Opinión
El ego
“La causa más frecuente de la timidez es una opinión excesiva de nuestra propia importancia”, Séneca.
Ego, en latín, significa ‘yo’. En psicología y filosofía, ego se ha adoptado para designar la conciencia del individuo, entendida ésta como su capacidad para percibir la realidad.
Por otro lado, en el vocabulario coloquial, “ego” puede designar el exceso de valoración que alguien tiene de sí mismo. Como tal, es sinónimo de inmodestia, arrogancia, presunción o soberbia. Por ejemplo: “Tiene un ego tan grande que no le permite ver la realidad”.
El ego es, para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad. El ego, por lo tanto, es el punto de referencia de los fenómenos físicos y media entre la realidad del mundo exterior.
El ego es un substrato esencial en la metodología del psicoanálisis, de donde deriva su popularidad y aplicación actual, aun en el campo de la neurociencia.
Das Ich, para Freud, significara literalmente, "el Yo". Para entenderlo mejor, en su síntesis psicoanalítica, el ego constituye la parte de la mente que contiene la conciencia o auto-conocimiento. Lo que más tarde, en escritos avanzados, se conceptualizaría como un conjunto de funciones psíquicas que involucraban juicio, tolerancia, la evaluación de la realidad, auto-control, previsión, planeamiento, defensas inconscientes, síntesis de información, función intelectual y memorias.
Inevitablemente, para comprender éstos conceptos, tenemos que buscar explicaciones en elementos aplicados a nuestros entendimientos de la empatía, como ya hiciéramos en escritos anteriores.
En el mundo actual, nos referimos al ego cuando una persona manifiesta una mezcla de exceso de mirada puesta en sí misma exclusivamente, pérdida del reconocimiento y noción del otro, soberbia y actitudes deterministas que perjudican las relaciones y convierten a la convivencia en cualquier ámbito, prácticamente una misión imposible. Esto obedece a que la persona tiene dificultad para conectarse con los demás, partiendo de la base de que siempre tiene razón, y que todos los demás son los equivocados.
Isaías Celedón Cotes
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