Opinión
Incendio en las redes sociales
Como siempre, las redes sociales son un volcán eruptivo que vomita opiniones de diferentes tenores, calibres, colores e ideologías. En dichas redes hay para todos los gustos, sabores y colores, pues su variado menú va desde las posiciones de los llamados “Providas” que consideran el aborto como un crimen, ya que, según sus creencias y conveniencias, mantienen la opinión de que hay vida desde el momento de la fecundación, opiniones que desde la otra orilla, son rebatidas con argumentos médicos y consignas libertarias que sostienen que la interrupción de la gestación es potestad de la mujer, porque ella es dueña de su cuerpo y debe decidir autónomamente si aborta o tiene un bebé.
En esta discusión han terciado los partidos y movimientos políticos con el condimento adicional de su identificación, los Providas son de la derecha y de extrema derecha que montan propaganda política como adalides de la vida ocultando que han sido los adalides de la guerra y la violencia. La iglesia ha mediado con sus criterios dogmáticos y con una arrogancia ajena a la línea argumental, monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, sobre este caso, dijo en una entrevista, refiriéndose a las posibilidades de que la corte cambiara la jurisprudencia y dejara en libertad a la mujer para disponer de su cuerpo, decidiendo si aborta o no, Monseñor en su tono clerical no exento del prurito medieval heredado de la Inquisición, dijo refiriéndose a la Corte «Zapatero a tus zapatos» en el todo despectivo que Plinio el Viejo utilizó por allá en el siglo IV AC para terminar la perorata del zapatero que critica el cuadro de la historia.
Otro aspecto crucial y de una temperatura elevada han sido los informes de La Cruz Roja Internacional, La relatoría de la ONU para Derechos Humanos y el de la Bachelet sobre la muerte de líderes sociales, indígenas y exguerrilleros, este tema también ha incendiado las redes e incentivado la polarización política entre los seguidores del gobierno y los de pensamiento progresista, a tal punto que más de cuatrocientas organizaciones sociales han firmado respaldando a la ONU. Pero el caso más diciente fue el de la ministra de trabajo Alicia Arango Olmos, quien con tono displicente hizo el comentario de que moría más colombianos por hurtarle un celular que líderes sociales, ahí fue Troya se prendieron las redes sociales en una leñera sin precedente contra dicha ministra.
El comentario fue desafortunado, y tal vez con la mala intensión de minimizar la aterradora realidad de la barbarie, del exterminio de líderes y defensores de derechos humanos en el territorio nacional. No creo que la ministra desconozca las estadísticas que el mismo gobierno dio el año pasado de que por cada colombiano hay una proporción de 1,2 celulares registrados. Lo que, como verdad de Perogrullo salta a la vista del más ingenuo, hay más usuarios de celulares que líderes y defensores de derechos humanos, luego si enfrentamos las estadísticas, es fácil concluir que comparativamente hay más asesinatos de líderes sociales. La ministra cometió la pifia como si dijera que hay más accidentes de tránsito en las calles de Bogotá que en las calles de Tamalameque, obvio lo de Bogotá es mayor.
Otro tema tratado con pasión en las redes, ha sido el del desempleo y el hecho de que el señor presidente de la República tomara sesgadamente las estadísticas de las ciudades que habían aumentado el empleo, dejando por fuera la globalidad de la población que arroja un incremento enorme en el desempleo. Aquí también las redes se pusieron al rojo vivo y argumentos van y vienen, algunos con la propiedad de quienes conocen el tema y argumentan con experticia y los hay legos como yo, que opinamos por percepción, por observación en un empirismo que las circunstancias nos permite. Solo basta observar la proliferación de chuzos, colmenas o casetas de vendedores ambulantes y estacionarios que pululan en las calles de las principales ciudades del país para tener claro la dimensión del problema.
Si extendemos la mirada a los pueblos pequeños, también encontramos las ventas de arepas, fritangas, jugos y demás arandelas en una actividad de rebusque que indica que el colombiano angustiado y presionado para la difícil situación económica y falta de empleo formal han apelado a la informalidad iniciando lo que los entendidos llaman “Emprendimiento por necesidad con enfoque de subsistencia” y que el pueblo-pueblo llama “operación rebusque”.
Diógenes Armando Pino Ávila
@Tagoto
Sobre el autor
Diógenes Armando Pino Ávila
Caletreando
Diógenes Armando Pino Ávila (San Miguel de las Palmas de Tamalameque, Colombia. 1953). Lic. Comercio y contaduría U. Mariana de Pasto convenio con Universidad San Buenaventura de Medellín. Especialista en Administración del Sistema escolar Universidad de Santander orgullosamente egresado de la Normal Piloto de Bolívar de Cartagena. Publicaciones: La Tambora, Universo mágico (folclor), Agua de tinaja (cuentos), Tamalameque Historia y leyenda (Historia, oralidad y tradición).
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