Opinión

Valledupar, antes y después de la interconexión CORELCA (primera parte)

Álvaro Yaguna Nuñez

20/07/2020 - 04:45

 

Valledupar, antes y después de la interconexión CORELCA (primera parte)
Instalación eléctrica en la ciudad de Valledupar / Foto: El Heraldo

 

A raíz de dos eventos de emergencia presentados recientemente en la región, inherentes al sistema eléctrico, con gran afectación en Valledupar, rememoro la evolución secuencial de tan relevante aspecto, fundamental en el desarrollo y proyección de la misma, incluyente de un gran ámbito del departamento del Cesar, creado según la ley 25 del 21 de junio de 1967.

A finales  de la década de 1960, por iniciativa del gobierno nacional nace la Corporación Eléctrica De La Costa Atlántica (CORELCA) con sede en la ciudad de Barranquilla, cuyo primer gerente fue el ilustre Jacobo Acosta Bendeck, en el periodo 1969/1981, siendo el baluarte en el direccionamiento de los primeros grandes proyectos de expansión de redes eléctricas en la región Caribe, integrando la administración, generación, transmisión de energía, conforme a lo establecido en los estatutos establecidos jurídicamente. Inicialmente, en el orden de generación, la entidad se apoyaba en las primeras plantas térmicas, localizadas en Barranquilla, Cartagena y el pequeño conglomerado de las turbogases. Poco a poco, se fue desarrollando la dinámica de la generación, logrando consolidar una cobertura satisfactoria, confiable y de calidad, en el escenario del territorio costeño.

En la época descrita, Valledupar contaba con un pírrico servicio de energía, soportado por unos equipos obsoletos, unas plantas Sultzer, localizadas en las vetustas instalaciones de la Electrificadora del Cesar, al norte de la ciudad, frente a la antigua fábrica procesadora de leche, CICOLAC; siempre se tuvo un estado de incertidumbre con el precario servicio, matizado por racionamientos, discontinuidad extendida por toda la ciudad, ya en calidad de capital departamental. Existían establecimientos de importancia donde excepcionalmente el servicio era permanente, como el Hospital Rosario Pumarejo de López, el antiguo lote de Invias, la Alcaldía Municipal, la Gobernación, referenciados por estudiantes de todos los estratos sociales, que, en horas nocturnas, especialmente en épocas de exámenes, aprovechaban la prerrogativa del exiguo servicio de energía, para preparar sus pruebas y exigencias académicas. El común denominador era el uso generalizado de lámparas, linternas, velas y similares, capaces de mitigar la incidencia calamitosa de los apagones frecuentes. En dicho periodo de afugias, en la Electrificadora del Cesar, se encontraba el recién llegado ingeniero José Alfonso Medina Romero (qepd) y el señor Enio Jackin, samario, permanente supervisor de líneas y encarador de toda la problemática dada por causas coyunturales y estructurales.

Recién dada la interconexión eléctrica de la Costa Atlántica, se da paso a la construcción en 1972 a la Subestación Juan Dangond (por extensión, Valledupar), proyectada y planificada eficazmente para ampliar la incipiente cobertura existente y garantizar un servicio de energía eléctrica, confiable y de calidad, en los departamentos del Cesar y la Guajira, principalmente. Se indica que la transmisión en esta fase de expansión se efectúa mediante la línea de alto voltaje (220 KV), desde Sabanalarga-Fundación-Valledupar. La gran importancia y factor relevante del recurso energético disponible en la nueva Subestación fue la posibilidad de trazar planes a corto, mediano y largo plazo, bien planificados y definidos, encaminados a la obtención de objetivos, articulados con las necesidades y capacidad expansionista de la capital del Cesar. Esta secuencia y concreción de actividades en pro del desarrollo regional, es el motivo primordial de esta sucinta exposición, propiciada en un momento crítico, donde racionamientos rigurosos, durante aproximadamente cinco (5) días, nos recordaron los tiempos aciagos y a oscuras de las plantas SULTZER, que cualquier día fueron trasladadas al archipiélago de San Andrés, para suplir una emergencia transitoria. Allí, inexorablemente finalizaron su vida útil de servicio.

Refiriéndonos a todos los proyectos e iniciativas derivadas de la interconexión eléctrica, cristalizadas en Valledupar y parte del departamento, es menester destacar los nombres de personas, profesionales idóneos, probos y con capacidad de servicio, que en forma notable y representativa, participaron en cada uno de ellos así: Alejandro Aroca Saad, José Alberto Giraldo, Francisco Contreras, Jorge Luis Osorio, José Alfonso Medina Romero (qepd), Raúl Eduardo Ramírez Muegues, Ricardo Antonio Douglas Martínez (qepd), Bladimiro Gonzales Castillo, Heriberto José Mendoza Vega, Jorge Araujo Arzuaga, Francisco Fuentes Acosta, Vicenzo Puccini Luchesi, Nancio Galván, Soraya Pinto Borrego, Manuel Morales Fuentes y Eduardo Acosta Acuña, entre otros.

He aquí la relación de proyectos:

-Línea de interconexión subestación Juan Dangond-Salguero: Con un nivel de voltaje de 13.8 KV, esta línea abría la posibilidad técnica de expandir el servicio hasta la zona sur oriental de la ciudad, con un proyecto conexo, la Subestación Salguero (34.5 KV/13.8 Kv).

-Subestación Salguero: Este gran proyecto, precursor en el desarrollo vallenato tuvo en el ingeniero Heriberto Mendoza Vega y José Alfonso Medina Romero (qepd), a dos connotados protagonistas. Con el concurso de la División Construcciones de la subdirección técnica de Corelca, se realizaron los estudios y diseños correspondientes; personalmente realice en la ciudad de Montería la revisión a equipos, gabinetes, conexiones, para determinar su estado y condición, con el fin de ser utilizados en el nuevo proyecto Salguero, de Valledupar. Finalmente, dichos elementos fueron trasladados desde la “perla” del Sinú. El montaje de la Subestación se realizó en el periodo 1992/1993.

Tuve la gran oportunidad profesional de participar, desde la fase de estudio de suelos y en la construcción de las obras civiles como interventor delegado por la División Construcciones de Corelca, dirigida en ese entonces por el ingeniero Jorge Torres Calderón. Dichos estudios geológicos fueron contratados por Electrocesar SA, con el ingeniero Especialista en Vías, Vicenzo Puccini Luchesi, radicado en Valledupar, después de su participación en el proyecto de la vía de acceso a Termoguajira 2, al igual que en la pavimentación Bosconia-Valledupar (92 kilómetros), representando a la firma Gayco Ltda.

Mediante proceso licitatorio, la construcción de las obras civiles fue adjudicada al ingeniero Francisco Fuentes Acosta, precedido de una gran aureola como constructor e interventor de obras de saneamiento básico en el Cesar, impulsadas por el Doctor Alfonso Araujo Cotes, desde el Instituto de Fomento Municipal (INSFOPAL); adueñados del proyecto de la subestación mencionada en este aparte, el Ingeniero Fuentes Acosta, Douglas Martínez (qepd) y el suscrito, nos vimos sorprendidos en un lote aledaño a potreros, y corrales de ordeño, en lo que es hoy el floreciente Centro Comercial Mayales y el parque de recreación Los Algarrobillos. Ante la presencia diaria de alimañas, reptiles y serpientes venenosas, nos preguntábamos recurrentemente el porqué de una exigencia rigurosa referente  al terraplén de 1.5 metros de altura, explicable y articulado técnicamente por la existencia de canales, para la instalación de cables de potencia y protecciones previstas en el correspondiente diseño; al inicio de los trabajos, la comunidad vecina del barrio Santa Rosa, mal informada y convencida de que el alcance de la obra incluía la instalación de una planta eléctrica, hizo objeciones al considerar que la tranquilidad y convivencia en el sector iba a ser afectada con el incesante ruido de motores, permanentemente. Igual reclamación realizó respecto al acceso vehicular, dado por una averiada y estrecha vía, potencialmente sujeta al tránsito pesado.

-Línea a 110KV Valledupar-Codazzi

Al igual que en el proyecto de la Subestación Salguero, en esta interconexión repite la División Construcciones su protagonismo y gestión técnica, en una iniciativa relevante para la región; en las instalaciones de la Planta Termo Barranquilla, en Soledad, departamento del Atlántico, en calidad de remanente de otros montajes se encontraban el cable de potencia y la totalidad del cable de guarda o de protección, que, sometidos a un proceso de rebobinado, facilitaron las labores de transporte e instalación. Esta gesta fue determinante y crucial para el nuevo proyecto: la optimización de los recursos, procedimiento técnico transparente olvidado en las inversiones modernas.

La línea Valledupar-Codazzi a 110 KV se concibe primordialmente para obtener y garantizar la disminución de pérdidas, parámetro importante en la actividad de generación, transmisión, distribución y comercialización del recurso energético; igualmente se proyectaba la consecución de la capacidad de transformación adecuada, lo mismo que dar el soporte requerido en la zona minera del Centro del Cesar. Surtidos los procedimientos legales, adquisición de servidumbres y los procesos licitatorios, la construcción y montaje de la línea fue adjudicada a la reconocida firma PROYCO LTDA, y la interventoría delegada a personal técnico especializado de la División Construcciones de Corelca y a nosotros, representando a Electrocesar SA. Los recursos de financiación fueron garantizados por la Gobernación del Cesar, nuestra entidad regional y los municipios con incidencia minera, Codazzi-Becerril y la Jagua de Ibirico.

En el presente proyecto se dio una gran novedad técnica, consistente en la utilización de postes de concreto pretensados, especificados para una mayor solicitud de cargas y esfuerzos previstos en este tipo de construcciones. Este aspecto me lleva a referir una anécdota, suscitada al momento de realizar la audiencia y presentación de los oferentes de la posteria especial; en la sala de Juntas de Electrocesar SA, se presentaron dos (2) proponentes: Pretensados de Oriente (Pretecor) y Cobec SA (empresa de Boyacá). Finalizada la exposición, los contratistas hicieron una invitación general a almorzar, a todos los participantes en el evento; con sorpresa observamos que el gerente de Electrocesar SA de la época, el ingeniero Heriberto José Mendoza Vega, en forma decente y su característica gallardía, declinó la invitación, indicando lo siguiente: “Muchas gracias, buen provecho. Cuando estoy negociando a nombre de mi empresa, no acepto ningún tipo de invitación”. José Alfonso Medina Romero (qepd), como siempre, buen conciliador y relacionista público reconocido, se me acercó al oído, diciéndome: “Álvaro, vamos a disfrutar de las delicias de la parrillada en La Tranquera (restaurante de calidad excelsa en la ciudad). Heriberto que se quede sacando las cuentas del proyecto. Te aseguro que, con los recursos disponibles y comprometidos, Heriberto Mendoza es capaz de sufragar los costos de la obra totalmente, y nos sobran recursos para construir una subestación adicional. Como manejador y optimizador de recursos, se lo juego a cualquiera.

Nota: Próxima entrega: 1992-1998. Graves problemas en el sector eléctrico colombiano y cómo surge Electricaribe SA ESP.

 

Álvaro Yaguna

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