Opinión
“Bailen con letra”, dice Juan Bautista Madera
A riesgo de que los más expertos vallenatologos me tilden de hereje, me atrevo afirmar que una de las más importantes diferencias entre el vallenato y otros géneros musicales del Caribe colombiano, consiste en que en el primero la letra juega un papel preponderante, mientras que en los demás es la música o la melodía lo esencial.
Históricamente se ha luchado para que el porro no pierda su esencia de ser instrumental, y, hay muchos sabaneros que hasta odian al porro cantado, en cambio, en la región de la Guajira y el Cesar la lucha frecuente es para que las letras del vallenato regresen a sus épocas doradas y para volver a encontrar la poesía en sus versos.
¿Quién duda que el autor y compositor en una canción instrumental es uno solo? En el caso de la obra musical más emblemática de Colombia, la que ha recorrido el mundo y se ha escuchado casi a la par de nuestro Himno Nacional y que nadie lo discute, es La Pollera Colorá, que nació como una cumbia meramente instrumental, bajo la única autoría de Juan Bautista Madera Castro, y que posteriormente, el maestro Wilson Choperena le aportó algunos versos y eso lo encumbró como coautor.
El maestro Juan Bautista Madera Castro, que hoy a sus 98 años goza de una lucidez esplendida, conversó conmigo gracias al apoyo de su hija Amparo Madera, y, entre tantas cosas bonitas que me contó, me dijo que no tiene una mínima queja de Sayco, que vive de sus regalías, y que ya no se acuerda cuántos son los que han querido apropiarse de la autoría de su cumbia, casi la mayoría de quienes fueron en otros tiempos sus mejores amigos.
Madera Castro, que nació en Sincé-Sucre el 7 de mayo de 1922, y que fue fundador de la Banda 8 de septiembre de su pueblo, fue muy amigo y compadre del músico Juan de la Cruz Piña, padre de Alfonso y Juan Piña, este último terminó siendo su ahijado, me ratificó su deseo de que sus cenizas sean esparcidas entre Barrancabermeja, su tierra adoptiva y Sincé su tierra natal.
La Pollera Colorá fue compuesta en el año 1960, época en la que dice Madera pasó sus mejores tiempos en Barrancabermeja, al lado del maestro Pedro Salcedo y del mismo cantante Wilson Choperena. El clarinetista allí en ese pueblo también aprendió a tocar saxofón y recuerda la fecha exacta en que registró la insigne canción, en la notaría primera de ‘Barranca’ 24 de octubre de 1962.
Entre las cumbias y porros que compuso el maestro Madera se encuentran ‘Eligio Arroyo’, que luego fue bautizada por Alfonso Piña como ‘El abarcón’, ‘La Petaquilla’, ‘Los Lentes de Telmo’, entre otros. Para el maestro Madera lo más importante de una canción es su música, por eso reitera su frase favorita “Bailen con letra”.
Colofón: Algunos desvergonzados congresistas colombianos se están amangualando con empresarios del espectáculo para aprovechar la coyuntura propiciada por la pandemia y pescar en rio revuelto, quieren regresar a los tiempos en que German Vargas Lleras quiso apropiarse de Sayco. Sepan que los autores y compositores colombianos estamos unidos y no lo vamos a permitir.
Jorge Nain Ruiz
@jorgenainruiz
Sobre el autor
Jorge Nain Ruiz
Vallenateando
Jorge Nain Ruíz. Abogado. Especializado en derecho Administrativo, enamorado del folclor Vallenato, cantautor del mismo. Esta columna busca acercarnos a una visión didáctica sobre la cultura, el folclore y especialmente la música vallenata. Ponemos un granito de arena para que la música más hermosa del mundo pueda ser analizada, estudiada y comprendida.
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