Opinión

Vehículos de tracción animal en Valledupar

Álvaro Yaguna Nuñez

02/11/2020 - 04:30

 

Vehículos de tracción animal en Valledupar

Ésa es la denominación sofisticada y refinada. Coloquialmente se les llama “carro é mulas”, pero curiosamente el animal que ejerce la tracción, predominantemente es un caballo. Curiosidades de nuestro entorno criollo y citadino. En estos últimos días, la administración municipal de Valledupar, ha retomado seriamente en su agenda de compromisos y ejecuciones, el tema recurrente de la circulación de los vehículos citados, por la ciudad de Los Santos Reyes. En realidad, es una problemática que data de tiempo atrás, cobijando tres grandes dificultades en el orden social; ojalá que, de una vez por todas, sean solucionadas integralmente.

En primer lugar, denotamos la existencia aún de este tipo de transporte que utiliza a los sacrificados cuadrúpedos, muchas veces maltratados y rigurosamente sometidos a las inmisericordes penurias de llevar sobre sus lomos, cargas cuantiosas, muy por encima de su capacidad de resistencia física. Entidades defensoras de la protección animal no han logrado erradicar tal disposición quizá abusiva y arbitraria, la mayoría de las veces propiciada por el desconocimiento académico e insensibilidad de los propietarios, tratando de sobrevivir ante el afanoso trajín de su condición socio económica.

En segunda instancia, el análisis lleva a determinar que, en la ciudad, desde muchos lustros, se adolece de un lote receptor de escombros y desechos orgánicos provenientes de las podas de árboles que cotidianamente se efectúan en el casco urbano; tales actividades tienen conexidad directa con el transporte motivo de esta exposición, los denominados en nuestra ciudad carro emulas, y en otras latitudes del país ¨zorras de cargue¨. El tercer factor problemático, inherente a la movilización convencional, es el componente social, dado, muy a pesar de la loable gestión administrativa del ex alcalde Freddy Socarras Reales, afanada en la provisión de un verdadero programa de socializació0n para los conductores de los vehículos de tracción animal. Dicha iniciativa, desafortunadamente, no contó con la continuidad y sostenibilidad permanente, capaz de tener vigencia en este periodo crítico, por las condiciones epidemiológicas por todos conocidas.

La excelente iniciativa gubernamental planteada por estas calendas, indiscutiblemente debe contar con el apoyo e intervención incondicional de la ciudadanía vallenata, buscando la cristalización de una adecuada disposición de materiales sobrantes en las construcciones, el tratamiento eficaz de los desechos vegetales, y, por supuesto, la implementación de un verdadero programa de socialización (continuidad, permanencia y sostenibilidad), buscando finalmente la erradicación de este sistema de movilización vehicular.

La ciudad de Valledupar se ha dinamizado en el crecimiento urbanístico, predominando las soluciones de edificios verticales y las cimentaciones profundas, sin embargo no ha sido posible la mitigación del problema; en un pasado reciente, el transporte de tracción animal no era tan profuso y caótico como en la actualidad, más bien era reducido, tanto que se daban casos específicos de identificación particular, en cualquier lugar del conglomerado poblacional, con sus nombres llamativos y sugestivos : “Me ves y sufres”- “Hoy por ti, mañana por mí”- “Dios  está conmigo”-“Orgullo para qué” - “A Dios rogando y con el mazo dando” - “La fe del Carbonero”. En realidad, era una moda imperante que tomó fuerza en la ciudad cuando vehículos de famosos personajes, aparecieron con letreros en sus defensas visibles; casos concretos como “María la Bandida” del maestro Escalona, “La Consentida” de Nicolás Elías Mendoza, Colacho, y en el famoso camión carga-ladrillos del Primero de Mayo, el inolvidable “Dichoso Adán que no tuvo suegra”. El de la defensa posterior, impublicable.

Ojalá los cambios en la ciudad lleven a poner el orden muchas veces publicitado, para beneficio de las comunidades. Con el concurso de la expectante ciudadanía, es deseable obtener el lote para la disposición de los desechos sólidos y orgánicos, y, por supuesto, la erradicación del sufrido transporte de tracción animal. Serian buenos dividendos para conformar una óptima gestión gubernamental.

 

Álvaro Yaguna

0 Comentarios


Escriba aquí su comentario Autorizo el tratamiento de mis datos según el siguiente Aviso de Privacidad.

Le puede interesar

El documental de Diomedes no es sobre su vida

El documental de Diomedes no es sobre su vida

  Cuando uno va a ver un documental sobre la vida y obra de una persona, lo mínimo que espera es que cubran desde su nacimiento hast...

Resucitar, Renacer y Florecer

Resucitar, Renacer y Florecer

  Año tras año, cada vez que se acerca la primavera, las tradiciones nos recuerdan la muerte y resurrección de Cristo. En Colombi...

Des-corruptizar sin acomodaciones

Des-corruptizar sin acomodaciones

  Me permito romper el silencio (responsable) para escribir una columna que fluye desde el amor por mi tierra guajira, por mi heren...

Las pifias

Las pifias

La parte dogmática de la Constitución Política de 1991 es tan bella como un poema de Pablo Neruda: “Para mi corazón basta tu pe...

Con Imelda abrimos el viejo baúl del Cesar

Con Imelda abrimos el viejo baúl del Cesar

Con el fin de que vallenatos y cesarenses conozcan mejor a quienes piensan gobernarlos y decidan libremente el 25 de Octubre, esta co...

Lo más leído

¿Qué es la oralidad?

Javier Zamudio | Patrimonio

Vida y trayectoria de Rafael Pombo

Redacción | Literatura

La Cultura y el laberinto del poder

Omar Castillo | Pensamiento

La parranda vallenata como un ritual de amistad

María Ruth Mosquera | Música y folclor

Vallenato clásico

Luis Carlos Ramirez Lascarro | Música y folclor

La parranda y el parrandero en la música vallenata

María Emilia Aponte Mantilla | Música y folclor

Síguenos

facebook twitter youtube

Enlaces recomendados