromiso y responsabilidad de hacer algo nuevo, diferente que en verdad sirva para la comunidad y no sò9lo para unos pocos. Congratulaciones, por tus opiniones que muestran un derrotero, claro, preciso conciso y humano de los que vivimos a diario en todos los rincones de nuestra querida Colombia.

Monica Sarmiento 25-02-2020 02:02 PM

Excelente columna!! Gran reflexión!!

Gilma Anaya 25-02-2020 05:31 PM

Felicidades amigo, no pudo expresar de mejor forma la inconformidad que se siente vivir en estas tierras y no poder progresar por el acaparamiento de las oportunidades laborales por unos pocos, mientras los demás viven del rebusque, a esto se le suma la inseguridad y la poca acción por parte de las autoridades y el abandono del Estado en ello, ya que en lo corrido de los únicos dos meses que van de este año se han cometido más 20 asesinatos, pero que se puede pedir si acá "toca conformarse con lo que hay"

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